¿Mas Enemigos? El enamorado de Annabel

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Ya habían pasado dos semanas desde que las chicas llegaron al campamento y todas se habían adaptado sumamente bien a sus nuevas vidas. Con ayuda de sus nuevos amigos lograron mejorar mucho como guerreras habían aprendido a manejar sus armas y poderes, ahora no había nadie que pudiese decir que no eran hijas de sus respectivos padres, pues cada día se esmeraban mas por enorgullecer a sus progenitores.

— ¡Amarok ya te he dicho que no te hagas pipi ahí!—grito desesperada la joven tratando de educar a su cachorro.

—Tenle paciencia, es un bebé aún.—hablo Camille. 

—Es fácil decirlo para ti no lo estas educando.— 

— ¿Puedo sacarlo a pasear hoy?—pregunto Valeska. 

—Depende, ¿eso me dejaría desayunar con calma hoy?—

—Si.— 

—Hecho.—dijo mientras buscaba la correita de sacarlo a pasear para dársela a Val— cuídalo mucho, no le des cosas raras y por favor que no se acerque a los campos de fresa.— 

—Sisisisisi tranquila.— 

Luego de eso Raven salio de su cabaña con unas gafas oscuras que ocultaban sus ojeras rumbo hacia el comedor para encontrarse con sus amigos y novio.

—Rosita ya pensábamos que no vendrías a comer.— le dijo Percy. 

— ¿Y esa cara? parece que no hubieses dormido en días.—hablo Jason. 

—Sera porque...—menciono entre bostezos— ¿no lo he hecho?— 

— ¿Que paso?—pregunto Annabel. 

—Digamos que entrenar a Amarok me ha resultado mas agotador de lo que pensé.—

—Aún así no debes descuidarte podrías enfermar.—le regaño Nico.

—Para eso tengo a Will. Que me recoja en una pala cuando ya no pueda mas.— 

—Oh vamos, cállate y come.—se carcajeo Cym.

Luego de que los chicos terminaran el desayuno decidieron ir a la arena a entrenar un poco pero mientras caminaban alguien chocó con Raven.

— ¡Oye! ¡Fíjate por donde vas!—

— ¿Disculpa? Pero si fuiste tú quien chocó conmigo.—

—Déjala en paz Lina.—respondió seria Piper.

— ¡Ja! No le basta con ser la consentida de los dioses si no que también necesita a sus amigos para que la protejan. Vaya semidiosa.—

—A ver A ver, yo no soy consentida de nadie y yo se defenderme muy bien sola. Que tu seas una resentida con aires de pavo real no es mi culpa.—

— ¿A si? Pues tu eres una...—

— ¡Suficiente!—dijo molesto Nico— piérdete Lina.—

—Lo haré. Pero solo porque me lo pides Nico.—termino con una sonrisa coqueta para luego marcharse moviendo exageradamente sus caderas.

—Yo me marchó.—añadió molesta la rubia para irse a entrenar.

—Algo me dice que esa tipa solo nos va a traer problemas.—susurro Anna.

—Sobretodo a Rae.—respondió Karen. 

Nico solo intento detener a su rayo de sol, mientras que ella tan solo echaba chispas de rabia aunque por fuera solo luciera neutral. 

—Amore espera...—le dijo el chico— no te vayas así.—

— ¿Así como?—le respondió con indiferencia.

La Hija Del Sol ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora