7. La lucha contra Le Fleuriste

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Ladybug y Chat Noir estuvieron un buen rato patrullando la cuidad buscando indicios del paradero de "Le Fleuriste", apodo que Chat le puso al villano de las flores. No había señales de su actividad en toda la ciudad. Entonces, el ruido de sirenas alertó a los superhéroes. Varias patrullas se dirigían a toda prisa a las afueras de París.

-Sigámosles, M'Lady.- Dijo Chat Noir intrigado.

Al rato alcanzaron las lindes del Palacio de Versalles, el antiguo palacio de Luis XIV, lugar en el que el monarca se aislaba de la muchedumbre de la capital.

Al parecer, habían recibido aviso de que Le Fleuriste se encontraba en los enormes jardines del palacio.

Una patrulla, que se había ubicado cerca de la fuente de Neptuno, tuvo el primer encuentro con el akumatizado. Las primeras explosiones alertaron a los héroes e inmediatamente fueron a su encuentro.

Le Fleuriste se había quedado sin munición. Estaba tallando flores a toda prisa, en los parterres cercanos a la fuente, cuando lo sorprendieron Ladybug y Chat Noir.

-Hola, viejo amigo, cuánto tiempo sin verte...- Dijo Chat con voz irónica, mientras Ladybug obervaba la escena, girando a gran velocidad su yo-yo, en posición de defensa. - ¿No te han dicho nunca que quién juega con fuego acaba chamuscado?-. Se sacó el bastón de la espalda y lo estiró mientras de un salto se lanzó sobre el villano.

Chat recibió tres descargas explosivas de las flores que le lanzó Le Fleuriste. Las esquivó con gracilidad, dando volteretas en el aire.

Le Fleuriste, encendido por la rabia, siguió cogiendo flores del parterre más cercano.

Ladybug, como siempre, mostraba interés en conocer los detalles de la actuación del akumatizado. Observó que, en arrancar las flores, al contacto con su mano, éstas se tornaban rígidas, y adquirían las propiedades explosivas. Pero lo que más impactó a Ladybug fue que, por alguna razón, no cogía cualquier flor al azar. Parecía que sólo le servían aquellas más frescas, más grandes y con menos imperfecciones.

Sería muy difícil detener al akuma en estas circunstancias, ya que era primavera y el jardín estaba a rebosar de hermosas flores de todos los tipos. Sabía bien adónde se había dirigido, esos jardines eran el almacén de municiones perfecto.

-¡Chat! Tenemos que alejarlo de los parterres cercanos a las fuentes, son los que tienen las flores más exuberantes, y creo que son las que consigue transformar en los explosivos más potentes.- Le instó Ladybug.

Cerca había un laberinto con abundantes arbustos, pero ninguna flor...

Los dos héroes miraron el laberinto y tuvieron la misma idea. Se miraron a los ojos y asintieron al mismo tiempo. Era cuestión de desviar a Le Fleuriste hacia ese lugar e intentar desorientarlo. Llevaban mucho tiempo combatiendo akumas juntos, y había tanta conexión entre ellos que a veces jurarían que se podían leer los pensamientos.

Chat Noir insistió en su estrategia de sacar al akumatizado de sus casillas. Se puso el bastón detrás de la nuca, sujetándolo con ambas manos, con chulería: - Qué pasa, floristerillo, ¿esto es todo lo que sabes hacer? Recoger florecillas del campo...acaso eres ¿¿Caperucita??- Se burló Chat, riéndose de él, buscando provocarle.

-Espera y verás si te atrapo. Te mandaré por los aires hecho pedazos...- Le Fleuriste dijo apretando el puño en dirección a Chat Noir, con rabia en su voz. Se dirigió hacia él lentamente, recogiendo a su paso las flores más grandes y hermosas que encontraba. A la distancia suficiente, empezó a lanzar flores contra Chat Noir.

-Uy...Si te diriges a ver a tu abuelita del bosque, has de saber que ese no es el camino más corto...Yo te indicaré por cual ir...- Dijo en tono burlesco, mientras esquivaba los explosivos o los intentaba desviar.

Marinette y Chat Noir, una relación sincera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora