Ni siquiera la aspirina que había tomado en la mañana calmaba su dolor de cabeza, juró nunca volver a tomar de esa manera, tampoco podía recordar qué clases de bebidas había ingerido.
Rodeó su cabeza con ambas manos cuando escuchó la puerta abrir y cerrarse, el aroma a hamburguesas invadió de inmediato la pequeña habitación.
— ¿Quieres? —Dean dejó una sobre la mesa que estaba al lado de su cama, masticando aún la suya.
Las náuseas regresaron, pero no tenía nada dentro del estómago, lo que lo hacía más doloroso. Se dio vuelta sobre la cama, tapándose hasta la cabeza con las frazadas.
— Yo...iré a ver a Lisa —Añadió al notar que no le respondería—. Regreso en unas horas, que lo disfrutes.
La puerta volvió a sonar y el silencio volvió a reinar. Tomó su celular, tecleando una rápida respuesta en mensajes, entrando nuevamente a su fortaleza de mantas, aunque no hiciera que le doliera menos la cabeza, por lo menos alejaba la ardiente luz.
Unos minutos después, alguien tocó la puerta, Castiel hizo lo que se sintió como un esfuerzo sobrehumano para levantarse y abrirla. Una Charlie con ojeras y un gorro de lana para ocultar su desordenado cabello apareció frente a sus ojos.
— Te ves fatal.
— Gracias, a las mujeres nos encanta que nos digan eso —Entró a la habitación sin ser invitada, dejándose caer sobre la cama de su mejor amigo—. Y tú luces como todo un príncipe.
— ¿De veras?
— No.
— Oh.
Castiel cerró la puerta, sentándose al lado y apoyándose sobre ella al recostarse en la cama. Sus manos de forma automática volvieron a su rostro, evitando que la luz del día lo fastidie.
— Amanecí con una chica en mi cama—Anunció ella con orgullo.
— ¿Quién?
— Gilda, vaya que es linda.
— Genial.
— ¿Y a ti qué te pasa, Castiel?—Se levantó, haciendo que él se tuviera que mover y pudo mirarlo a los ojos.
No sabía exactamente qué había pasado la noche anterior, sus recuerdos estaban borrosos y la mayoría de estos contenían lagunas mentales. Recordaba haber besado al chico Tran, antes de que este se desmayara, también recordaba a Crowley por momentos, no llegó a ver a Lisa pero de seguro ella lo vio hecho mierda, y Dean...Dean lo había llevado hasta la cama, Dean lo había cuidado y hasta le había puesto la pijama. Pero no recordaba más que eso. Y era peligroso, porque cabía la posibilidad de que haya dicho o hecho algo que haga que Dean se aleje.
Aunque aquella mañana él le había dejado una hamburguesa, se estiró para tomarla de su mesa y abrió la envoltura de papel, olía muy bien y las náuseas se le habían ido casi por completo, así que le dio un mordisco. Sabía tan bien como parecía, se la invitó a Charlie quien no pudo contradecirlo. Nunca había probado esas hamburguesas, probablemente Dean había salido del campus para comprarlas, un gesto extrañamente lindo. No se parecía en nada el mismo Dean que se empeñaba en ignorarlo durante los primeros días de clases.
— ¡¡Destiel!! ¡¡El mundo es Destiel, mi vida es Destiel!!
Castiel rió ante la reacción de Charlie, ¿podría ser? ¿Dean y él?
ESTÁS LEYENDO
Carry on [Destiel]
FanfictionAntes de comenzar las clases en el instituto aparece un nuevo estudiante, Dean Winchester. Para su desgracia (según él), su compañero de cuarto resultaría ser el mismísimo Castiel Novak, presidente del grupo LGBT del instituto. Un comienzo con el pi...