Visitante indeseado

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Siguió pensando en ello todo el camino a casa, si se comparaba con Dash nunca llegó a meter a Sam en un estrecho casillero solo por que le gustaba (lo que no era y nunca sería), era bastante absurdo lastimar a la persona que te gusta por... por eso. 

Negó con la cabeza hasta que finalmente llegó a su casa, al entrar sintió el ambiente extraño, había mantenido su cabeza cabizbaja, pero la levantó rápidamente en alerta de lo que pudiera estar pasando, y para su sorpresa se encontró con cierto peliplata amigo de sus padres sentado en el sofá de la sala tomando té de manera elegante, con sus padres y hermana sentados en el sillón más grande, la sola idea de que estuviera en su casa, el lugar más seguro que conocía, le enfermaba, su corazón dio un vuelco dentro de su pecho, supuso que por la sorpresa, no necesitaba más de esto en este día.

―Mamá, papá ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué Vlad está aquí? ―quiso saber sin poder ocultar su molestia

―Bueno hijo, tu hermana tiene que salir a visitar algunas universidades para saber en cuál continuar con sus estudios―dijo su madre muy feliz, hasta entonces notó las maletas

― ¿Y eso porqué implica que Vlad esté aquí? ―dijo con un tic en el ojo

―El señor V viene a cuidarte, Danny ¿no es obvio?―contestó su padre en una risa abrazando al de apariencia mayor quien se dejó hacer indiferente―no puedes acompañarnos porque aún estás en clases, y tu hermana tiene algo de tiempo libre tras adelantar lo que debía.

―Así es pequeño Daniel, vengo a cuidar de ti mientras tus padres no están―asintió de lo más normal con una ligera sonrisa

― ¡Pero ya soy grande!―objetó para su defensa, debió suponer que contestar de esa forma, en un grito no era lo más lógico, ya que sus padres le miraron con reproche―Jazz diles algo―intentó buscar ayuda en su hermana mayor, pero fue inútil

―Solo tienes catorce años, Danny yo digo que está bien que alguien cuide de ti―se notó su enfado ya que quería irse lo más pronto posible, y si les seguía la corriente a sus padres agilizaría las cosas―y ahora que todo está arreglado...―la joven hizo una pausa con una encantadora sonrisa―vámonos―finalizó en tono hosco, poniéndose de pie, su madre hizo lo mismo

―Todo fue bastante de improviso, querido―la pelinaranja mayor se acercó al menor para tomar su rostro con ambas manos―lamentamos mucho no haberte avisado antes, es una oportunidad única para tu hermana, espero que puedas entenderlo.

―Pero mamá...―el tono melódico hizo que su enojo se disipara momentáneamente

―Te compensaremos después ¿sí? ―le dejó un beso en la frente de manera maternal

―Bueno se nos hace tarde y tenemos que llegar al menos a la carretera, la luz se nos escapa... ¡como los fantasmas!―finalizó su expresión con un gesto de sobresalto que divirtió a Maddie, tomó a su esposa e hija de las muñecas y se las llevó jalando con las maletas en la otra mano

―Te encargamos a nuestro pequeño tesoro, Vladdie―dijo la pelirroja antes de salir por la puerta, la cual mágicamente se cerró detrás de ellos

Ni siquiera le dieron tiempo a refutar algo más ya que todo fue muy rápido, se quedó mirando la puerta sin comprender que pasaba, dándole la espalda al mayor que lo miraba con cierta gracia para nada disimulada, incluso se dio el lujo de soltar una risilla traviesa y solo con ello, hizo salir de su estupor el menor quien ahora se giraba para encararlo con una mueca de disgusto, se cruzó de brazos y le retó con la mirada, esperando algún movimiento en falso.

No le apartó la vista de encima hasta que el silencio se le hizo eterno y decidió romperlo con un suspiro, la sonrisa de superioridad del mayor no se apartó de sus labios en ningún momento.

