♛ V E I N T I C U A T R O ♛

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           La tensión se había acumulado en algo tan diminuto, estábamos viéndonos las caras, una y otra vez, viendo que expresión nueva saltaría y haría que el hielo se destruyera de una vez, pero nada, todos tranquilos mirando la película, inmóv...

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           La tensión se había acumulado en algo tan diminuto, estábamos viéndonos las caras, una y otra vez, viendo que expresión nueva saltaría y haría que el hielo se destruyera de una vez, pero nada, todos tranquilos mirando la película, inmóviles al sonido, mirando las caricaturas que la televisión nos mostraba, sincronizados en comer las palomitas, sin ningún otro movimiento en falso, era como haberse estudiado todo un año un libreto completo, ni siquiera las miradas de Abel, quién se encontraba al extremo izquierdo del sofá, se cruzaban con las mías, quién sentado a la derecha, ya me estaba hartando de tanta monotonía.

           Y ahí entre tanto silencio, algo hizo que los hermanos quedaran dormidos, y en ese trayecto dos almas se hallaron, Abel hizo una seña dirigiéndose a la cocina y sin pensarlo mucho, nos separamos de ellos con el más mínimo movimiento, corriendo por encontrarnos, había sido una eternidad, apagamos la televisión y colocando una manta encima de ellos, nos alejamos. Caminamos sincronizados hasta el comedor y ahí entre tanto ajetreo de cosas por ordenar, nuestras manos se tocaron, yo ya no estaba molesto, pero al parecer Abel, sentía algo que no encajaba ¿Acaso pensaría que estoy enfadado, todavía con él? ¿Me pretendía hablar? Al parecer esos pensamientos se esfumaron cuando cerró el grifo y me arrastró hasta el cuarto, no sé cómo subimos tan rápido, pero lo hicimos sin mucha dificultad.

          Mi corazón se aceleró, al ver esa posición que adoptaba Abel, y sin mucho me acerqué a él, tocando sus mejillas, las cuales ardían de la mejor manera posible.

         ––Nunca lo hicimos oficial ¿Quieres ser mi novio? –habló Abel, mi alama se derritió, estaba siendo demasiado sentimental, pero no me importaba, al fin me lo dijo, al fin seremos lo que siempre quise que seamos.

         ––¿E-Estás hablando en serio? ¡Claro que acepto! –exclamé abalanzándome contra él. Sentía como su cuerpo al sentir mi presencia se relejaba y su respiración haciendo acción contraria se aceleraba al punto de no parar.

         ––Te quiero conmigo para siempre –dijo besándome y colocando su cuerpo más pegado al mío en un agarre de cintura, nos quedamos así hasta que el alentó mando a separarnos, de o ser así, hubiéramos permanecido por mucho más.

          No tenía muy bien las ideas, pero algo sí sabía, Abel era con quien quería envejecer, con él quería salir de lo común, con él quería ser feliz. Me separé por él y note que sus brazos ejercían fuerza contraria. Sonriéndole me paré y cerrando la puerta con delicadeza dije:

          ––¿Acaso quieres que nos vean? –sonreí besándolo y mientras él se paraba, me deslizó sobre la cama, quedando boca arriba.

          ––¿Pasa algo? –preguntó al verme algo distraído.

          ––No, no es nada, solo que es mi primera vez –respondí sonrojándome al tope.

          ––Entonces está será la mejor primera vez –dijo acercándose a mi cuello, para después deslizar sus labios, dejando pequeñas mordidas en cada lapso que bajaba.

          ––A-B-E-L –dije tan suavemente cuando llego a mi pecho.

          ––Tranquilo, al parecer eso ya te hace gritar, espera a lo que viene después –sonrió con una mueca muy perversa, me gustaba más de lo que él pensaba, estaba a punto de explotar de excitación.

          Mi cuerpo se estremecía al sentir el respirar de Abel, cada vez bajando más y más, mi sangre hirviendo de tanta sensualidad, mi corazón daba latidos más de lo normal, algo me decía que pronto estaría derritiéndome de tanto placer, que hasta empezaba a darme colapsos.

          ––¿Jacob? ¿Quieres pasar a lo que sigue? –preguntó Abel, cuando vio que mis mejillas ardían al punto de parecerme a un títere.

          ––Mejor déjame a mí –no sé cómo dije eso, pero la adrenalina causada por el contacto de nuestros cuerpos actuó sin permiso y recostándolo, terminé yo arriba, este era mi turno.

          Su pecho y después sus abdominales, algo me decía que era un gimnasta muy reconocido, quité la camisa de una vez y despojándolo de sus vestiduras, solo lo dejé con su ropa interior, que sexy se veía con el bóxer puesto, lo agarré del cuello y mordiendo su entrepierna pude darme cuenta del regalito que me esperaba, aparentemente era el primero que veía en toda mi vida, claro exceptuando el pene de plástico que Coralay se atrevió a regalarme en mi cumpleaños. Al morder por segunda vez un gemido saltó de la boca de Abel, esto le estaba gustando como a mí.

         ––Se suponía que tu deberías hacerme gemir –reí acarameladamente, queriendo poner humor al momento.

         ––D-Después lo aré yo –guiñó el ojo mientras descendía el bóxer hasta dejarlo completamente sin nada encima.

         Como suponía, su miembro estaba realmente disfrutando mi compañía y sin pensarlo mucho, sólo proseguí, sentí como el salado respectivo del miembro de Abel, inundaba mis papilas, dejándome extasiado en tan solo una probada, sentí su cuerpo estremecerse al someter su miembro a lo profundo de mi garganta. Sus manos contendieron mis cabellos, que cada vez Abel ejercía más presión.

         Las cortinas cerradas y nuestra mejor compañera, la lujuria, hacían que me encontrara volando de placer por los cielos, unos minutos después sentí el éxtasis en mi boca, Abel se había venido, aquel fluido hacía que quisiera más y más, su solo sabor era una receta exquisita de nunca acabar. Sin más limpió mi boca y acercándose a mí, me giró de boca abajo, esto era algo nuevo, nunca, nunca me habían dado... por detrás.

        ––Abel tengo miedo –dije tapándome con la almohada.

        ––No te preocupes lo aré lo más delicado posible, siempre que tú lo dedicas, puede ser que la acción veloz te guste más –aclaró besándome la nuca.

        ––C-Claro –respondí muy relajado.

        Estaba indeciso, pero después de unos segundos, sentí su delicadeza, aquel miembro de Abel, estaba dentro de mí, también tenía un dolor inexplicable, me estaba derrumbando por dentro, pero a la vez era una sensación muy nueva, algo diferente al placer, era como estar conectado a la otra persona. Abel empezó a moverse y mi cuerpo reaccionó al moverse al mismo ritmo que él, esta nueva sensación era algo más fuerte que el sexo y el solo pensamiento del placer, algo mucho más allá que el amor. Sus embestidas aumentaban de velocidad y fuerza cada vez más, el dolor desapareció y sin querer cambiamos de lugar, ahora yo iba arriba, mi corazón se aceleraba al ver esos ojos, que al mirarlos se estremecían tanto como los míos.

        Mis gemidos aumentaban de intensidad y colocándome un trapo, pude apaciguar los gritos de placer, nuestros movimientos se volvieron muy coordinados. Llegamos al clímax, mi sensación explotó sin decir más.

       ––¡Abel!

       ––¡Jacob! 

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Capítulo especial por el ¡1k! Muchas gracias a todos los que leen Mi Ceniciento :D 

MI CENICIENTO© [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora