Ya tengo el desayuno sobre la mesa: una manzana roja sobre la que me veo reflejada, un vaso de leche que por supuesto no tocaré, una Magdalena y un zumo. Mell me esta mirando, no hace falta que me diga nada, sus ojos ya me están ordenando que coma.
Primero el zumo con sus dos pastillas que siempre lo acompañan. después la magdalena, y la manzana sí eso después:
-¿tu no desayunas o que? que la bulímica soy yo eh! no me robes mi papel!-le digo yo como sinónimo de buenos días.
-me encuentro mal esta mañana, no se, me duele muchísimo el brazo, y no me he dado ningún golpe- me contesta Mell.
-eso es que has cogido mala postura al dormir- digo yo sin darle importancia y desenvolviendo la magdalena.
-me voy a duchar, que seguro que se me pasa.
Mell aparta la bandeja, se levanta, se pone las pantuflas y... no le dio ni tiempo a llegar al baño. Se desplomó como una muñeca de trapo. la miro y tardo en reaccionar, después la que se cae es mi bandeja, la tiro al suelo y después voy corriendo a ver a la chica que se encuentra en el suelo y que a penas respira.
-Enfermera! socorro! enfermera!
Dos segundos después llega una chica de pelo muy largo, gafas y bata verde.
Al ver la situación pide ayuda en el pasillo. después una camilla y tres enfermeros, que cogen a Mell y simplemente se la llevan, se va.
Me quedo quince minutos en el suelo, sin reaccionar, no puedo. unos zuecos naranjas me espabilan. mi saludo a Belén es una pregunta: ¿qué le ha pasado a Melissa?
Belén me levanta, y después se sienta conmigo en mi cama.
-es un infarto,Iri. Sabes que el corazón de Mell no era una joya que digamos.
- ¿la van a operar?
-la están preparando, entra a quirófano ahora.
¿Cuándo voy a poder hablar con ella?
-la operación dura ocho horas, pero después estará dos días en la UVI, el miércoles si todo va bien podrás hablar con ella, y sí eso el jueves ya la suben a planta.
Me tiro en la cama. joder.
-oye... que sí estas así por que hoy no le puedes contar la historia a Mell, me la puedes contar a mi sin problemas,que hoy no voy a tener mucho jaleo en planta-me dice Belén con una de sus sonrisas.
La miro.
-tu lo has querido, ponte cómoda.
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Cuando el olvido se plantea recordar
Teen FictionDespués de un tiempo aquí encerrada, entre estas cuatro paredes blancas, creo que la única manera de no matarme a mi es matar otra cosa: el tiempo. La historia de mis dieciséis cuando el amor me dio la felicidad, la popularidad ¡el dinero! Y también...