― ¿Y bien? ¿Qué hiciste Vlad? ―acusó en tono fastidiado

―Yo no hice nada, tu padre me habló por teléfono en la mañana para decirme que quería que viniera para cuidar a su adorado hijo menor―levantó los hombros como si no importara

―Estoy seguro que tuviste algo que ver con esto ¡no lo niegues!―gritó señalándolo con un dedo incriminatorio

―Oh, Danny ¡tienes tan poca fe en mi! Eso fue lo que paso, sólo dijo que alguien les pagó un viaje para conocer las universidades de toda la Costa Oeste―mencionó mirándolo con arrogancia―lastimosamente para ti, tendrás que seguir obedecerme en lo que te diga―la sonrisa en sus labios incrementó de forma exponencial, bastante divertida

―Espera... ¡Qué! ―exclamó asustado ante las implicaciones de sus palabras

―Alguien muy amablemente se ofreció a financiar su viaje, ya sabes, tienen mucha fe en tu hermana, toda una prodigio y quieren la mejor universidad para estudiar psicología―rió con gracia al ver al pelinegro pálido de la sorpresa

― ¿Qué estas tramando?  ―preguntó en un tono desconfiado

¿Cómo podría confiar en su acérrimo enemigo? ¡Ni en un millón de años! El mayor lo ignoró sin más, dejando la taza de té en la mesa de centro para ponerse de pie y comenzar a caminar por la sala, la cuál revisaba minuciosamente con la mirada, una mueca de desagrado se mostraba en sus varoniles facciones ya que sin duda, detestaba el gusto de Jack, se detuvo en una foto de Jack y Maddie, tomó la misma con su diestra de manera cuidadosa.

Estúpido Jack Fenton. Danny rápidamente le arrebató la foto y la dejó de nueva cuenta donde la encontró, observándole con recelo, ignoró el grosero gesto volvió a erguirse para poner las manos tras su espalda.

―Veo que tu padre es bastante...―pensó en la palabra antes de decirla para no molestar más al joven, mientras admiraba la cocina desde su posición la cual estaba hecha un desastre―desordenado―continuó con tranquilidad

―Es algo que a ti no te importa, es mi padre y a pesar de todo lo quiero―sin dejar de mirarlo, desafiante, sí bien tenía razón no se lo haría saber

―Si decidieras irte a vivir conmigo tendrías una vida mejor, digna de ti―miró su mano con desinterés―además de que te enseñaría a manejar tus poderes fantasma mejor para que seas tan poderoso como yo―ahora lo miró con una sonrisa prepotente y afilando la mirada, esperando una respuesta que ya sabía de sobra diría

― ¡Jamás!―contestó en un grito y listo para transformarse

―Está bien, como quieras, querido tejón―se encogió de hombros sin mirarlo

El mayor se dio media vuelta dándole la espalda para dejar zanjada la conversación ya después pensaría en otra forma de tener al chico en su poder para enseñarle a manejar esas habilidades, porque solo eso era lo que quería con él ¿cierto?, negó con la cabeza ante esa pequeña incógnita, sin saber que demonios le ocurría.

Sí, solo eso le importaba y más nada, porque él quería a Maddie, quería que fuera su esposa, quería deshacerse del tonto de Jack Fenton por quitársela y así tener todo lo que él nunca podría tener por culpa del accidente provocado por Jack en su juventud.

Quizá debería agradecerle también, el accidente hizo de su vida un infierno sí, sin embargo, le dio la oportunidad de convertirse en fantasma (medio fantasma) y por ende, volverse el hombre más rico del planeta, vaya, tenía un poco de sentimientos encontrados al respecto.

De todas formas, ya tenía listo un as bajo la manga para conseguir lo que quería y solo era cuestión de tiempo para poder usar la carta en el momento adecuado y sí todo salía bien cómo lo tenía planeado, el chiquillo aceptaría sin chistar su propuesta de al menos entrenarlo y eso ya sería una ganancia, después todo lo demás vendría por sí solo, encajando perfectamente como las piezas de su preciado un rompecabezas.

Daños colaterales o cómo Vlad obtiene lo que quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora