Epílogo

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Un mes después. 


El festival deportivo se acercó abruptamente, y parecía ser que la población gracias a este suceso, olvido en parte lo que pasó el mes anterior. La prensa buscaba información de las dos héroes hasta debajo de las piedras, sin dar con mucho. Angelus, finalmente dio su testimonio en público de que era cierto que se casó con un villano y tuvieron una hija —a la cual estuvo ocultando del mundo por su bien— 

La atención se centró en ella, y los problemas cesaron un poco. 

Aún así, había personas que todavía se preguntaban a dónde las podrían haber enviado. Algunos pensaban lo peor, imaginando que quizá estaban encerradas en alguna base militar, otros, pensaban que posiblemente iban recorriendo el mundo, deshaciéndose de más villanos poderosos. 

A Todoroki le llegaban cartas, con apenas un par de párrafos. 

Pero eso, era suficiente. 



(T/n) inspiró hondo, el agua salina atravesando sus pulmones. Había gente a su alrededor, niños, parejas, gente que iba de paseo. Era un lugar perfecto y tranquilo. Sorbió un poco de su coco, el agua fría produciendo una sensación placentera en su garganta, considerando que hace bastante calor en la playa. 

El atardecer se veía hermoso, pero le hubiera encantado compartir esta escena con alguien más. 

Agatha a su lado, soltó un ronquido, mientras una rodaja de pepino caía de su ojo. 

—Oi, se me acabó el coco. —se quejo la adolescente, que estaba en traje de baño y con unos anteojos de sol puestos. 

—Pues pide otro..—replicó la alemana, con un ojo abierto. Agarró la rodaja de pepino y la metió en su boca. —Aunque en un rato cenaremos. 

Desde la hamaca paraguaya, (T/n) se encogió de hombros y dejo el coco sobre una mesa a su costado. Llevaban un mes entero de vacaciones, habían ido desde las montañas hasta algún pequeño pueblo tranquilo. Y ahora, la última localización, la playa. 

—Creí que nos iban a castigar. —bajo un poco sus anteojos de sol, al mismo tiempo que unos chicos, con un buen cuerpo marcado y algo bronceados —con pinta de australianos— pasaban delante de ellas. —..Pero si esto es un castigo, que me encadenen a la palmera. 

Los chicos se dieron cuenta de la mirada lasciva de la muchacha, y solo correspondieron con unas sonrisas encantadoras. La japonesa elevó la mano y los saludó, moviendo las cejas a medida que se alejaban. 

—Pensé que te gustaba Todoroki. —la castaña ya se estaba levantando. Verla con ropajes que no sean para pelear era raro, pero después de estar un tiempo viajando se acostumbró a la vista. 

—Solo los saludaba. —rodó los ojos, a la vez que buscaba bajarse de la hamaca. —Ugh, ayudame, Agath– —no logró finalizar, porque la alemana pateó la misma, haciéndola caer de cara contra la arena. Que claramente, se introdujo en cada agujero de su rostro, incluyendo los ojos. —¡Maldición! ¡Estoy ciega! —(T/n) parpadeo varias veces, con pequeñas lágrimas en sus ojos rubí. 

Su héroe reía a carcajadas, a la vez que se alejaba, rumbo al hotel. 



En la habitación del hotel, que tenía un enorme ventanal, (T/n) se quedaba allí, cenando a la luz de la luna para después sobrevolar la playa, con una brisa agradable acariciando su piel. Suelen cenar juntas la mayor parte del tiempo, pero hay días en los que Agatha desaparece mágicamente y la antiheroe supone que busca algún lugar donde despejar su mente. Un lugar donde pueda pensar, y recordar a su hija. 

Not all were born to be a Hero [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora