— Muy bien. Llegamos —les dijo Hades.
— Es muy... —pensó la niña escogiendo bien sus palabras.
— ¿Tétrico? —se adelantó Deméter mirando a su alrededor.
— No, es asombroso, es...diferente —la corrigió ella muy feliz.
Entrando en el palacio se encontraron con una hermosa mujer blanca, rubia-rojiza de ojos verdes que cambiaban de color.
— Perséfone ya estoy aquí —anunció su esposo.
— Hola cariño, hola madre y... ¿Quién es esta niña tan linda? —dijo agachándose a la altura de Raven.
— Hola hija mía, ella es Raven Rose y es una hija de Apolo —respondió su madre.
— Hola mucho gusto ¿Y tú quién eres? —preguntó la infanta.
— Yo soy Perséfone diosa de la primavera y reina del Inframundo —le respondió la bonita joven.
— La traje aquí para que conociera el Inframundo un rato —añadió Hades.
— Eso es maravilloso —dijo alegre Perséfone.
— Hija, ¿Qué te parece si vamos a hablar adentro mientras ellos dos caminan? —le propuso su madre.
— De acuerdo, tengo mucho que contarte.
— ¿Podemos ir a ver el perrito de afuera? —dijo Raven refiriéndose a Cerbero.
— Claro que si enana vamos —dijo mientras cargaba en su espalda a la pequeña.
Raven y Hades pasaron mucho tiempo juntos en el inframundo jugando y visitando todos los lugares del mismo hasta que llego la noche y con eso la hora de ir a casa.
— Gracias por todo tío Des —le dijo con una sonrisa resplandeciente.
— ¿Así que ahora también tengo apodo? —dijo burlón.
— Eso es porque a mis ojos tu eres igual a todos los dioses único y especial —ella le hizo señas para que se agachara y le dijo en el oído— quizás hasta un poco mejor que muchos de ellos.
Hades sonrió feliz y le dijo:
— Gracias por todo pequeña.
— No hay de qué. ¿Poder seguirlos visitando? —quiso saber ella cuando ya estaba por irse.
— Las veces que quieras linda —le respondió Perséfone.
— Gracias tía Pers.
— Muy bien linda es hora de irnos. Ya es tarde y tu padre debe estar muy preocupado por ti —habló Deméter.
Dicho esto, ella se fue con la niña hasta llegar a la entrada del Olimpo.
— Chiquita me tenías muy preocupado, ya pensaba en ir a buscarte yo mismo —dijo Apolo como mamá gallina.
— Yo iré adentro, hasta luego pequeña.
— Adiós tía Dem.
— ¿Lista para irte a casa muñequita? —preguntó su padre.
— Si papi.
Así padre e hija tomaron rumbo a las calles de New York y mientras se dirigían a la casa de la menor este le pregunto:
— ¿Y cómo te fue en tu visita al Inframundo? —quiso saber él.
— Excelente. Es un lugar cómodo a pesar de ser tan oscuro.
— ¿De verdad?
— Sip.
— Bueno hermosa ya llegamos.
ESTÁS LEYENDO
La Hija Del Sol ©
Fiksi PenggemarRaven Rose es una adolescente "aparentemente normal" que vive en New York con su familia materna y padrastro, ella asiste al instituto como cualquier chica "normal" y vive pensando que su vida era la cosa más aburrida que pudiese existir, pero desde...