Adormecer

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Tucker notó la tensión entre ambos una vez entraron a la clase, estaban actuando de manera esquiva y procuraban no hablarse, aunque Danny parecía estar muy metido en esas ecuaciones matemáticas, era más que obvio que, aparte de no entender nada de lo que estaba ahí escrito, no quería hablar con Sam ni con él, eso lo desanimó mucho.

Por el contrario, la chica gótica estaba mirando su libreta con el ceño fruncido mientras garabateaba insistentemente y casi apuñalaba el cuaderno, estaba a punto de decir algo cuando el profesor de les acercó, preguntando por lo que estaba haciendo, así que tuvo que posponer su plan para descubrir que tenían. 

Incluso un poco de ese encantamiento que fue lanzado a él por la música de la chica estaba dejando de hacer efecto solo por esa preocupación genuina por sus amigos.

Aunque después no tuvo que hacer mucho, Danny se fue corriendo en cuanto sonó el timbre, medio acomodando sus cosas mientras huía de ambos, cosa que hizo que frunciera el ceño, debía ser algo grave si estaba actuando de esa forma, Sam lo miró y le hizo señas para ir más lento.

―Hay algo mal con Danny, Tucker―susurró de manera confidencial al moreno

― ¿Es por eso que se estaban ignorando mutuamente? ―ella asintió solemnemente― ¿qué es lo que pasa?

―Le dije a Danny que tal vez Vlad mandó a Ember, pero el se puso a la defensiva, negando todo.

―No creo que Vlad tenga que ver con esa fantasma, no tiene sentido querer dominar adolescentes cuando es más que obvio que los aborrece―comentó ladeando la cabeza―odiamos al hombre, pero no puedo culparlo por eso, no es su estilo.

―Eso mismo dijo Danny, solo que lo defendió... es decir, Danny defendió a Vlad... ¡A Vlad!

―No creo que eso sea tan malo...―hizo una mueca

―Además...―desestimó las palabras con un ademán de su mano―está el hecho de que Ember golpeó uno de sus rayos contra él―explicó aún en voz baja, alzando las manos sobre su cabeza para ser más concisa

― ¿Estás segura? ―dijo un tanto dudoso

―Lo vi, por esa razón no me salvó, se fue―se cruzó de brazos

― ¿Estás segura que no fue ese hecho el qué te molestó? Porque parece que te gusta Danny...―y cerró los ojos, preparado para lo que venía

― ¡No me gusta Danny! ¡Me gusta alguien más! ―exclamó en un grito de desesperación, sin poder evitar que la gente siguiera pensando en eso

Sin embargo, Tuck no fue el único que escuchó.

No sólo fue toda la escuela que estaba reunida en el pasillo, que hizo que comenzaran a reír ante su declaración y le provocara un gran sonrojo en la gótica, sino también cierto Fruitloop que andaba merodeando más de cerca ahora que no estaba Daniel por ningún lado, cosa extraña, pero que le hizo poder escuchar esas palabras, que de alguna manera, habían hecho que se sintiera un poco mejor con todo este asunto de gustarle a Daniel, fue como quitarse un pequeño peso de encima que no sabía que tenía.

Despejó esos pensamientos de su cabeza y los siguió hasta que se perdieron en el próximo pasillo, él se quedó ahí, observando como se vaciaba el lugar quedando solo y haciendo que se volviera visible, suspiró a punto de marcharse, porque estaba mal acosar por su propia cuenta al enemigo en vez de mandar a alguien, pero unos brazos rodeándole desde atrás lo sacaron de balance, casi haciendo que cayera, quién sea que lo estaba abrazando lo ancló para no terminar en el suelo y desvió la mirada hacia atrás para darse cuenta que, quién estaba abrazándolo, no era otro más que Daniel.

Daños colaterales o cómo Vlad obtiene lo que quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora