CAPÍTULO XIII

28 3 0
                                    

CAPÍTULO 13

Narra Braldin

Me sentía muy descompuesta y débil así que tuve que dejar a Axel. Salí por el balcón sin hacer ningún tipo de ruido ya que mi habitación quedaba arriba de la suya, me hubiera gustado quedarme hasta que el terminara de bañarse pero las fuerzas ya no me daban.

Subí con mucha dificultad sentía desmayar y muy rápido me tiré en la cama. Absolutamente todo daba vueltas entonces cerré mis ojos por un momento hasta que me pasara...

-No estoy bien Patricia-, dije a la enfermera con la voz entrecortada. Estaba ardiendo en fiebre, no se cómo pero toda esa temperatura subió en dos simples minutos.

Patri mandó a llamar a Wasewell para que revisara mi estado de salud, que cada día se iba deteriorando más y más, mientras me inyectaba un medicamento para disminuir los cuarenta grados de fiebre que parecía aumentar de a poco.

-Estarás bien princesa-, dijo Patri alentándome pero yo sabía que no, era consciente de lo que me estaba pasando.

-¿Y si ya es hora de que me vaya?-, eran las únicas palabras que pensaba. Por un lado dejaría de sufrir todo el dolor que pasé en mi vida, pero por el otro dejaría a Axel solo sin saber cuál era mi propósito con él.

Pocos minutos más tarde Wasewell ya estaba conmigo, pidió hacer estudios urgentes porque necesitaba saber si el cáncer se extendió o el tumor se había agrandado.

Me estaban preparando para ir a las respectivas salas donde me harían los chequeos y fue en ese momento que comencé a sentir cómo mi cuerpo se tensaba como si fuera a endurecerse y en pocos segundos mis extremidades estaban torcidas, escuchaba la voz de Patri a lo lejos diciendo -está convulsionando-, y todo se oscureció y fue que perdí el conocimiento.

[...]

La luz blanca penetró mi ojos dejándome sin visión alguna. Ya no estaba en mi habitación habitual y tampoco sabía en qué sitio estaba. No escuchaba nada, solo veía a los médicos a mi alrededor con cara de interrogación y preguntando -¿cómo te sientes?-, o bueno eso era lo que entendía que decían sus labios porque la audición no volvía a mi.

Quise sentarme pero ellos no me dejaron, así que pregunté qué hora era y cuando me la mostraron me di cuenta que solo pasaron cinco miserables minutos que parecieron una eternidad[...]

Volví a cerrar mis ojos porque aún sentía mi cuerpo tenso y duro, tenía dolores como si me hubiera caído además mi cabeza estallaba del dolor que sentía.

Gritaba y no me escuchaba, solo se que lo hacía y por un momento pensé en morir, total mi vida ya estaba en las ruinas o quizás en ese momento estaba pasando al otro mundo como quién dice.

Pasaron dos minutos desde que volví a despertar y otra vez sentí la misma sensación, otra vez estaba convulsionando[...]

Así volví a despertar y convulsionar dos veces. Todo eso pasó en veinte minutos pero en la tercera ya no conocía a nadie y en la cuarta ya no volví a despertar.

[...]

Sentía que lloraba, pero yo no podía sino que mi carne lo hacía. Estaba parada frente a mi cuerpo conectada al respirador artificial, era una sensación rara verme a mi misma.

Era una especie de espectro, pero nadie podía verme. Salí de aquella habitación traspasando la puerta -qué cool-, pensé. Pasé a través de Patri por lo que me detuve a mirar su reacción. Ella quedó parada mirando hacia atrás pero no le dio importancia y siguió, solo reí y nuevamente seguí mi camino.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 27, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CANCERBRALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora