Capítulo #1

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CASSANDRA.



Desde hace unas semanas, mis sueños son más extraños que antes. No entiendo por qué, y para ser sincera no me están agradando para nada. Era como si, por una extraña razón, estuviera viviendo en una mala película donde todos a los que quería morían por causas extrañas. Siempre tenían que ver con un río o cascada, un incendio, una batalla... pero todos tenían el mismo final; yo en el suelo sujetando un cuerpo sin rostro, desangrándose en mis brazos mientras que una infinidad de lágrimas bajaban por mis mejillas. Ese era el momento en que siempre me levantaba; con el pulso acelerado, la respiración rápida y mi cara mojada.

Solté un suspiro y me levanté de la cama. Hoy era mi último día en Francia después de vivir 10 años con la Tía Emily. Me habían dado una beca completa para entrar a una prestigiada escuela en Londres y Emily me había obligado a aceptarla si oportunidad de leer el correo.

Observé mi habitación, o lo que quedaba de ella; todo se encontraba en cajas, regadas por todo el lugar. Me dirigí a una de ellas, donde sabía que encontraría mi ropa, y busqué mi atuendo de hoy. Con la ropa en mano me metí con rapidez al baño, dispuesta a darme una larga y relajante ducha. Al terminar me puse el pantalón blanco que había escogido, en conjunto con una blusa azul pastel y mis flats dorados. Decidí dejar mi cabello suelto para darle un toque natural. Ya lista, bajé a la cocina para encontrarme con Emily.

- ¿Cómo has dormido? -preguntó al verme.

-Bien, supongo. -respondí encogiéndome de hombros. Emily me dio una rápida mirada para después seguir preparando el desayuno. Ella estaba al tanto de mis sueño o pesadillas, como las quieran llamar, y eso le preocupaba ya que había veces en las que no lograba dormir bien a causa de ellos.

-Eso espero. -dijo, aun dándome la espalda. -Porque hoy tendremos mucho trabajo al llegar a la nueva casa

Emily se dio la vuelta y dejó un plato de frutas con miel enfrente de mí. Mientras desayunábamos me mantenía al tanto sobre las cosas que tendríamos que hacer al llegar a Londres. Al finalizar con mi comida le pedí a Emily que no me llevara hoy al colegio; quería caminar, ver por última vez el lugar para recordarlo al irme. Con una advertencia si no respondía sus mensajes, tomé mis cosas y caminé en dirección a la escuela. Cuando llegué lo primero que encontré fue a las tres chicas que se hacían llamar mis amigas.

Ruby era la más alta de las cuatro, poseía un cabello rojizo que hacía que sus ojos verdosos resaltaran y su delicado rostro estaba cubierto de pecas que la hacían ver tierna e inocente. Carol era una chica menuda de cabello rubio y de ojos miel. Mientras que Miram era una chica de estatura promedio de cabello castaño a juego con sus ojos.

Me acerqué a ellas con una mirada confusa. -Hola, chicas.

Ruby se abalanzó hacía mí, dándome un gran abrazo. -Te vamos a extrañar, mucho.

-Yo también las voy a extrañar. -respondí al mismo tiempo que le devolvía el abrazo. -Pero creí que irían a despedirme en el aeropuerto.

Al separarme de la chica de cabello rojizo pude ver sus rostros con claridad. Todas tenían una cara de lamento, lo que me daba a entender que algo me ocultaban. Me crucé de brazos, esperando a que alguna de ellas hablara. Había algo que odiaba más que el chocolate blanco y era que me ocultaran las cosas. No soportaba la idea de no saber sobre algo; la honestidad era algo importante para mí.

-Cassandra... -empezó Carol, dándome una mirada. -Tenemos que decirte algo.

- ¿Qué cosa? -pregunté.

The Four Elements © |B#1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora