8. El tormento de Marinette

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Marinette llegó a su casa cuando empezaba a anochecer.

Había sido un día agotador y se sentía aún algo dolorida por la intensa lucha con Le Fleuriste.

Cenó rápidamente y le dijo a sus padres que necesitaba descansar. Subió a su habitación.

Una vez allí, abrió ligeramente la ventana para que pasara aire. En París empezaba a hacer calor para esas fechas.

Se quitó los zapatos, se desnudó y se puso el pijama, uno de color azul que combinaba a la perfección con sus ojos. Se tiró de espaldas a la cama y se quedó allí mirando el techo, pensativa.

Tikki salió flotando de su bolso y se quedó delante de la chica.

-Marinette, ¿estás bien?- Preguntó la pequeña kwami.

-Creo que sí, Tikki. Es fantástico lo rápido que han cicatrizado mis heridas de hoy, nadie notaría nada.- Le contestó Marinette, tocándose la cara con ambas manos.

-Marinette...no me refería a tu estado físico...-. Le aclaró Tikki. -¿Cómo te sientes con Chat Noir? Ayer os vi besaros...y me extrañó que no lo apartaras, como lo haces siempre siendo Ladybug. No te he dicho nada hasta ahora, pero creo que tienes que sacarlo...¿confías en mí? Cuéntamelo, Marinette, desahógate...-. Le comentó la kwami.

-Tikki...Yo...Estoy en un conflicto constante desde ayer. No sé qué me pasó...Estos días que he estado con él, siendo Marinette, algo ha cambiado. Me ha mostrado una parte de él más tranquila.- Marinette se sentó en la cama para poder hablar mejor con Tikki.

-Es dulce conmigo, amable, divertido... y, no entiendo por qué, pero parece que le intereso yo, la simple y patosa Marinette...-.Dijo la chica, cambiando su semblante a uno más atormentado. -Tikki, ¿por qué le importaría yo? Él es un superhéroe y yo...A sus ojos, Marinette sólo es, ya sabes...Marinette...- Bajó los hombros y la mirada, y continuó. -Y Adrien...me siento mal por él. Tikki, me dejé llevar completamente cuando Chat Noir me besó...me gustó, y mucho, Tikki...No sé si Chat ha jugado conmigo o no, siempre tiene esa actitud de flirteo constante. Sea como sea, yo no lo frené, y siento que he traicionado a Adrien...- Empezó a notar que las lágrimas se desprendían de sus ojos, sin poder evitarlo.

-Marinette...no llores. No creo que Chat se esté aprovechando de ti, no debes dudar tanto de ti misma. Creo que le gustas a Chat Noir sinceramente, y también lo hace Ladybug. Chat seguramente está enamorado al 100% de ti, de todas tus facetas, y es cuestión de tiempo que sea capaz de encajar el puzzle.- Le dijo Tikki, dándole pequeños toquecitos en su hombro, intentando consolarla.- Marinette, eres valiente, honesta, inteligente. Tú haces que Ladybug sea como es, las dos sóis una, no te infravalores jamás.- Le insistió Tikki.

-Snif, snif...Gracias por animarme, Tikki.- Le dijo, abrazándola con cuidado.- Creo que Chat me gusta, no lo puedo evitar. - Prosiguió Marinette. -Pero Adrien...no puedo describir con palabras lo que me pasa cuando estoy cerca suyo...Soy una persona horrible, Tikki, no puedo hacerles esto a ninguno de los dos...- Dijo hablando para sí.

Chat Noir, que había estado esperando en el balcón a que llegara Marinette a su habitación, lo había oído todo...

Chat Noir había llegado a la ciudad antes que ella. Llevaba rato esperando en el tejado de los Dupain-Cheng, cuando se percató que Marinette había subido, al notar que  alguien entreabría la ventana de su habitación. Se acercó e hizo el ademán de llamar al cristal, pero al darse cuenta de que Marinette se estaba desvistiendo para ponerse el pijama, se quedó petrificado. Tan pronto pudo reaccionar, se giró y se quedó quieto esperando a que acabara, con las mejillas rojas como tomates y el pulso acelerado. Entonces la oyó hablar con Tikki, y no quiso interrumpir su conversación. Desde la ventana, sin poder evitarlo, lo pudo escuchar todo a la perfección...

Chat Noir se alegró al oir todo lo que le contaba a Tikki, le estaba confirmando que tanto su faceta de Chat como la de Adrien le gustaban. Pero oirla llorar, le rompió el alma...

-Pobre Marinette...está tan atormentada como yo lo estaba. Si lo supiera, si supiera que ambos somos el mismo...- Pensó Chat, con pesar. No quería verla sufrir, era lo último que deseaba.

Entonces, acercó su garra a la ventana con intención de llamar, pero frenó su impulso a un centímetro del cristal. Cerró el puño con fuerza y respiró hondo. No, no podía presionar a Marinette. Ahora estaba hecha un lío y necesitaba descansar. Había sido un día agotador y si le revelaba todo lo que sabía ahora, podría provocar una reacción completamente impredecible en ella. No debía olvidar que su Princesa era también la heroína de armas tomar, y Ladybug había dejado siempre muy claro que bajo ningún concepto debían revelarse sus auténticas identidades.

Chat se echó atrás y decidió que era mejor esperar a revelar la verdad que sólo él conocía, a pesar de verla torturada por sus sentimientos hacia dos chicos que eran, de hecho, la misma persona.

-Lo siento, M'Lady, es mejor que de momento no lo sepas. Te quiero...-. Dijo en un susurro, mirando a través de la ventana, escondido en la oscuridad. Y salió de allí, con el mayor sigilo posible, hacia la fría Mansión Agreste.










Marinette y Chat Noir, una relación sincera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora