CAPÍTULO XII

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Volví a estar mejor en pocas horas, mis padres volvieron al hospital cuando llamaron a casa diciendo que estaba en ese estado.

-Necesito caminar-, dije ya levantado de la cama. Mamá se negaba a dejarme pero mi padre la convenció y en pocos segundos ya me encontraba caminando por los pasillos.

Tenía un único objetivo y era ir hasta la habitación de Braldin. Al llegar toqué la puerta pero nadie respondió asi que decidí entrar. Una vez adentro comencé a mirar todas las cosas que habían en esa pieza. Dibujos por todos lados, letras de canciones, frases, entre otras cosas normales de chicas adolescentes.

Observaba cada detalle de lo que había en la pared, hasta que me detuve en una de las hojas, que decía "Lágrimas y dolor"
[...]
Mis lágrimas recorren todo mi rostro, me siento indefensa entre tanta asquerosidad, donde la tristeza inunda mi vida. Estoy sola como un indigente en este repugnante lugar.

Mis cabellos y ropas están desarregladas, porque no soy una princesa, sino que una plebeya o quizás una simple esclava azotada sin lástima.
Estoy cansada de tantos aparatos de tomografías y radiografías.
A mi edad mis lágrimas deberían ser de alegría, sin embargo solo son de dolor, donde se presentan nuevas pastillas que cada vez son más grande y potentes.
Aparentemente las rosas son lindas pero mis rosas no tienen flores solo son las espinas que pinchan mis brazos para pedirme sangre y dejarme sin fuerzas para seguir.

Hace tiempo que no se nada de la comida de verdad, solo se de alimentos desabridos sin sabor alguno.
Energías no me quedan, solo se que un auto negro en poco tiempo será el que lleve mi cajón con mi cuerpo sin vida y el chofer será solo uno más de la multitud que me va a sacar de aquél coche para que luego me tiren tierra.
Mi vida no es nada más que una miseria atrapada en una caja infectada.

Los días de felicidad se convirtieron en oscuridad absoluta, penumbra fría y dolorosa.
De apoco me voy sumergiendo en un pozo y siento que no respiro dentro de él.
La muerte es inevitable en mi, pero me quedo con algo de todo esto:
"SOMOS PERSONAS INDEFENSAS EN UN MUNDO MALVADO Y PERVERSO"

[...]

Fue imposible contener las lágrimas. Sentía que desde donde ella estaba hablaba conmigo para poder descargarse.

Luego de seguir observando un poco más aquellas paredes decidí ir hacia la sala de cuidados intensivos para poder verla o intentar aunque sea.

Salí de su habitación y otra vez caminaba por los pasillos. Me acordaba que terapia intensiva estaba en la otra planta del hospital por lo que tenía que subir las escaleras. Al llegar pregunté por ella, además solo me daban cinco minutos para observarla detrás de un vidrio.

[...]

Estaba acostada conectada a varios aparatos, tenía un tubo en la boca y oxígeno. A pesar de estar allí su rostro se veía alegre en medio de tanto dolor y sufrimiento.

-La alegría mata el cáncer-, escuché decir detrás de mi, era Reich que también la vino a ver.

-Hola-, atiné a decir. Ella respondió con una sonrisa triste.

Seguimos mirándola, me detuve en como subía y bajaba el aparato de respiración artificial.

-No quiero que muera-. Dije con la voz entrecortada debido a un gran nudo en mi garganta. Reich tomó mi mano y habló;

-Estoy segura que no lo hará, la he visto en casos peores y esto solo es diminuto entre tantos otros-.

-Eso espero Reich-.

[...]

Salimos de aquél lugar y decidi ir hasta la terraza del hospital.

Al llegar me senté en el borde que daba al precipicio, me gustaba hacerlo porque era una sensación de experimentar la muerte.

Observaba todo aquél paisaje hasta que una paloma blanca se posó a mi lado y luego en mi hombro.

Cada cosa que veía me recordaba a ella y esa paloma me recordaba a la paz que me transmitían sus ojos cuando me miraba, sin embargo no dejaba de pensar cada palabra de su carta.
-En qué piensas- dijo Esteban detrás de mi y luego se paró a mi lado.
-En Braldin- respondí con sinceridad.
-Vaya nombre, nunca te has puesto a buscar su origen y significado-. Gran pregunta, era un nombre muy raro en una chica demasiado rara.
-¿Por qué lo dices?-, pregunte.
-Mmmm, no lo se Axel, es muy extraño, cada vez que me topo con ella hay algo que no me gusta pero que de todos modos es lindo, no se cómo explicarlo-.
-Quizás-, atiné a decir, -he soñado con ella varias veces-. Mi amigo me miró confundido y con una mirada perversa.
-No pienses cualquier cosa tonto, son sueños muy extraños-. Él seguía sin entender así que decidí contarle.
-Sueño que estoy en un bosque oscuro, el suelo es frío, creo que hay nieve y la puedo sentir por mis pies descalzos. Luego veo una luz a la distancia

Leí otra parte del libro que tenía y me gustó la frase "en los peores momentos conocemos a las mejores personas" y tenía mucha razón. Como siempre lo hacía lo trascribí en mi cuaderno, mis padres se fueron después de despedirse.

La enfermera vino a controlar de que estuviera bien, tomé la medicación correspondiente y por fin apagué las luces y dormí profundamente.

[...]

CANCERBRALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora