Estaba en mi habitación totalmente oscura, ya que las cortinas que daban paso a la luz estaban cerradas, acostada en mi cama mirando el techo e imaginando cualquier cosa sin sentido. Cómo serían las cosas si es que mis padres se hubieran conocido con solo un día de diferencia a la realidad.. Momento filosófico, lo sé. Pero en serio eso cambiaria todo, digo, o bien podría no estar aquí desperdiciando mi existencia pensando en cosas que no me llevaran a algún lado o podría ser totalmente una persona diferente.
Bueno, "desperdiciar mi existencia" no es la mejor definición, mi vida es un asco total debo admitirlo, aunque he aprendido a vivir con ello... Más o menos. No tengo muchos amigos, de hecho solo tengo uno, su nombre es Ross, es el típico tengo-todo-lo-que-quiero-a-parte-de-un-buen-culo, en serio, es la personificación de la palabra "perfecto", pelo rubio con ondas, ojos verdes, buena contextura, alto dentro de lo normal, extremadamente guapo (no sé si sea legal serlo hasta ese punto). Es una buena persona, nos vemos con bastante frecuencia, ya que como lo dije antes lo tiene todo, y obviamente eso abarca lo de chico fiestero, no es algo que envidie, soy más de quedarme en mi casa tomando un té caliente acostada en mi cama, mientras leo un buen libro, ya lo había dicho? Bueno soy una adicta a los libros, así como también lo soy a los cigarrillos, mal hábito, ¡lo sé! Y no quiero que se imaginen que soy la chica cliché que habla de ser una rockera, drogadicta, que fuma una cajetilla de cigarrillos diaria. Porque NO lo soy, como ya lo dije antes soy más bien la chica que hace referencia al cliché de ser tan virgen que hasta se me podría ver la aurora en la cima de mi cabeza, adicta a los libros, amante de las tardes en mi casa en medio de una tormenta.
– ¡Milah! ¿Puedes venir un momento, por favor? Necesito tu ayuda aquí. –gritó mi madre desde Dios sabe que habitación. Hace unas cuantas horas habíamos llegado a lo que ahora sería nuestra casa, aunque más bien era un apartamento, bastante amplio de hecho, gracias al divorcio de mis padres
–Sip, voy. – grité. Salí de mi habitación en la que sola había una cama por el momento, en busca de mi madre, abriendo puertas de habitaciones que no se ni para que nos servirían, por amor a dios solo somos dos personas y ella había accedido a comprar esta casa con un millón de habitaciones en ella... bueno, solo 4. No sé si era la emoción de divorciarse y querer empezar con una linda casa lo cual era absurdo, me imagino su pensamiento "nueva casa linda, nueva vida linda, y nuevo hombre (musculoso de 20 años) lindo" en serio? Mama eso no va a pasar, quisiera tener las agallas de decírselo en la cara, pobre mujer.
El apartamento era muy amplio viéndolo con solo dos personas dentro de él, estaba la puerta de entrada seguida por un pasillo angosto, desde el que podías ver la sala con un gran ventanal al fondo por el que se podía ver la hermosa ciudad de Oregon. En frente de esta había una puerta para entrar al comedor, que estaba en frente de la cocina, que era muy simple... Sin puerta sola una barra americana como división. Al otro lado del pasillo había una escalera para subir a las habitaciones, la última puerta al fondo era mi cuarto, y la de mi madre era la que estaba a un lado de las escaleras, cada habitación con su propio baño. Después de haberle dicho a mi madre de que las demás habitaciones eran inservibles alego que algún día tendríamos invitados y entonces ya no diría lo mismo a lo que yo respondí bufando.
Entre a la cocina de un salto y ahí estaba mi madre haciendo malabares con un montón de cajas, no sé qué cara hice pero por la expresión de mi madre, no estaba luciendo muy seria
– Deja de intentar contener la risa, porque déjame decirte que lo estás haciendo condenadamente mal, y ven a ayudarme. –solté una carcajada y corrí a ella para ayudarle a cargar las cajas. Mi mama era una mujer muy liberal, no, no tiene tatuajes, ni escucha música pesada en sus tiempos libres, pero si dice malas palabras cada que tiene la oportunidad y me trata como si fuera su amiga más que su hija, aunque me cuida como si fuera un conejito indefenso de solo meses. CONTRADICTORIO, lo se
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¿Destiny?
Teen Fiction“Mi vida es un total desastre. No tengo muchos amigos, depresiones cada 2x3, adicta a los libros, al té, y a los cigarrillos -hecho vergonzoso- y para aclarar las dudas, NO, no soy una “malota” que sale a fiestas, fuma, bebe y sabe divertirse. Todo...