Capítulo 11: Misha.

236 26 7
                                    

El timbre de la última hora del viernes sonó y el edificio principal donde se impartían las clases se vació casi por completo. Estaban ya a pocos días de los exámenes finales, pero lo que más tiempo ocupaba en la mente de los estudiantes era el baile de fin de año y las vacaciones de verano.

— Squirrel, ¿ya sabes a quién invitarás para el baile?

Dean, que se encontraba con los ojos cerrados recostado en el césped, se levantó hasta quedar sentado, aquella pregunta había llamado su atención, no lo había pensado antes y ya le quedaban unas pocas semanas. Crowley notó en su rostro una pizca de desesperación, sabía que no podría ir con alguna chica con que se haya acostado, porque la mayoría habían terminado mal, eso probablemente eliminaba a la mitad de posibilidades.

— Sé lo que piensas Crow, y no es así, tampoco le doy a cualquier cosa que se mueva—Gruñó, mirando a su mejor amigo para que lo apoyara, pero este solo rió.

— Hermano, nos quitas opciones—Comentó Benny—, las chicas tampoco querrán ir con los amigos del que las dejó luego de haber tenido sexo.

Crowley asintió con la cabeza.

— Sh, sh, ahí viene Castiel—Susurró Dean, logrando que el mayor de una risotada.

— ¿No quieres que tu noviecito se entere de todas las mujeres que han pasado por tu mini Dean?

Recibió un golpe en el hombro justo antes de que Castiel se uniera al grupo.

— Hey chicos, ¿qué hacen?

— Oh, nada, hablando del mini... —Comenzó a hablar Crowley, volviendo a recibir otro golpe en el hombro—. Eh, eh, ya para.

Castiel miró a ambos bastante confundido, ¿acaso él había dicho algo malo?

— No le hagas caso, ¿cómo te fue hoy?—Habló Dean, dejando un espacio a su lado para que se sentara.

— De hecho, ahora iré a la biblioteca a estudiar para los exámenes—Negó con la cabeza algo avergonzado la invitación para sentarse, le hubiera gustado quedarse con él, pero los saberes no entrarían solos a su cerebro—. Nos vemos en la noche, Dean.

Los tres muchachos lo observaron alejarse en silencio hasta que estuvo lo suficientemente lejos como para no oírlos, lo primero que salió de la boca de Crowley fue otra carcajada contenida.

— Cassy te tiene loco, Squirrel.

— Deja de decir estupideces—Bufó, sacando su celular del bolsillo— ¿Ya sabes tú con quién irás al baile?

— Las chicas me aman —Sonrió con picardía a los otros dos—. Soy El Capitan del equipo, no me será difícil...no como a ti.

Dean se cruzó de brazos, quizás estaba en lo cierto. ¿Qué chica del instituto podría no conocerlo? O quizás podría ir con alguna que no lo odie tanto. En su cabeza repasaba la lista de chicas con las que había actuado como un completo imbécil, y la lista seguía creciendo.

— O puedes ir con Castiel, hasta donde yo sé, no tiene pareja.

— Benny, no ayudas.

Castiel se encontraba con el tercer libro sobre la mesa de madera, la biblioteca estaba más llena esos días ya que se acercaban los exámenes, veía rostros nuevos, personas que nunca habían pisado la biblioteca antes y era extraño que a pesar de ser viernes, estuvieran ahí.

— Pst, Novak.

Volteó para ver a aquella chica castaña perteneciente al grupo de porristas, la que había estado bailando en la pequeña reunión organizada por Crowley hacía una semana con Dean. No podría olvidarla.

— Bela Talbot —Murmuró con una sonrisa fingida, dándose la vuelta en su asiento para mirar hacia ella.

— Ve al baile conmigo.

Castiel la observó por unos momentos en silencio, ¿estaba hablando en serio? Por su tono de voz y su postura cualquiera podría decir que sí, pero el comentario no tenía ni la más mínima lógica. ¿Por qué Bela querría ir al baile con él? Con suerte habían hablado una vez en la vida, y eso, sería por un trabajo.

Ella pasó las tiras de su cartera sobre su hombro, haciéndole una seña con la cabeza para seguirla hacia afuera, se puso de pie y salió sin mirar atrás. Él estaba más confundido que nunca, pero la curiosidad por averiguar qué se tramaba fue mayor, guardó sus libros en la mochila negra que llevaba y salió.

Bela lucia unos entallados pantalones negros y un top rojo de escote bastante grande que Castiel ni se molestó en mirar. ¿Acaso ella había olvidado lo que pasó algunas semanas atrás, cuando bailó con Dean y aparentaban estar a punto de tener sexo en medio de la pista de baile?

 — Sé que estarás pensando que estoy loca—Comenzó a decir. No, no lo había olvidado—, pero te tengo una oferta que no puedes negar.

Castiel alzó las cejas y ella lo invitó a caminar más lejos de la biblioteca.

La habitación se encontraba a oscuras cuando Dean ingresó, con la mochila colgando de un hombro y una lata de red bull en su mano, indicando que lo encontraron con una cerveza y se la quitaron. Estaba de pésimo humor, no podía creer que había invitado ya a cuatro chicas durante toda la tarde y todas lo habían rechazado. Cerró la puerta con el talón y caminó por la habitación sabiendo exactamente cada paso que daba en la oscuridad.

— ¡Auuch! —Resonó una voz grave cuando decidió lanzarse sobre su cama.

— ¡Mierda, Cas!—Dean se movió, tanteando en la oscuridad donde se encontraba el rostro del muchacho—. ¿Qué carajos haces aquí?

Un agudo maullido se escuchó del otro lado de la habitación y con la poca luz que entraba por la ventana pudo distinguir una silueta negra de grandes ojos azules. 

— Un... 

— Su nombre es Misha.

— ¿Misha? 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 23, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Carry on [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora