NUEVE

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Hacia frío, las blancas paredes reflejaban una luz cegadora, intentaba buscar cobijo en la pequeña cama, la cual apenas tenia una sabana.

Recordaba a mis dos pequeñas, ¿Qué edad tendrían? ¿Cuál seria su apariencia? De seguro son iguales a su madre, mi amada Arleete.

No podía evitar preguntarme si algún día las volvería a ver, a abrasar y decirles cuanto las amo, pero se con certeza que no me dejaran salir, o al menos no con vida.

Me senté en el incomodo colchón mirando hacia la puerta que se extendía imponente lo largo de mi celda. Si tuviera una computadora la podría abrir sin problemas, y escapar; pero solo era una ilusión el pensar que podría salir de aquí.

Llevo 10 años aquí encerrado, 10 años que no veo a mis hijas ni el mundo exterior, 10 años desde que murió mi esposa, puede ser que clínicamente no he muerto, pero yo ya considero que morí hace 10 años.

Pude escuchar pasos a lo lejos, el eco de unas botas militares, que los hacia parecer cada vez mas cerca, y podía haceme una idea clara de quien era.

Alberth Van Leween.

El comandante en jefe de la B.A.H , y la persona mas cruel y vil que e conocido.

Me senté lo mas erguido que pude, no me intimida, lo que me aterra es que les haga algo a mis hijas, aunque piensen que estoy muerto.

—Buenas tardes Edward ¿Cómo te encuentras? —dijo con un tono duro y sarcástico.

—¿Cómo podría encontrarme bien? Si estoy aquí encerrado sin nada que hacer —dije con un tono sarcástico.

—Bueno, querido amigo, hoy es tu día de suerte, ya que tengo un trabajo muy especial para ti.

—Enserio, ¿Y que es? Hackear una computadora por que tus empleados no lo logran hacer. No estoy interesado, además creo que buscan a un mejor objetivo —dije con indiferencia.

—Astuto como siempre, pero esta vez creo que mostraras un mayor interés al escuchar mi oferta —dijo con una sonrisa en su rostro, una sonrisa que reflejaba maldad y desprecio —Bien, creo que te interesara saber que, tu preciada hija Scarlet trabajo para nosotros, pero desgraciadamente rompió una regla muy importante, y ahora la estamos buscando junto con su hermana, ¿Que ironía no? La hija de un hacker ayudando a otro hacker y ahora su padre va a casarla igual que a una liebre.

Al escuchar eso me quede pasmado, mientras el miedo se apoderaba lentamente de mi, mis hijas, están en peligro, ¿Qué puedo hacer? Si accedo pueden hacerles mucho daño, pero...¡Puedo ayudarlas! De alguna u otra forma, puedo ocultarla y dar información falsa, aunque esto me cueste la vida, o el no poder despedirme de ellas, podre saber que las ayudé.

—Bien, acepto, pero con dos condiciones —mencione con un tono de voz duro, intentando ocultar mi miedo.

—Adelante, será un honor para mi cumplir sus deseos, claro mientras ofrezca su cooperación —fulminó con la mirada mi rostro, mientras paseaba con indiferencia fuera de la celda.

—Muy bien, la primera es que me saquen de aquí, y la segunda mi libertad. Sabiendo que nadie aparte de mi puede acceder a la señales privadas, además que me tendrán que dar acceso directo a la información. Entonces ¿Tenemos un trato? —lanze de forma hostil.
 
—Bien, solo que dejarte en libertad, probablemente no lo podre hacer, al menos que captures a Darkcness, hací no perderíamos mucho. Duerme bien, comienzas en dos horas.

Salio en silenció, con el fuerte sonido de sus botas retumbando en todo el pasillo.

—Espero que no sea demasiado tarde, Scarlet esperame.

............

El avión aterrizó sin problemas, Luna estaba a un lado mio, y Tom caminaba con cautela del otro lado.

Caminábamos en el aeropuerto, era enorme, y no tenia idea de como nos encontraríamos a Darckness, no había ninguna llamada ni SMS, aunque parezca anticuado, son difíciles de rastrear.

Pasábamos por múltiples establecimientos y personas.

El aeropuerto era demasiado elegante, las paredes pintadas de blanco con pequeños detalles en dorado en las orillas y esquinas; el suelo era de un color marfil creando una atmósfera muy iluminada, tomando en cuenta que estaba obscureciendo. Las luces de los puestos de venta irradiaban con fiereza una luz dominante con los enormes anuncios promocionando sus servicios.

No hablaba muy bien en ruso, o al menos sabia lo básico pero podía leer lo que decía en los carteles indicativos para encontrar la salida.

De repente sentí que mi móvil vibrar; era Darckness. Lo saque de mi bolso y conteste la llamada.

—Valla, valla, ¿Siguen en una sola pieza? —dijo una voz distorsionada.

—Si, seguimos en una sola pieza, y la pregunta adecuada seria ¿Donde te encontramos?

—Claro, claro, no creías que te lo pondría tan fácil, o si, agente Scarlet.

—¡Ja! Viniendo de ti, no, no lo creo, ¿Cuál es el reto?

—Sabes, comienzas a agradarme Scarlet, bien aquí el acertijo.
Un lugar llamado como el color de la pasión, una estructura antigua, no es Ortodoxa ni es solo las creencias rusas, es famosa por sus techos de  formas de gota.
¡Bien! Allí esta, cuando llegues te daré mas pistas.

—¿Hola? —colgo la llamada, ¿Que significara eso?

Hacking The SystemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora