12. NICO

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Al llegar a casa cuando el sol estaba pintando el cielo de naranja, me tumbé en el sillón un poco cansada pensando en que haría después.

—Georgia, tu celular está sonando —la voz de David me sacó de mi sueño. Ni siquiera me había dado cuenta de cuando había caído dormida. Busqué a ciegas el celular hasta que logré conseguirlo.

—Bueno —dije un poco entre dormida y despierta.

— ¿Estás lista? —no tarde mucho en darme cuenta de quién era.

— ¿Para qué? —Hice memoria sin saber para qué debía de estar lista.

—No puedo creer que olvidaras que hoy abren Cannonball, dijiste que si iríamos. —Por más que tratara de recordar no podía hacerlo.

— ¿A qué hora abrirán?

—Creo que diez pero ya sabes que todos llegan después —me fijé en el reloj de la cocina y para mi suerte apenas eran las siete.

—Bien, entonces te marcaré a las nueve —escuché como Emma murmura de que llegaríamos tarde antes de que se terminara la llamada.

— ¿A dónde irán? —dijo David.

—A un lugar que abrirán hoy —me sorprendió que él no supiera — ¿Acaso no sabes porque no iras?

—Sí, tengo unas tareas atrasadas y mañana debo de ir al trabajo —me giré para verlo desde que me había despertado y pude ver que se le veían unas ojeras más negras de lo habitual.

—Bueno, en cuanto llegue te contaré si vale la pena el lugar.

—Bien, pero no llegues tan tarde, ya sabes cómo se ponen los viernes —no pude evitar preguntarme si se refería al día en que conocí a Leonardo o si era una simple advertencia.

Leonardo.

Me resultaba tan familiar y a la vez tan desconocido el nombre. Tenía unas inmensas ganas de verlo de nuevo. De camino a mi habitación empecé a recordar que ya habia pasado mas de un mes que no sabia nada de él, solo de su primo, ya que David me hacia mención de él.

Revisé mi ropa y me decidí por unos vaqueros guinda oscura y una blusa negra de manga larga muy vaporosa. El clima estaba perfecto para no llevar nada mas que eso.

El agua no duro mucho recorriendo mi cuerpo, si empezaba a disfrutar el baño no podría salir de ahí. Tracé una línea con el delineador mas larga de lo común en mi parpado, porque podría salir de casa sin un zapato pero no sin una gota de delineador.

Tacon o sin tacon?

Aun no lo sé —contestó Emma al momento.

Pff

Elegi unos zapatos negros con agujetas, no desea tacones esa noche.

Me asomé a la habitación de David y vi que estaba de espaldas a la puerta, inmerso en sus tareas.

—Ya me iré.

—Sí, cuídate —murmuró sin levantar la vista de sus deberes.

Llamé un taxi para que me llevara a la casa de Emma.

Mi celular empezó a sonar y contesté enseguida.

—Ya estoy llegando. —Su voz molesta porque aún no estaba lista retumbó en mi oído —Uy, lo siento, ya estoy afuera.

Terminó con la llamada a regañadientes. Antes de que lo hiciera creí haber escuchado un golpe como de una caída. Unos dos minutos después abrió la puerta del taxi con mala cara.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2017 ⏰

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