1... ¡Ember!

2.6K 265 49
                                    

Era un miércoles por la mañana, un día más cerca del tan añorado fin de semana por todos los adolescentes...

―Tan cerca y a la vez, tan lejos...―exclamó el moreno de manera dramática, para diversión del ojiazul

―Por todos los cielos, es sólo un día más―la pelinegra rodó los ojos y se cruzó de brazos ante sus palabras

―Vamos Sam, no negarás que no necesitas un descanso―concordó con una pequeña risita―sobre todo en estos días―y suspiró al recordar sus responsabilidades fantasmales

―Sí lo pones de ese modo...

Los tres bufaron de cansancio y resignación al mismo tiempo mientras entraban a la escuela, recordando su anterior y más reciente incidente el día anterior a ese donde tuvieron que entrar a la zona fantasma acompañando a Danny en busca del por qué principal al hecho de los ataques tan repentinos por parte de los fantasmas los últimos días, ni siquiera le había dado tiempo a Sam de quitarse el comunicador que hacía pasar por pendientes que había usado para hablar con el chico-fantasma mientras ellos le seguían dentro de la nave creada por los padres del menor de los Fenton (claramente Tucker jamás había sido una opción para manejarla por obvias razones).

Pasaron un par de horas en clase que hicieron a Daniel dormitar sobre su escritorio para ser reprendido por el profesor Lancer como siempre en los últimos días, alegre estuvo de qué no sé convirtiera en una sanción, por él momento, esa fue motivación suficiente para mantenerse despierto y, además, le había espantado el sueño.

Los pasillos eran transitados y pocos les hacían verdadero caso, todos metidos en sus propios asuntos, sin embargo un sonido "extraño" alertó el fino oído de la única mujer en aquel trío de amigos provocando una mueca de disconformidad en su rostro: era el sonido de una guitarra eléctrica y una batería de, al parecer, una banda de rock fuera de la escuela. 

Fueron solo algunos segundos, pero pronto todo mundo pareció transformarse cuando lo escucharon, más fuerte ahora, pues los gritos de alegría no se hicieron esperar incluido el del moreno.

― ¡Es increíble! ¡Ember está aquí? ―gritó emocionado Foley, sacando de su casillero una boina de color azul eléctrico, pasó un delineador por sus ojos y estaba listo

― ¿Ember? ―ambos pelinegros lo miraron sin comprender el exabrupto del chico, al reconocer a la causante de todo el barullo, de la cuál nunca habían oído

―Oh, genial―murmuró al ver el vaho de su respiración que lo alertaba con su sentido fantasma de la indeseada presencia de un ente fantasmal

Suerte suya, ahora los pasillos estaban desiertos y pudo transformarse sin mayor problema saliendo en busca del fantasma, Sam no pudo seguirle debido a qué Tucker también salió disparado, al menos sabía que Daniel podía cuidarse solo por un rato, sin embargo, Tucker podía a llegar a ser un problema o tener un problema, lo que pasara primero cosa que solía ser siempre la primera opción por lo que le siguió gritando su nombre.

A Danny no le sorprendió ni molestó aquel hecho, él también era consciente del peligro inminente que podría a llegar a ser su mejor amigo como para dejarlo solo por demasiado tiempo, desde afuera, a un par de metros del techo, Phantom observaba a toda la escuela frente a un tipo camión enorme que albergaba una banda de rock mientras gritaban un nombre.

―Ember, probablemente tú serás un problema―suspiró acercándose flotando hasta la banda, notando a Sam y Tuck ahí, la primera intentando alejar al moreno de la muchedumbre, sin mucho éxito

La chica guitarrista cantaba con pasión, la multitud aclamaba su nombre a coros haciéndola sonreír con malicia, Danny se dio cuenta de dos cosas: una, qué ella realmente era un fantasma por la forma tan inhumana en que su cabello se movía tal cuál una llama siendo avivada por el aire y la segunda, que al aclamarla parecía darle más poder si lo anterior significaba algo.

Daños colaterales o cómo Vlad obtiene lo que quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora