El adulto se dirigió a la cocina, buscando algo que le sirviera para mitigar su apetito el cual comenzaba a despertar, fue en dirección del refrigerador y al estar frente a este tomó la aza para jalarlo y abrirlo, para su sorpresa se topó con unas extrañas salchichas fantasmales que le saltaron encima, casi cayó hacia atrás por la sorpresa, se volvió invisible para sacárselas de encima, mismas que cayeron y no pudo evitar pisotear con fastidio.
Con un gruñido de fastidio cerró la puerta para evitar otro ataque contra su persona, jamás había sido atacado dentro de su propia casa ¡menos por una estúpidas salchichas! Galletas de mantequilla, esto podría ser más riesgoso de lo que suponía, inspiró profundamente para calmarse, acomodándose el saco cuidadosamente, una risa juguetona se dejó escuchar detrás de él, haciendo que su ceño se frunciera.
El chico de ojos azules estaba recargado en el marco de la puerta, mirándolo como si se tratase de su propio entretenimiento personal, "si las miradas mataran" fue lo que pensó Daniel con una nueva risa, per fue más que suficiente para que desapareciera en un parpadeo, no quería tentar su suerte.
El peliplata negó con la cabeza y dio un suspiro para continuar con su búsqueda, que difícil sería su vida esas semanas ¿quizá meses? sin empleados que le cocinaran, qué desgracia, y mientras seguía quejándose para sus adentros, se encontró en la alacena una caja de cereal, miró hacia el refrigerador con desconfianza, se sirvió en un tazón y luego se acercó, volvió su mano invisible hasta que dio con lo que pensaba sería la leche, al sacar la mano, sonrió triunfal, lo había conseguido.
. . .
Después de reírse de la desgracia del mayor y que este casi lo matara con la mirada por su osadía subió como alma que lleva al diablo a su habitación, se encerró con seguro por si las moscas, aunque poco después recordó que ambos eran mitad fantasma y fácilmente podría entrar de todos modos, la puerta solo era una ilusión de la inexistente privacidad que había para para con los dos.
Fue a su cama pensando en qué hacer el día de hoy, supuso que hacer la tarea no sería mala idea dadas las circunstancias, así que eso fue lo que hizo incluso si no entendía del todo las matemáticas y la física.
Cuando al fin terminó la tarea, se recostó en la cama para pensar en el peliplata, no sabía exactamente qué pero su mente ya maquinaba muchas cosas, cuando se dio cuenta pasaban de las doce, aburrido y cansado decidió dejar las cosas hasta ahí para descansar lo que restaba de la noche para poder levantarse mañana por la mañana, no quiso preocuparse de más por el de ojos azules, si hacia algo transformado en fantasma su sentido se activaría y lo despertaría, con eso en mente, se vistió con el pijama para poder dormir.
Despertó a la mañana siguiente bastante tranquilo, había olvidado que Vlad estaba ahí por un momento, se levantó con pesadez y se fue al cuarto de baño para mojar su rostro, se miró en el espejo frente al lavabo, dio un suspiro y salió del cuarto para cambiarse.
Al término de esa tarea, se dispuso a bajar por las escaleras pesadamente, al llegar al final un aroma delicioso inundó sus fosas nasales y como hipnotizado por el olor, literalmente voló en dirección de la cocina dejándose llevar por sus poderes fantasma pues ahí es de dónde provenía el aroma y se topó con una suculenta comida en la mesa.
Rayos, su mamá no cocinaba así.
Su estómago gruñó reclamando alimento ya que entre todo el alboroto del día anterior se había olvidado de comer, casi babeaba viendo la comida, sintió una mano en su hombro y salió de su ensimismamiento para mirar a quien lo había tocado, Vlad lo miraba con una sonrisa que tenía un mensaje oculto que no sabía descifrar.
― ¿Qué estas tramando Vlad?―preguntó desconfiado alejándose hasta la mesa
―No tramo nada... simplemente que no pienso comer salchichas contaminadas con ectoenergía―hizo una mueca―y como no pienso cocinar nada pedí comida a un restaurante.
― ¿A estas horas de la mañana?―dijo extrañado de que siquiera alguien se hubiera levantado de la cama
―El dinero mueve al mundo―fue su corta respuesta, dirigiéndose de lado contrario al de Danny quien se lo pensó un segundo y estuvo de acuerdo con ello
― ¿No está envenenada la comida?―miró detenidamente lo mencionado, un poco desconfiado
―No seas tonto Daniel, mi intención no es matarte...―negó con la cabeza y luego sonrió de medio lado―y si así fuera, hay formas más entretenidas que simplemente poniendo químicos en tu comida―dijo burlón
―Supongo que eso es verdad...―murmuró, sentándose frente a él en el otro extremo de la mesa, entre aliviado y preocupado
No se dijo más, el silencio reinó en la mesa durante el desayuno.
Así pasaron las comidas y las cenas en los días siguientes, el mayor se mostró relativamente tolerante en toda esa semana, o más bien, desapegado a la situación, los ataques de fantasmas se habían vuelto un poco más agotadores con cada día que pasaba, estaba falto de nuevas estrategias y técnicas.
Danny lo sabía, era consciente desde mucho antes de que esos fantasmas le dieran la paliza de su vida, y había una sola persona que podría ayudarle a mejorar en eso, pero se negaba a aceptarlo cuando se encontraba a Vlad esperándolo en la sala de estar, tomando una copa de vino que no pertenecía a las bebidas que solían tener sus padres, viéndolo llegar en las noches-madrugadas más agotado que de costumbre, diciéndole que el podría ayudarle, si lo dejara.
Contestaría siempre de la misma manera, hosco y molesto, tratando de ignorar la creciente necesidad de aprender, para luego subir a su habitación e intentar dormir algunas horas antes de ir a la escuela, su proposición solo vendría en las noches, puesto que en las mañanas simplemente le desearía un buen día antes de dejarlo marcharse.
. . .
En la escuela su rendimiento bajaba aun ritmo considerablemente rápido, al no tener tiempo de descansar adecuadamente por la caza de los fantasmas, en las clases se veía más distraído y la mayoría del tiempo lo atrapaban durmiendo en su asiento, si no fuera porque tenía dos mejores amigos que lo cubrían, estaría todas las tardes en detención, además de que no podía terminar de hacer sus tareas por lo que el Sr. Lencer siempre le llamaba la atención, y eso era algo de lo que no podía salvarse, para suerte o desgracia, al único que llamaban era al viejo hombre de negocios.
Sus amigos trataban de ayudarlo al pasarle las tareas resueltas y explicándole cada una de ellas para que supiera como responder si le preguntaban, pero simplemente no podía absorber toda esa información que simplemente le hacía doler la cabeza, estaba tan exhausto que solo quería que acabaran las clases para ir a su casa, ignorar a Vlad y dormir como si no hubiera un mañana todo el tiempo que pudiera.
Sin embargo, los fantasmas no tenían consideración con él ya que prácticamente después de clases se hacían presentes molestando humanos y dándole mucho mayor trabajo del que normalmente tenía, comenzaba a replantearse sí en verdad era buena idea ser un súper héroe fantasma, nadie le agradecía y siempre lo trataban con la punta del pie.
Sam y Tucker estaban realmente preocupados, pues apenas lo veían comer en la hora del almuerzo ya que prefería ocuparla para dormitar un rato, ya le habían mencionado que debía descansar más, sobre todo la chica gótica, era su amigo y lo quería, incluso más de lo que dejaba ver, por eso procuraba cubrirlo lo más que podía en clases, pero a veces simplemente era inevitable, verlo en ese estado la ponía muy nerviosa, todo eso podía derivar en graves y serios problemas que no solo repercutirían en sus calificaciones sino también en su salud.
Más no había mucho que pudieran hacer más que solo estar ahí para recoger las piezas cuando se rompiera por el estrés, el cansancio y el agotamiento.
![](https://img.wattpad.com/cover/115189381-288-k745112.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Daños colaterales o cómo Vlad obtiene lo que quiere
FanfictionEn un principio había querido adoptar al pequeño Fenton para enseñarlo a su imagen y semejanza, pero transcurridos algunos sucesos, terminó por enamorarse de él. -Soy un pedófilo-murmuró suspirando cansinamente Danny admira muy en el fondo el potenc...