—Necesito irme lejos de aquí, seguro está buscándome y... —Elsa balbuceaba alterada, intentando arrancarse las agujas de los brazos.
—¡No, no, no! ¿Qué estás haciendo? Vas a lastimarte —le regañó su hermana Anna, aprisionando sus manos para que no siguiera dañándose.
—Debo irme, él está muy enojado y no es bueno cuando está así, suéltame, por favor —suplicó la rubia, con sus ojos rojos e hinchados.
El miedo que sentía era palpable, la pelirroja podía apreciarlo en cada centímetro de la piel de su hermana.
—Él no va a entrar aquí, Elsa. Tenlo por hecho —la chica de pecas intentó darle seguridad.
Pero ella estaba tan dañada y asustada, todo lo que había vivido por parte de su ex pareja estaba dejando estragos inimaginables, que temía no pudieran ser superados, ni siquiera con ayuda profesional.
Una mujer mayor, con uniforme blanco y cabellos recogidos, asomó su cabeza en el marco de la puerta: —Buenos días señorita Anna, se acabó el tiempo de visita —informó la enfermera.
—Descansa, ¿sí? No hagas nada que pueda ponerte en peligro, por favor. Dentro de unas horas podremos irnos, todo esto acabará, te lo prometo —la tomó de su rostro, y le dio un beso en la frente.
Sin embargo, sus palabras no podían contener las emociones de la platinada: —No te vayas —exigió Elsa, quien la agarró de las manos para impedir que se marchara.
—Volveré —Anna le dedicó una cálida sonrisa.
Finalmente la soltó, y desde la cama en donde reposaba, podía observar cómo se iba.
Cerró la puerta detrás de sí, y cuando estaba segura de que la mayor no estaba escuchándolas, le preguntó a la enfermera: —¿Ella va a estar bien?
—Su hermana tuvo suerte de que usted la encontrara a tiempo, de no haber sido así se hubiera desangrado, lo único que hay que cuidar es su estómago y heridas abiertas.
—¿Y... -titubeó un poco con esta pregunta, porque francamente no quería recibir malas noticias, pero debía hacerlo, tenía que saber a qué se enfrentaba y ser fuerte por su hermana-... Qué pasó con el bebé?
—La magnitud de la fuerza con la que fue golpeado su vientre, provocó que se produjera un aborto, era muy pequeño todavía, no habría resistido a tanto.
Anna empezó a sollozar.
—Lamento su pérdida, señorita Arendelle. Pero hoy más que nunca, su hermana necesita todo su apoyo y cariño. Saldrá adelante con los tratamientos y con el terapeuta adecuado —la enfermera la consoló, poniendo una mano sobre su hombro como muestra de empatía.
—Gracias —quiso esbozar una sonrisa, pero le salió una mueca de dolor.
[...]
—Ten cuidado, aún estás débil —le recordó Anna, sacando a una rubia desesperada por salir del auto.
—Estoy bien, puedo hacerlo sola —gruñó Elsa, poniendo un pie fuera.
Los últimos días había estado de un humor muy fuerte, persona que se tropezaba con ella o siquiera la mirara era persona que salía lastimada. Incluyendo a su círculo familiar. Ya no sabía si era por el medicamento, la cirugía o simplemente su mal genio.
—Oye, no te pongas así. Todos estamos dando nuestro mejor esfuerzo para salir adelante. ¡Kristoff! ¡Ven, por favor! —exclamó Anna, estando a pocos metros con su hermana de la entrada de la casa.
—¿Sí? —respondió el susodicho, saliendo de la sala.
—Baja las maletas del auto, están en la cajuela.
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Eʅ Nιñσ I
Fanfiction❌ HISTORIA CON POSIBLE CONTENIDO SENSIBLE PARA MENORES DE EDAD, NO LEER SI ERES -15 ❌ Elsa huye de una relación completamente insana, donde recibía golpes e insultos. Y encuentra un trabajo, uno bien pagado y tan escondido, que su ex novio jamás la...