Marinette y Chat Noir, una relación sincera.

2. Conociendo a Marinette

Marinette se quedó inmóvil por unos instantes, sin saber qué hacer. Chat volvió a picar suavemente y le dedicó un saludo con la mano, haciendo una señal con dos dedos hacia su frente. Marinette finalmente reaccionó y abrió la ventana.

-¿Chat Noir? ¿Qué estás haciendo aquí en mi tejado? -dijo sin levantar mucho la voz, casi susurrando.

-Mi Princesa, estaba de patrulla y pasaba cerca de aquí...-improvisó Chat - No sé si sabrás, pero estos días han sido muy intensos en cuanto a ataques de akumas y no puedo bajar la guardia-. Le dijo a Marinette en voz muy baja, a modo de confidencia, casi al oído. -Me ha apetecido mucho pasar a saludarte, ya que después de M'Lady, eres la chica más valiente que conozco cuando se trata de combatir akumas...- Chat le guiñó un ojo y Marinette no pudo evitar suspirar y poner los ojos en blanco por un instante. Chat Noir no cambiaría nunca, pensó Marinette, ese era él, aprovechando para flirtear en cualquier circunstancia. Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Marinette mientras tenía esos pensamientos, aunque ni ella misma se percató.

-Princesa, la verdad es que...¿no deberías estar en clase a estas horas?- dijo Chat, aún sabiendo perfectamente lo que había sucedido esa mañana. Dejó que Marinette contestara, porque realmente quería saber el motivo de su reacción tan exaltada con respecto al incidente con Cloe.

-Hoy he tenido una mañana complicada Chat, digamos que no estoy en mis mejores momentos estos días...- dijo con tristeza Marinette, bajando la vista. De repente, levantó la mirada hacia Chat, invitándole a entrar con un gesto con la cabeza.

Marinette fue a sentarse en su cama, con las piernas cruzadas. Chat dió un brinco y entró en la habitación de Marinette para ir a sentarse a su lado.

-Marinette, si quieres contarme lo que te pasa, soy todo oídos...-hizo un gesto gracioso con sus oídos, ya que Chat Noir podía ejecutar ligeros movimientos con sus orejas gatunas a voluntad. Marinette rió levemente, lo suficiente para permitirse relajar un poco.

-Chat, eres muy amable, pero no sé si quiero molestarte con mis problemas. Tu vida de superhéroe es mil veces más interesante que mi simple existencia. Soy sólo una adolescente frustrada, no creo que te interesen mis problemas...- dijo Marinette, encogiéndose de hombros.

-Princesa, eres una de las personas más interesantes y valientes que conozco, me ayudaste a detener un akuma, ¿ recuerdas? -dijo Chat, poniendo sus garras sobre los hombros de Marinette y mirándola a los ojos -No lo hubiera conseguido sin ti. Por supuesto que me pareces una persona interesante, a pesar de que no seas una superheroína...- dijo Chat, que no se percató de cómo Marinette arqueaba ligeramente una ceja al oir la última frase...si él supiera...

Marinette sintió que se relajaba, por primera vez en ese día, y de repente tuvo la necesidad de desahogarse con Chat Noir. En el fondo, aunque él no lo sabía, Marinette lo consideraba uno de sus mejores amigos, de hecho, el mejor...

-Mi vida es complicada. En el Instituto hay una chica que siempre que puede me ridiculiza, y yo soy tan patosa que no paro de darle motivos para reírse de mí. Voy siempre muy cansada de tanto trabajo extra...ehhh...-Marinette, siendo consciente de que quizás estaba hablando demasiado, reaccionó a tiempo, antes de que Chat pudiera hacer cualquier pregunta acerca del motivo de esos excesos de trabajo...- Ya sabes, mis padres a veces necesitan de mi ayuda y pierdo mucho tiempo con ellos en el obrador...-No era del todo cierto, porque sus padres siempre habían priorizado que estudiase, aunque Marinette sí los ayudaba mucho siempre que podía.

-Y también está lo de mi problemilla amoroso con el chico que me gusta...-dijo Marinette casi sin pensar, suspirando y con un alivio tremendo por poder contárselo a alguien, y Chat le daba la confianza más que suficiente para poder sincerarse.