DOS

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Ya llevaba tres años dentro de la congregación y aún no me había acostumbrado al hábito*. No era cómodo al momento en que querías correr. Ya pasaban de las cuatro de la tarde y había prometido ayudar al sacerdote Hoseok con el catecismo de los niños.

- Lamento llegar tarde.- salí al patio trasero de la capilla.- Estaba orando en mi habitación y perdí la noción del tiempo.

Estaba tan agitada por haber corrido, que no me percaté de que ningún niño estaba en el patio. Miré confundida el lugar. ¿Dónde se metieron?

- ¡Hermana Kim!- el sacerdote Hoseok me saludó sonriente.- ¿Por qué está aquí?

- Lo lamento tanto Sacerdote Hoseok.- me disculpé.

El Sacerdote me miró confundido.- ¿Por qué se disculpa?

- Prometí ayudarle con el catecismo de los niños.- expliqué.- Fui una cabeza hueca y lo olvidé.

Hoseok me miró divertido.- Creí que te había llegado mi recado.- lo miré confundida. Al ver mi cara explicó.- Le comenté a la Hermana Haneul que hoy se cancelaría el catecismo, ¿no le avisó?

Haneul me iba a escuchar. Juraría que lo olvidó por estar molesta por tener que decorar la capilla.

- Al parecer no.- me encogí de hombros.- Entonces...- estaría loca si hacía esta pregunta, pero al menos dejaría de hacer teorías.- ¿Puedo hacerle una pregunta?

- ¡Claro Hermana!

- Es sobre su amigo.- Hoseok ladeó la cabeza algo confundido.- Su amigo, el millonario.- ante lo dicho, Hoseok volvió a sonreirme.- ¿Puedo saber quién es?

- ¿Por qué tanta curiosidad?- me atrevería a decir que al Sacerdote Jung le encantaba ponerme nerviosa.

- Mis Hermanas y yo estamos curiosas de quién es la persona que ayudará a nuestra capilla.

Hoseok pareció satisfecho.- Es un amigo de la escuela primaria.- respondió.- Es un año mayor que yo.

Que Dios nos perdone por hacer teorías absurdas.- ¿Una año mayor?- dije casi para mí. El sacerdote me escuchó y asintió.- Entonces, es un chico de 24 años.- Hoseok volvió a asentir.- ¡Valla!

- ¿Sus Hermanas y usted que se imaginaban?

Estaba entre la espalda y la pared: ocultar al Sacerdote Hoseok las teorías o decirlas y quedar en ridículo. Opté por lo segundo.

- Creíamos que era un anciano,- comencé.- Pensábamos que de joven vivió una vida de pecado, y ahora, que ha envejecido, ha querido donar parte de su dinero a la capilla para que su alma descanse en paz.

Hoseok comenzó a reír. Me sentía realmente avergonzada. Podía ver que las lágrimas salían de sus ojos.

- Le doy gracias a Dios por tener a una Hermana tan graciosa.- dijo.- Min Yoongi no es anciano, pero tiene la actitud de uno.

- ¿Min Yoongi?

- Ese es el nombre de mi amigo.- dijo.- Su actitud es un poco pesada, pero es un gran chico.- miró su reloj.- Cómo ha pasado el tiempo Hermana Kim.- me miró.- Faltan cinco minutos para que sean las seis de la tarde y estoy seguro de que está a cargo de la cena del día de hoy.

Miré al sacerdote horrorizada por haberme recordado mis tareas. Ya eran las seis de la tarde y la cena comenzará a las ocho de la noche. Me despedí del sacerdote y salí corriendo. ¡Que Dios me perdone, pero espero que en un futuro nos dejen usar pantalón y no esto!

[...]

Compartía habitación con Haneul. Me había dado una ducha y acababa de ponerme el hábito. Extrañaba mi cabello largo, pero el cabello corto también se me veía bien. ¡Oh, tonta vanidad! Tomé el cíngulo* y lo enrollé alrededor de mi cintura; pasé mi rosario por el cuello.

- ¡Hye!- chilló Haneul.- No puedo ponerme el hábito.- dijo desesperada.- ¡Necesito ayuda!

Me acerqué a ella y la ayudé.- No vuelvas a tratar de ponerte todo el hábito al mismo tiempo.- la reprendí.

- ¡Hey!- gritó.- Tan sólo tienes 22 años. Más respeto para tus mayores.

- Oh, lo lamento Sor Haneul de Suncheon.- reí. Haneul bufó.- Debería de estar molesta contigo.- dije.- Nunca me avisaste que el catecismo se había suspendido.

Haneul hizo una mueca de disculpa.- Se me pasó.- dijo.- He estado molesta por la tarea que nos puso la Madre Superior.

Humildad, Obediencia y Castidad.- dije.- Esos fueron nuestros votos, los debemos de cumplir.

- Lo sé.- bufó.- Pero tengo miedo de romperme una costilla.

- Sólo aléjate de las escaleras.- sonreí.- Tenemos que bajar ahora, si no, la Madre Superior nos castigará.

[...]

Hace mucho que no utilizamos el gran comedor del convento. La última vez que lo utilizamos, fue cuando el Obispo de Roma, Angello Baptista, nos visitó. Ahora estábamos todas, paradas en nuestro respectivo asiento. Por suerte, Haneul estaba a mi lado.

La Madre Superior nos dio indicaciones explícitas de cómo actuar en presencia de este hombre de buen corazón, o para mí, Min Yoongi. Estaba ansiosa de conocerlo. ¿Cómo un hombre tan joven puede tener una actitud tan pesada? No estaba segura si el Sacerdote Hoseok me estuvo mintiendo, pero qué va, él es un sacerdote entregado a Dios y libre de pecado, no pudo haberme mentido, o ¿sí?

Las puertas del gran comedor se abrieron y dejaron ver a nuestro amado Sacerdote, a sus lados estaban dos hombres.

Un chico alto, de piel blanca como la porcelana, cabello rubio y bien parecido, se encontraba a su lado izquierdo. A su derecha, estaba otro chico alto, de piel blanca, cabello castaño y portaba un maletín. ¡Seguro que ese es el tal Min Yoongi!

Todas dimos una leve reverencia. La Madre Superior se acercó a los chicos y estuvo intercambiando unas palabras. El sacerdote, junto con la Madre Superior y los dos chicos, se acercaron a la mesa y tomaron sus respectivos asientos, en frente del mío.

- Les presentaré a las Hermanas de esta congregación.- dijo Hoseok sonriendo.- Ella es la Hermana Choi Suni, Sun Hee, Young Mi, Hee Sok, Lee Soo,- no es bueno jurar en nombre de Dios, pero apostaría que aquellos chicos se estaban aburriendo de saber nuestros nombres.- Ella es la Hermana Haneul y ella es la Hermana Kim Hye.

El chico de cabello rubio no me quitaba los ojos de encima. No le importaba que todas las Hermanas de una congregación lo estuvieran mirando. Me hizo sentir incómoda. Sin apartar la vista de mi se presentó.

- Mi nombre es Min Yoongi y él es mi secretario Kim SeokJin.- todas asentimos.- Yo soy aquel hombre de buen corazón que donaré dinero por el bien de esta provincia.

Así que era él. El chico de cabello rubio es Min Yoongi. No puedo dejar de morderme el labio inferior. Seguro que él lo ha notado.




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*Hábito: El hábito religioso es una vestidura usada por las órdenes y congregaciones religiosas.

*Cíngulo: Se llama cíngulo a un cordón, usado por los religiosos

|| AVE MARÍA ® || Min Yoon Gi || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora