Cuarta parte, Capítulo 2.

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Apenas Anais llego a la casa y luego ingresó a la sala unos brazos la rodearon. Suspiró contra el pecho de Jeremy y le devolvió el gesto.

—Feliz cumpleaños —murmuró él contra su oído.

Sonrió suavemente.

—Te hice un pastel —lo miró enseguida —bueno, lo compre pero aun así hay pastel.

Ella se rio y negó por las palabras de Jeremy.

—Pero —continuo él —también he decidido hacerme un regalo.

—¿Un regalo, para ti? —alzó una ceja y observó a Gabriel.

—Sí, y también para él —soltó con una gota de molestia, al final le sonrió —¿quieres saber qué es?

Asintió.

—Llévala a su habitación, subo enseguida.

Jeremy la dejó y Gabriel tomó su mano.

—Vamos a darnos una ducha —murmuró él —tengo una extraña idea de que es lo que va hacer.

Anais lo siguió.

—¿Y qué va a hacer?

—Comerte —soltó él como si nada y al ver que se sonrojaba soltó una carcajada.

Ambos se ducharon rápidamente. Anais salió en vuelta en una toalla y se detuvo al ver a Jeremy sentado en una silla, él observaba uno de los libro del Kama Sutra que le habían enviado. Al verla le sonrió y lo cerró.

Se puso de pie y caminó hacia ella. Tocó su cabello húmedo.

—Déjame ayudarte —murmuró y tomó la toalla que tenía en su mano.

Anais cerró los ojos al sentir como acariciaba su cuerpo con la toalla. Luego él la giró para seguir y observó en la mesa el pote de crema batida y un pote de virio con manjar. Además, a su lado  habían dos fuentes solo que no logró ver que contenían.

En ese segundo recordó las palabras de Gabriel, que ingresó a su habitación en ese segundo.

—Vas a comerme —le dijo a Jeremy, él se detuvo enseguida y la giró para verla, se rio de su rostro sorprendido.

—Buen, también —le dijo divertido —pero más bien voy a usar tu lindo cuerpo de plato.

Ella alzó ambas cejas y se dejó guiar a la cama.

Jeremy la recostó en el centro y se detuvo a su lado, Gabriel llegó al otro. Anais observó a Jeremy tomar las fuentes y el pote de crema batida, cuando él la miró sonrió suavemente.

—Cierra los ojos —le pidió y aceptó.

Anais se tensó al sentir que algo caía sobre su piel, luego solo se relajó y permitió que le pusieran encima de sus pechos, vientre y muslos, diferentes cosas. Luego de unos minutos Jeremy se detuvo.

—Abre los ojos pero no te muevas.

Ella lo hizo y se observó, no pudo evitar reírse al ver su pecho lleno de crema batida y trozos de frutilla, notó que incluso más abajo tenía el vientre con manjar.

Gabriel se acercó a su rostro y luego a su oído.

—Ahora vamos a comer —le susurró.

Ella se estremeció en seguida al sentir la lengua de Jeremy acaricia su piel sobre uno de sus pechos, Gabriel lo imitó y ambos comenzaron a limpiarla. Ella cerró los ojos unos segundos y tomó aire cuando uno de ellos acaricio su pezón tenso con la lengua, lo siguió haciendo por largos segundos antes de continuar hacia su vientre. Anais observó a Jeremy detenerse sobre su vientre mientras Gabriel bajaba a sus muslos. Ambos siguieron con sus caricias, mandando estremecimientos por su cuerpo.

La pasión de Anais.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora