La desesperación que llega, y el júbilo que se va...

909 62 11
                                    

Salmo 13:1-4

¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre?

¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?

¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma,

Con tristezas en mi corazón cada día?

¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?

Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío;

Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte;

Se acuerdan de cuando leímos que David esperaba sus victorias en júbilo, y como nosotros deberíamos hacer del júbilo un estilo de vida. Pues ahora Dios nos permite ver la otra parte... la mas normal de todas, cuando la desesperación llega a nosotros porque la Victoria se tarda en llegar.

Y es que esto es muy normal en nosotros. Al principio todos gozosos declaramos en fe, lo que no hemos visto, y luego terminamos en tristezas preguntándole a Dios cada 5 minutos porque no aparece. Estos salmos parecerían deprimentes, pero no lo son. Al contrario, se aprende mucho de ellos. Podemos ver como un hombre que la Biblia dice que fue conforme al corazón de Dios, también se enoja, se deprime, entristece y hasta duda.

 Podemos ver como un hombre que la Biblia dice que fue conforme al corazón de Dios, también se enoja, se deprime, entristece y hasta duda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

V.4-5

Para que no diga mi enemigo: Lo vencí.

Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara.

David esta muy preocupado por el que dirán sus enemigo. Y... ¿qué pasa si me ven caer? ¿qué pasa si Dios no responde y el enemigo sigue ganando? ¿cómo quedaré yo delante de la gente? ¿Acaso me podrán ver como aquel a quien Dios ha olvidado?, o al que Dios castiga por algún pecado. (Todo esto ocupaba la mente del salmista)

Y es por eso, que cuando la desesperación llega también con ella viene la desconfianza y la duda, las cuales son mejores amigas y estas dos hacen que los gritos de júbilo se convierta en quejas constantes.

David tenía algo muy curioso en sus salmos, y es que aunque empezara quejándose o desahogándose en ellos, luego los terminaba en exaltación a Dios, es como si volviera en si, a ese David que Dios le gustaba escuchar.

V.5-6

Mas yo en tu misericordia he confiado;

Mi corazón se alegrará en tu salvación.

Cantaré a Jehová,

Porque me ha hecho bien.

Porque me ha hecho bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aplicación personal

Cuando no llegan las victorias como esperamos y estas se toman todo el tiempo del mundo, es normal reaccionar de esta manera. Lo que no debe ser normal, es permanecer en ese estado de desconfianza. Si nos sentimos que en algún momento algo no nos llega como esperamos, aprendamos de David. Uno se puede desesperar (porque es humano) pero luego al final de todo, debemos entender que el tiempo y la soberanía de Dios obrará para un plan y resultado perfecto.

Un Salmo a diario no hace dañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora