Cap.4

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Justin deslizó las manos de los hombros de ______ hacia su espalda. Sabía que besarla era lo

último que debería haber hecho, pero meses de celibato autoimpuesto mezclados con el delicado

y bello rostro de ______ mirándolo lograron quebrar su voluntad.

¿Acaso desconocía lo perfecta que era? ¿Hasta qué punto le había hecho perder la

confianza en sí misma el miserable de su ex marido?

Se permitió disfrutar un momento más del beso y luego apoyó las manos en la cintura de

______ con intención de apartarla.

Pero entonces ella le devolvió el beso. Un incontrolable deseo hizo olvidar a Justin todo

pensamiento de profesionalidad mientras ______ le ofrecía su boca abierta con más pasión y

delicadeza de la que jamás habría imaginado posible. Ningún hombre habría podido contenerse

con una mujer como ella, y menos aún después del inconfundible murmullo de excitación que

escapó de entre sus labios.

La quería en la cama, con sus piernas en torno a él... Sin poder contenerse, y a la vez que el

beso se volvía más y más profundo y apasionado, deslizó una mano hasta encontrar el primer

botón de la blusa de ______. La ligera resistencia que encontró al tratar de desabrocharlo le hizo

volver a la realidad.

Meterse en la cama con una compañera de trabajo que además era la hija de su jefe sólo

podía tener un resultado: que lo despidieran.

Y si le desabrochaba aquel botón los desabrocharía todos.

Se obligó a pensar en su despacho en la empresa y en cuánto había tenido que trabajar para

llegar donde estaba. Un instante después se apartaba de ______ con una sonrisa que esperaba que

pareciera desenfadada.

—Ya está. ¿Te ha convencido? Eres atractiva. Y si yo puedo besarte así, imagina lo que

estaría pasando por la cabeza de Randall Wellinby esta mañana. Más vale que no lo subestimes.

Estoy seguro de que tiene segundas intenciones en lo que a ti se refiere.

—¿Es así como manejabas tus desacuerdos profesionales con Quentin Kostador? —el tono

ronco de ______ hizo comprender a Justin que se sentía tan afectada como él.

Justin se rió y agradeció en silencio que le estuviera facilitando de aquel modo la retirada.

—Afortunadamente, nunca tuve que convencer a Quentin de que era atractivo.

—Sospecho que te habría dado un buen mamporro.

—Me sorprende que tú no lo hayas hecho.

En aquella ocasión, fue ______ la que se rió.

—No podía. Te necesito en el puesto junto a mí mañana.

—Deberíamos hablar de eso —dijo Justin con un desenfado que estaba muy lejos de sentir

después de aquel beso—. Sólo necesito saber que vas a fiarte de mis instintos. Si Randall pasa

mañana por el puesto, creo que debería hablar yo con él. Así sabremos con certeza que está

prestando atención al software.

Solo queda un soltero .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora