Escucho un ruido realmente molesto a lo lejos, un *BIP, BIP, BIP* gruño y me tapó las orejas con la almohada, pero persiste.
–Mierda. –digo con frustración y voz adormilada. Estiro mi mano para apagar mi despertador del que proviene el molesto ruido. Volteo para ver la hora 6:30 AM.
Me paro de un salto mareándome por el brusco movimiento. No me demoro mucho arreglándome, pero aun así media hora es muy poco si es que no quiero llegar a mi primer día de clases con lagañas en mis ojos, y saliva seca en mi mejilla. Corro al baño me doy un rápido vistazo en el espejo antes de entrar a la regadera, tenía los ojos enrojecidos y mi cabello hecho un relajo total. Entré bajo el agua, intentando relajarme durante los cinco minutos que tenía. Enjabone mi cuerpo y lavé mi cabello.
Salí rápidamente de la ducha tiritando por el frío de la mañana deseando seguir en la regadera bajo el dulce agua caliente y no en este maldito frío. Me visto mientras reviso mi celular, tenía un nuevo mensaje de mi padre.
Marcus.
10:00 PM: Milah, no he sabido nada de ti desde ayer en la tarde, soy tu padre ¿podrías por lo menos tener un poco de respeto por eso? No sé qué hice mal en el momento de criarte para que seas así.
Maldije en mi interior, mi padre era una persona totalmente molesta desde hace algún par de años, recuerdo cuando tenía cinco años, siempre íbamos a acampar solo los dos y dejábamos a mi madre fuera diciendo que era una tarde de *mejores amigos*, ella solo se burlaba diciendo que mi padre era el reemplazo de ella ya que no le gustaba acampar. Pero cuando cumplí 15 años cambio radicalmente, dejamos de hacer cosas juntos, nunca hablábamos, y siempre que me veía su mirada reflejaba algo que nunca supe entender.
Vi la hora 6:47 AM.
–Mierda, otra vez– corrí al baño y agarré mi delineador y rímel, maquillándome rápidamente. Delineador en la parte superior de mis párpados y rimel en mis pestañas... Genial lógica Milah, pensé que te pondrías el rimel en los labios. Estúpida.
Me miré en el espejo. Cambio radical a como me levanté hace 15 min. tenía el pelo café claro liso en la parte de arriba y con suaves ondas en las puntas como mi madre, ojos color avellana al igual que los de Marcus, labios ligeramente gruesos sin exagerar y un molesto lunar en mi ceja derecha, según mi madre era algo "sexy". Llevaba puesto un pantalón negro pegado a mi cuerpo, un jersey cafe flojo que caía por mis hombros y unas botas tipo militar igualmente cafés dándole algo fresco a mi atuendo.
Bajé corriendo directo a la cocina, ahí estaba mi madre con una gran cara de sueño que mas bien parecía de resaca. Si no supiera que se fue a dormir a las 8:00 PM diría que tuvo una noche alocada.
–Buenos días mami– dije asomándome por sus espaldas y besando su mejilla.
–Hola bebé. – dijo cambiando su semblante al instante por uno dulce. – Pensé que nunca bajarías a desayunar ¿Cómo dormiste?
–Me habría gustado dormir unas 10 horas más, aparte de eso supongo que bien. –dije con voz adormilada a lo que mi madre rió
–Creeme opino lo mismo, apenas me levanté planeaba decirte que faltes, pero es tu primer dia y no es correcto. – la miré con los ojos desorbitados de la emoción.
–Bueno si eso es lo que quieres, no me voy a negar a mi madre, ella manda. –dije intentando ocultar mi esperanza. No habría cosa más placentera que quedarme en mi casa acurrucada en mis cobijas mientras los otros idiotas están sentados en clases de historia escuchando hablar al gordo profesor que escupe con cada palabra que pronuncia, no es que lo conozca pero es el clásico estereotipo que normalmente se cumple.
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¿Destiny?
Teen Fiction“Mi vida es un total desastre. No tengo muchos amigos, depresiones cada 2x3, adicta a los libros, al té, y a los cigarrillos -hecho vergonzoso- y para aclarar las dudas, NO, no soy una “malota” que sale a fiestas, fuma, bebe y sabe divertirse. Todo...