Apenas Anais llego a la casa y luego ingresó a la sala unos brazos la rodearon. Suspiró contra el pecho de Jeremy y le devolvió el gesto.
—Feliz cumpleaños —murmuró él contra su oído.
Sonrió suavemente.
—Te hice un pastel —lo miró enseguida —bueno, lo compre pero aun así hay pastel.
Ella se rio y negó por las palabras de Jeremy.
—Pero —continuo él —también he decidido hacerme un regalo.
—¿Un regalo, para ti? —alzó una ceja y observó a Gabriel.
—Sí, y también para él —soltó con una gota de molestia, al final le sonrió —¿quieres saber qué es?
Asintió.
—Llévala a su habitación, subo enseguida.
Jeremy la dejó y Gabriel tomó su mano.
—Vamos a darnos una ducha —murmuró él —tengo una extraña idea de que es lo que va hacer.
Anais lo siguió.
—¿Y qué va a hacer?
—Comerte —soltó él como si nada y al ver que se sonrojaba soltó una carcajada.
Ambos se ducharon rápidamente. Anais salió en vuelta en una toalla y se detuvo al ver a Jeremy sentado en una silla, él observaba uno de los libro del Kama Sutra que le habían enviado. Al verla le sonrió y lo cerró.
Se puso de pie y caminó hacia ella. Tocó su cabello húmedo.
—Déjame ayudarte —murmuró y tomó la toalla que tenía en su mano.
Anais cerró los ojos al sentir como acariciaba su cuerpo con la toalla. Luego él la giró para seguir y observó en la mesa el pote de crema batida y un pote de virio con manjar. Además, a su lado habían dos fuentes solo que no logró ver que contenían.
En ese segundo recordó las palabras de Gabriel, que ingresó a su habitación en ese segundo.
—Vas a comerme —le dijo a Jeremy, él se detuvo enseguida y la giró para verla, se rio de su rostro sorprendido.
—Buen, también —le dijo divertido —pero más bien voy a usar tu lindo cuerpo de plato.
Ella alzó ambas cejas y se dejó guiar a la cama.
Jeremy la recostó en el centro y se detuvo a su lado, Gabriel llegó al otro. Anais observó a Jeremy tomar las fuentes y el pote de crema batida, cuando él la miró sonrió suavemente.
—Cierra los ojos —le pidió y aceptó.
Anais se tensó al sentir que algo caía sobre su piel, luego solo se relajó y permitió que le pusieran encima de sus pechos, vientre y muslos, diferentes cosas. Luego de unos minutos Jeremy se detuvo.
—Abre los ojos pero no te muevas.
Ella lo hizo y se observó, no pudo evitar reírse al ver su pecho lleno de crema batida y trozos de frutilla, notó que incluso más abajo tenía el vientre con manjar.
Gabriel se acercó a su rostro y luego a su oído.
—Ahora vamos a comer —le susurró.
Ella se estremeció en seguida al sentir la lengua de Jeremy acaricia su piel sobre uno de sus pechos, Gabriel lo imitó y ambos comenzaron a limpiarla. Ella cerró los ojos unos segundos y tomó aire cuando uno de ellos acaricio su pezón tenso con la lengua, lo siguió haciendo por largos segundos antes de continuar hacia su vientre. Anais observó a Jeremy detenerse sobre su vientre mientras Gabriel bajaba a sus muslos. Ambos siguieron con sus caricias, mandando estremecimientos por su cuerpo.
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La pasión de Anais.
RomanceNovela Romántica y Erótica. Serie Nuevo Edén Libro Tres La pasión de Anais "Anais pasó de buscar a su amiga perdida, a recorrer un bosque, a ser perseguida y raptada por un grupo de hombres, y a estar delante de un grupo de ancianos mientras estos d...