Una vez más, las mellizas Black llegaron al departamento de Remus Lupin. Pero esta vez, fue muy diferente a la anterior: en primer lugar, su padre estaba allí, esperándolas. Seguía estando prófugo de Azkaban, la prisión mágica de la cual había huido hacía ya dos años.
—¿Cómo estás, Mads? —preguntó mirando preocupadamente los ojos cansados de su hija, luego de darles un fuerte y cálido abrazo a ambas. Hacía menos de dos meses, el novio de Maddie, Cedric Diggory, había sido asesinado. Lord Voldemort era el culpable.
Maddie dio un gran suspiro, bajó la mirada y, tras unos segundos, dijo:
—Estaré bien.
En segundo lugar, no estarían allí por mucho tiempo. Su padre y su padrino no les querían hablar de lo que estaban tramando. Muchas lechuzas salían y volvían a la casa esos días.
La tercera tarde, Sirius irrumpió en la sala de estar, donde Noa escribía en un pergamino y Maddie leía un libro.—Hola —saludó.
—Buenas tardes, caballero —dijo Maddie—, no apareces desde el almuerzo. ¿De qué tanto hablan?
—Dentro de unos días sabrán —murmuró y agregó:—. Tenemos planes esta tarde.
—¿A dónde vamos? —preguntó Noa, dejando a un lado el pergamino.
—He estado comunicándome con Albert Mason...
—¿Qué? —exclamó Maddie—. ¿Con Albert? ¿Nuestro...
—Padre adoptivo —completó Sirius—. Sí.
—¿Pero cómo?
—Yo le dije cómo —admitió Noa—, en una carta, hace unos meses.
Maddie fulminó a Noa con la mirada.
—Hoy iremos a su casa —dijo Sirius—. Lo hemos acordado.
—¿Vas a darnos en adopción... de nuevo? —preguntó Maddie horrorizada y ofendida.
—Mads, hace dos años que no vemos al hombre que se encargó de cuidarnos casi toda nuestra vida —explicó Noa—. Supongo que iremos por una cuestión de cortesía. Además...
—Además yo no lo conozco —continuó su padre—, ni su tío Remus lo conoce. Creo que es educado verse y conocer a quien se hizo cargo de ustedes tantísimo tiempo.
—Oh —murmuró Maddie—, claro. Tiene sentido.
—¿Cómo iremos? —preguntó Noa—. Liverpool es... Lejos.
—Polvos Flu —explicó Sirius—. Arthur Weasley consiguió que agregaran su chimenea a la Red Flu.
—¿De verdad?
—Sí —dijo él—. Partiremos en una hora o dos, así que lo mejor es que se vayan preparando.
El departamento de Lupin era pequeño, pero muy acogedor. Se encontraba en las afueras de Londres, en una pequeña ciudad llamada Greenwich. Maddie y Noa dormían en los sofás que había en la sala de estar, y su padre dormía en un colchón.
Maddie se dispuso a peinar (¡sorpresivamente!) su enmarañado cabello, y Noa volvió a acercar su pergamino, para seguir escribiendo.
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Pequeñas Black y la Orden del Fénix (Libro V) (Harry Potter)
FanfictionMaddie debe atravesar una difícil etapa de superación, en la cual, junto con Noa, deberán vivir nuevas aventuras y descubrir más acerca de su familia, sus amigos y ellas mismas. ¿Qué esperas para acompañarlas?