Anais se sorprendió de lo rápido que los tres se desvistieron. En un segundo ambos la tocaban sobre su vestido y al siguiente ya sentía sus manos sobre su piel desnuda, además del sol y la suave brisa del mar.
Ella gimió cuando la apresaron entre los dos, cuando sintió el calor de sus cuerpos presionarse contra el suyo. Anais besó a Jeremy con cierta desesperación mientras la boca de Gabriel se entretenía en cuello y espalda. Él acaricio su trasero y luego sus piernas una y otra vez. Solo que quería otra cosa, se dio cuenta en ese segundo que hasta ahora no había tenido a ese hombre en su boca, aún no había podido probarlo como debería.
Decidida se giró y lo enfrentó.
—Acuéstate —pidió. Él la observó unos segundos antes de hacerlo.
Anais se acomodó entre sus piernas y se dejó caer de rodillas, ya inclinada sobre él observó a Jeremy aún de pie y le sonrió. Él entrecerró los ojos y se acercó enseguida.
Cuando lo probó Anais supo enseguida cuan diferente era de Jeremy. Incluso esa parte de su cuerpo sabia desigual. Sonrió al escuchar a Gabriel jadear y luego jadeó ella cuando la lengua de Jeremy la tocó. Gimió y siguió con lo suyo. Lo acaricio de arriba abajo lentamente y luego con más velocidad, chupó su cabeza mientras lo recorría con una mano mientras sentía a Jeremy hacer casi lo mismo con ella. Parecía que imitaba sus movimientos, si iba más rápido se apresuraba si iba más lento también lo hacía.
Ella jadeo cuando él empujó dos dedos dentro de ella. Se retorció hacia él pidiéndole más y liberó a Gabriel cuando Jeremy aceptó su pedido. Ella tomó aire lentamente al sentirlo ingresar a su cuerpo, forzándola poco a poco y sin pausa a tomarlo entero.
—Dioses —gruñó él y salió igual de lento que antes.
Ella se estremeció y jadeo. Unas manos tocaron su rostro y recordó que tenía Gabriel bajo ella. Regresó a su caricia con más desesperación que antes. Quería que se corriera lo antes posible.
—Anais —jadeo Gabriel y movió sus caderas contra su boca.
Los tres establecieron un ritmo, que aumentaba de velocidad, por unos segundos se perdieron entre gemidos y jadeos hasta que Gabriel alejó a Anais de su sexo.
—No, espera —jadeo él —quiero córreme dentro de ti.
Ella se quejó un segundo por eso pero terminó por aceptar. Jeremy salió de ella al oírlo y Anais se movió sobre Gabriel enseguida.
—No pequeña —dijo Gabriel tenso —que Jeremy este abajo, eres demasiado estrecha para que él te tome por detrás.
—No —soltó enseguida —lo quiero a él detrás y a ti justo de esta forma.
—Anais —jadeo él pero lo besó para callarlo.
No quería que hicieran eso, pensó ella, ambos tendrían el mismo tratamiento, recibirían lo mismo de ella sin importar nada. Una parte de ella sabía que Jeremy era más ancho que Gabriel y no le importaba, si le dolía iba a adaptarse y punto.
—Abre más las piernas cariño —murmuró Jeremy y aceptó.
Él se puso detrás de ella y luego de humedecer sus dedos con su esencia la preparó.
—Jeremy —se quejó suavemente al ver que se tomaría las cosas con calma.
—No cariño —dijo él —si me quieres aquí será a mi modo —él introdujo dos dedos en su estrecho canal.
Jadeo.
Jeremy jugó con ella demasiado tiempo, la tenía en el borde solo con esa caricia, dentro y fuera, lento y profundo, dos y luego tres dedos la estiraron en varias direcciones.
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La pasión de Anais.
RomanceNovela Romántica y Erótica. Serie Nuevo Edén Libro Tres La pasión de Anais "Anais pasó de buscar a su amiga perdida, a recorrer un bosque, a ser perseguida y raptada por un grupo de hombres, y a estar delante de un grupo de ancianos mientras estos d...