200 Km X Hora. Capítulo 9

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Capitulo 9:

Mientras mantengo la mirada fija en los ojos verdes de David, leo en ellos la rabia, y el dolor que lo embarga. Me culpa con esa mirada tan fría, expresando la decepción que siente hacia mi por haber sido traicionado.

Caí muy bajo habiéndole sido infiel y desleal. Debí hablarle con la verdad desde el principio y buscar antes una solución, pero me fue mas cómodo ocultar el regreso de Eric porque en el fondo no quería echar a Eric. Estaba probando a mi marido. Estaba investigándolo para descubrir si me mentía o no.

Simplemente me estaba aferrando a mi esposo.

Estaba jugando doble. Quería ver cual de los dos era el correcto para mi. Quería saber cual de los dos es mi destino. En verdad lo lamento.

No fue mi intención lastimarlos, a ninguno de los dos, solo pensé en mi misma.

De verdad creí que hubiésemos podido tener un futuro juntos David y yo y que él es el hombre ideal para mi, el hombre de mi vida. Estuve segura de ello durante tres años.

Jamás imagine que lo que teníamos, esa relación que duro tres años se terminaría así.

David en verdad desde el comienzo fue dulce y comprensivo conmigo. No tengo escusa por mi comportamiento. Y no espero que me perdone, yo no lo haría.

No puedo retenerlo. No puedo darle esperanzas falsas y mantenerlo como la segunda opción, él no se merece una mujer que lo que ame a medias.

No puedo volver a ser la chica de la cual se enamoro. Esa mujer jamás existió. Actúe un papel. Quise ser la mujer que él esperaba de mi. Trate de acoplarme a él lo mejor que pude porque me sentía protegida y querida por él. No quería perderlo. Pero los verdaderos sentimientos siempre salen a relucir, aunque pongamos sobre ellos mil capas, y miles de porque no deben existir. El corazón no entiende de razones, la mente a veces si.

Lo mío con David se termino en cuanto volví a cruzarme en mi camino con Eric.

A los dos los quiero, a los dos los amo, pero de una forma diferente.

Aquí, justo ahora los dos hombres que amo esperan que me enfrente a ellos como una mujer valiente, madura y diga la verdad. Tengo que elegir a uno de los dos. O podría también no elegir a ninguno. Solo me resta contestar a la pregunta formulada por mi profesor David con sinceridad.

Reúno calma y valor. Aparto las manos de David de mis hombros con mis manos con lentitud, y retrocedo un paso. Quedo entre los dos, entre mi amante y mi marido. Eric esta detrás de mi espalda y por el frente tengo a David.

Los dos son hombres que a su modo son perfectos.

David es un hombre maduro. Es el tipo de hombre que buscaría una mujer que anhela tranquilidad y estabilidad. Es un hombre con mucha experiencia en la vida. Esta divorciado, sin hijos. Tiene la tez cetrina, de cabello oscuro, corto y liso.

Es un hombre de aspecto atlético, con una personalidad muy formal. Es un hombre confiable.

Eric en cambio es un joven ambicioso, atlético, dinámico, en la flor de la vida de un hombre. Es hermoso, atrayente, carismático, sexy, de apariencia elegante, muy sofisticado. Tiene una forma de pensar masculina pasada de moda concerniente al amor y a la mujer. Es muy machista. Posee por otro lado una mente brillante y compleja, es sumamente inteligente. Del tipo de hombre que crea pasiones. Atrae aunque sea dañino para el corazón de una mujer que desea ser la única en su vida.

El da la sensación de ser un mujeriego, aunque la verdad es que es todo lo contrario. Es muy selectivo. Aún así un hombre tan atractivo causa celos porque es ambicionado y deseado constantemente por otras mujeres.

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