200 Km X Hora. Capitulo 2.

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Capitulo 2:

Me he pasado una hora conduciendo por las calles de la cuidad en un recién estrenado automóvil deportivo azul.

Llevo saliendo de mi departamento cada tarde para dar vueltas por la cuidad desde que regrese de Francia, ya que con la sensación de libertad que me produce conducir sumado a la adrenalina pienso extrañamente con la cabeza fría. No llevo un destino definido y por lo que alcanzo a divisar por la velocidad a la que voy, han cambiado muchas cosas a lo largo de los años en la cuidad. El tiempo no pasa en vano. Veo mas edificios comerciales y departamentos residenciales.

Hace tres días, luego de salir del restaurante luego de despedirme educadamente de los Black y de mis padres a los pocos minutos después de que lo hiciera Amparo, me dedique a recabar información sobre ella.

No contrate un investigador privado. Yo mismo me dispuse en investigar sobre como ha vivido ella estos últimos diez años para saber a quién me enfrento hoy por hoy.

Verla nuevamente me produjo desconcierto. Estaba absolutamente seguro de que luego de 10 años su presencia no me produciría nada emocionalmente. Me equivoque de lleno, algunas cosas no cambian. Yo no he cambiado, y pensé que si lo hice. Ella por otro lado continuo creciendo, y desarrollándose como persona, como mujer, haciéndose mas fuerte e independiente.

A simple vista pareciera que continua siendo la misma chica cascarrabias nada femenina y nada encantadora que conocía, pero no. No es la misma, ya es una mujer, toda una mujer. Los años le han sentado bien, viste aún con esas ropas masculinas viejas, desgastadas y sucias que usa para trabajar, pero con un cuerpo con curvas exuberantes como las que tiene, demasiado llamativas para una chica de clase alta que debe lucir delgada, delicada, frágil y elegante, no parece en absoluto un hombre. Es una mujer que expresa femineidad, sensualidad, carácter y pasión.

Poseer un cuerpo con senos altivos y duros, caderas anchas, un trasero de muerte lenta, piernas y brazos esbeltos, casi musculosos no van con el cuerpo fino y delicado que debería poseer una mujer perteneciente a las altas esferas a las que pertenece, pero Amparo jamás fue la típica niña rica que se preocupa de mantener una apariencia de princesa.

Jamás le intereso caerle en gracia a los demás o a calzar con una imagen determinada. Mientras estuviera satisfecha consigo misma todo lo demás carecía de importancia. Poco le importo en el pasado no formar parte de los grupos de chicas populares y el no tener el amor y el respeto de su familia.

Amparo parecía no formar parte de ese mundo frívolo y pomposo. En cambio yo era otra historia.

Mientras que Amparo provenía de una larga estirpe de gente adinerada, mis padres son nuevos ricos, llegaron donde están hoy gracias a mucho empeño, y a extenuante trabajo, ganándose poco a poco el reconocimiento y el respeto de los demás empresarios, pero no faltan los cotilleos y las habladurías que se burlan de nosotros y nos miran en menos. Según ellos debido a ser nuevos ricos carecemos de finura y educación.

Como mi padre me impuse el reto de llegar a ser un hombre líder en los negocios, elegante, vanguardista y culto. Deseaba mas que nada el reconocimiento, la admiración y el respeto de los demás.

Me convertí en un niño, luego en un joven y finalmente en un adulto con clase, al cual lo impulsa la ambición, y esta hambriento de éxito y reconocimiento.

A los once años mis padres me anunciaron que me habían elegido una prometida.

En el circulo social en el que crecí esas viejas practicas están desapareciendo. Pero aún existen casos de matrimonios concertados por conveniencia en el mundo empresarial. Yo no estaba libre de aquello.

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