♛ C O R TO 4º ♛

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               La luz del sol era muy evidente, ya era hora de levantarnos, pero ¿Por qué hacerlo si tenía la oportunidad de quedarme a su lado por más tiempo? La única cosa que amaba más en esta vida, era despertar junto a él, enredado con sus br...

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               La luz del sol era muy evidente, ya era hora de levantarnos, pero ¿Por qué hacerlo si tenía la oportunidad de quedarme a su lado por más tiempo? La única cosa que amaba más en esta vida, era despertar junto a él, enredado con sus brazos e hipnotizado con su mirada. Su respiración recorría toda la habitación, llegando a permanecer sobre el aroma de mi piel.

              Alcé la mirada con lentitud, apreciando la mueca que había puesto a causa de la luz, aun así, se veía completamente atractivo. Dirigí mi mano mientras mis labios se relamían, levanté un poco mi rostro y a punto de besar sus labios, sentí un fuerte apretón en mi cintura, sus manos habían encadenado mi cintura, haciendo girar en dirección a él ¿El resultado? Quedé encima de él.

           ––Buenos días, amor mío ––sonrió con picardía Abel, mientras que me pegaba más a él.

           ––Buenos días ––correspondí depositando un beso en la comisura de sus labios.

           ––¿Cómo amaneciste? Al parecer estás con toda la energía, para tu ya sabes... ––proponía Abel sonriendo––. No puedo esperar más.

           ––Me da mucha pereza descambiarme ––dije con pereza.

           ––Entonces hazlo con pijama.

           ––No me quiero ensuciar ––hablé colocando una mueca con mi boca.

           ––¿Quién dice que te vas a ensuciar? Lo vas a disfrutar ––volvió a sonreír.

           ––A ti te va a encantar, más que a mí ––me quejé.

           ––Entonces yo también te ayudaré ––respondió besándome.

           ––Si tú lo dices...entonces ayúdame a preparar el desayuno ––sonreí al ver su cara de confusión.

          ––P-Pero yo no hablaba de eso ––colocó un puchero muy tierno.

          ––Hay Abel, para ir a la playa hace mucho frío –reí nuevamente, mientras observada su cara de molestia––. ¿Me vas a ayudar? ––pregunté arqueando una ceja.

           ––Claro, mi príncipe ––me abrazó y beso en la frente––. Muy bien sabías lo que quiero ––susurró sonriendo.

           ––No cabemos en la misma ducha, lo lamento ––hablé con mucha seriedad, pero por dentro estaba a punto de reírme de él y sus expresiones.

           ––Ya qué ––suspiró finalmente.

           Me quité con delicadeza las prendas de dormir y cambiándome de ropa, salí en dirección a la cocina, que siendo completamente nueva, parecía haber tenido un descuido considerable. Busqué cualquier cosa para comer, ya sean huevos o algo parecido, pero nada, esta casa era nueva para mí.

MI CENICIENTO© [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora