DIEZ

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Luego de aquel encuentro ya no volví a hablar con él. Haneul trataba de sacarme la sopa haciéndome preguntas como ¿Por qué no le hablas al joven Min? Simplemente le decía a la Hermana Haneul que él y yo nunca tuvimos una amistad y que era mejor seguir así.

En cambio ella seguía hablando con Seok Jin y tenía miedo de que fuera capaz de hacer que Haneul rompiera el voto de castidad.

Los siguientes días estuvieron llenos de tensión. La Madre Superior había descubierto a las Hermanas Min Ah y Sun Hee teniendo relaciones impuras. Fue tanto el impacto que la Madre Superior y las demás Hermanas más ancianas decidieron mandarlas a excomulgar, no sin antes poniéndolas en evidencia en frente de todas nosotras mientras las golpeaban con sogas.

Haneul se sentía triste por aquel hecho y por un momento decidió en defenderlas, pero yo la detuve por miedo a que le hicieran lo mismo o algo peor.

- No lo entiendo.- comentó enojada.- No debió de haber hecho eso la Madre Superior.

- A nosotras sólo nos queda estar calladas y no hacer nada.

Haneul me miró.- Eso es lo que me molesta, que no tengamos voz ni voto.- suspiró.- Hye, si tu te enamoraras de Min Yoongi, ¿te irías del convento?

Pasé saliva y la miré. Ella me miraba con ojos brillosos.- ¿Qué dices?- dije.- No puedo enamorarme de un hombre como él, además.- agregué.- Ya estoy casada con Dios.- le mostré el anillo que colgaba de mi dedo anular.

Ella suspiró.- Hye, no me ayudas en nada.

- Sabes que puedes contar conmigo.- hablé.- Eres mi mejor amiga.

Ella volvió a mirarme con sus ojos brillosos.- Seré rápida, pero necesito de que no me juzgues.

- Nosotros no somos nadie para juzgar.- dije.

Ella asintió.- Como ya lo sabes, mi madre me mandó al convento para no caer en el pecado como lo hizo mi hermana.- yo asentí.- A pesar de ser religiosa y estar con Dios, también soy un ser humano con sentimientos, entonces...- alcé una ceja para que siguiera.- Creo que me he enamorado de Seok Jin.

Si en ese momento hubiera estado tomando agua, seguro lo escupiría. Haneul agachó la mirada y podía notar su nerviosismo. Mi subconsciente me gritaba que no hiciera o dijera algo malo sobre Seok Jin, pero mi yo sobreprotectora me gritaba lo contrario.

Me acerqué a ella.- ¿Estas segura?- ella asintió sin mirarme. Un pensamiento me llegó de repente.- Haneul... tu... sigues siendo...- ella me interrumpió.

- ¿Virgen?- terminó mi pregunta. Me limité a asentir.- No Hye, ya no lo soy.

Mi preocupación iba en aumento, mi corazón latía rápido y no sabía qué hacer. Ella se acercó.

- Cuando una chica se entrega en cuerpo es por amor.- habló.- Las chicas nos entregamos por amor y yo me entregué a Jin.

Mi boca se secó, sentía que me estaba mareando, me senté en el borde la cama y miré al piso.

La imagen de Yoongi me llegó como flecha y aquel espasmo me llegó de repente. Cuando recordaba haber tenido sexo con él aparecía el remordimiento, pero ese remordimiento era más por haberlo tenido dentro de la capilla.

- Haneul...- ella me miró.- ¿Dónde se siente el amor?

Ella se acercó a paso lento, se hincó cerca de mí y puso su mano en mi pecho.- Aquí.

Las lágrimas brotaron sin mi permiso, Haneul me miró y abrazó. A pesar de que no le había comentado nada sobre mis encuentros con Yoongi, ella entendía por lo que estaba pasando.

[...]

Luego de aquellos días de reflexión, decidí salir a caminar. Tomé de nuevo mi ruta de siempre y con paso calmado admiraba los pajaritos que revoloteaban y me deleitaba con el movimiento de las hojas.

A pesar de haber descubierto lo que en realidad sentía por Min Yoongi, aún no lo podía aceptar, mi juramento me lo seguía impidiendo. Sabía que tenía el apoyo de Haneul y ella me iba a ayudar en aceptar algo tan normal como era el amor.

Miré hacia al frente y me detuve en seco. En aquella piedra en donde siempre llegaba a descansar se encontraba Yoongi.

Él se percató de mí, me miró y se levantó de la piedra. Con paso lento se acercó a mí. En su mano llevaba una flor marchita.

- Te estaba esperando.

No respondí, sólo miré hacia otro lado.

- Supe lo de sus dos hermanas.- carraspeó.- Lo siento...

- Igual yo...- pude articular.

Él me extendió aquella flor marchita.- Es para ti.

La examiné por un momento y la tomé.- ¿Por qué está marchita?

- Porque la estuve esperando hace cuatro días en este lugar.

Uno de esos espasmos que ya eran comunes apareció. Bajé mi mirada avergonzada. Yoongi no sabía lo que sentía, pero aún así me sentía avergonzada.

- ¿Se enteró lo de Haneul y Seok Jin?- asentí.- ¿Qué piensa?

- En que Haneul tomará una decisión que cambiará su vida y espero que esté Seok Jin con ella para hacerse responsable.

Entre mis palabras se podía sentir la cólera que aún tenía por dentro. Yoongi enarcó una ceja y se acercó más quedando sólo a unos centímetros de mí.

- ¿Y qué piensa de nosotros?- habló roncamente.

Sus manos subieron hasta tomar mi rostro e hizo que lo viera a los ojos. Mis manos se pusieron frías y mis nervios iban subiendo.

- No lo sé...- susurré.

- ¿No lo sabe?- negué.

Sus labios rozaron con los míos besándome lentamente. Abrí un poco más mi boca y él introdujo perfectamente su lengua. Sentía su desesperación al besarme y yo no me iba a negar. 


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Últimos capítulos. 

|| AVE MARÍA ® || Min Yoon Gi || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora