UNO

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Estábamos listas para iniciar el rosario de 6:30 am. Las ancianas eran las primeras en llegar a la pequeña capilla. Eran los últimos de noviembre, y las primeras heladas no se hacían esperar. Cada quien tomó su respectivo asiento y dimos inicio al rosario de aurora.

- Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.

Las personas que se encontraban en el lugar, se persignaron haciendo el símbolo de la cruz con sus dedos.

- Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

- Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.- contestaron las personas al unísono.

[...]

Mi congregación pertenecía a la orden de las "Madres Adoratrices". Estábamos ubicadas en Suncheon, Corea del Sur. Teníamos a nuestro cargo una capilla en el centro de la provincia.

- ¡Hermana Hye!- un pequeño niño corría en dirección hacia mi.- ¡Hermana Hye!

- ¿Qué pasa pequeño?- respondí.

El niño agitado, tardó varios minutos en responder.- La Hermana Haneul la busca.- le agradecí por su amable gesto y me retiré.

Solía salir a caminar por los caminos empedrados, a deleitarme con los hermosos paisajes que Dios nos regalaba. Estaba prohibido, para una religiosa, salir sin previa autorización de la Madre Superior. Yo era ese tipo de persona que no seguía las reglas al pie de la letra. ¿Por qué pedir permiso para salir y convivir con los hijos de Dios? Entré por la puerta trasera de la capilla y me encontré a la Hermana Haneul.

- ¡Jesús!- exclamó Haneul.- ¿Dónde te metiste?

- Salí a caminar.- me encogí de hombros.- ¿Qué pasa?

- La Madre Superior quiere hablar con todas nosotras.- dijo tomándome de la mano y llevándome a la oficina de la Superior.- Además,- dijo cambiando de tema.- Deberías de acatar las reglas, no quiero que la Madre Superior se entere y te castigue.

Consideraba a la Madre Haneul como mi mejor amiga. Llegamos juntas a la congregación de Suncheon hace dos años. Ella tenía 23 años, un año mayor que yo, pero nuestras personalidades eran algo parecidas. Haneul tocó tres veces la puerta de la oficina, para después pasar.

- Ahora que estamos todas reunidas.- habló la Madre Superior.- Sería conveniente comenzar con los preparativos para iniciar el novenario a la Virgen de la Inmaculada Concepción.- todas estábamos expectantes a lo que nos fuera a decir.- Iniciamos el 30 de noviembre y terminará el 8 de diciembre.- todas asentimos y seguimos escuchando.- Iniciaremos una peregrinación todas las mañanas a las 6:00 am con la imagen de nuestra Señora de los cielos; rezaremos el rosario de aurora y caminaremos por algunas de las calles de Suncheon, para que al final, lleguemos a la capilla para iniciar la misa de 7:00 am.

- Madre Superior.- habló una chica bajita de cabello color negro.- ¿Cuando adornaremos la capilla?

- La noche del 29 de noviembre.- respondió.- Tengo la lista de las personas que harán esa tarea.- tomó una hoja y la leyó.- Choi Suni, Sun Hee, Young Mi, Hee Sok, Lee Soo, Min Ah, Min Haneul, Kim Hye y Jung Yoon.

Haneul puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos molesta. Odiaba tener que hacer este tipo de trabajos. La última vez que ayudó a arreglar la capilla para celebrar el día del Sagrado Corazón de Jesús, rodó por las escaleras en donde se encontraba el Santísimo y se fracturó la mano izquierda. Reí al ver su cara.

- Madre Superior,- habló la Hermana Young Mi.- ¿Usaremos los adornos de hace dos años?

Era cierto. La diócesis de nuestra comunidad, se encargaba de mandar dinero a los templos y capillas para los gastos que se hicieran, pero como era de esperarse, siempre hacían a un lado a las capillas que estaban dirigidas por religiosas.

- Con el dinero de la limosna podemos comprar papel de colores y hacer las flores.- comentó la Hermana Sun Hee.

- No se preocupen por el dinero.- habló la Madre Superior.- El sacerdote Jung Hoseok me habló de un amigo que es millonario y quiere ayudar a esta comunidad.

Todas comenzamos a cuchichear. Era algo nuevo para nosotras escuchar que alguien quiera ayudar a esta comunidad. El sacerdote Jung, o como le digo yo, sacerdote Hoseok, es un sacerdote que tiene en la provincia de Suncheon más de cinco años. Es amado por la ancianas que siempre están presentes en misa de 7:00 de la mañana, juega con los niños y ayuda en todo lo que le es posible. Si necesitas algún consejo, el sacerdote Jung es la persona indicada.

- ¡Silencio!- elevó la voz la Madre Superior.- Les debería de dar vergüenza al tener esa actitud.- nos reprendió.- Deberían ofrecer sus oraciones por este hijo de Dios que quiere ayudar a los más necesitados.- terminó añadiendo.- Mañana tendremos la grata presencia de que esta persona nos visite al convento, así que quiero que se porten según la voluntad de Dios.

Nadie tenía las agallas para preguntar el nombre de aquella persona de buen corazón. Pero comenzamos a imaginarnos a un hombre mayor, con alguna enfermedad terminal, que cuando era joven, vivió una vida de pecado, y ahora, trata de arrepentirse y comienza a ayudar a los más necesitados.

¡Que Dios nos perdone por crear teorías!

|| AVE MARÍA ® || Min Yoon Gi || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora