Capítulo 9: Catherine Bach o Jessica Simpson.

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Las estrellas habían comenzado a mostrarse una vez más, Castiel y Dean se encontraban en aquel lugar especial reservado para ellos dos.

El camino de regreso fue silencioso, Dean abrazaba el cuerpo de su compañero, tratando de parecer lo menos gay posible. Por otro lado, en la moto de Gabriel parecían la pareja más normal del mundo.

Al llegar, se despidieron. Dean no quería imaginarse qué cosas pasarían entre aquellos dos una vez que se vayan a la habitación, quería seguir pensado que su hermanito menor seguía siendo el mismo pequeño del que cuidó desde que tenía memoria.

Pero ahí arriba no podía pensar en nada más. En un universo, en el infinito, en lo pequeño que son ellos para la grandeza que existe allá afuera. Se acercó a Castiel, que se encontraba sentado en un gran bloque de cemento de donde posiblemente sería la ventilación del edificio, se sentó a su lado.

— Vaya día ¿eh?

— Vaya día...gracias por sacarme de la cama.

— Pienso llevarte de nuevo ahí.

Castiel lo miró, su corazón había dado un salto y ahora latía mucho más rápido. Tenía la suerte de que no se notara sus mejillas sonrojadas por la falta de iluminación.

— ¿Qué?

¿Lo llevaría a la cama?

— ¿Vamos?

¿Qué? ¿Qué estaba pasando? ¿Ese era Dean?

Bajaron las escaleras en silencio y una vez dentro de la habitación, se sacó la camiseta, dirigiéndose a Castiel, quien se había quedado inmóvil frente a su cama. En la oscuridad tomó las orillas de su camiseta, tirándola hacia arriba para quitársela. Posó una de sus manos sobre el pecho del más bajo, recorriéndolo hasta llegar al borde de su pantalón, sujetándolo con fuerza.

— ¿Dean? ¿Qué es todo esto?

Él sonrió, empujándolo para que cayera sentado sobre la cama y se colocó sobre él con las piernas separadas a ambos lados. Sus rostros estaban tan solo a pocos centímetros y Castiel moría de ganas por besar esos labios, así que se atrevió y los juntó. Pudo sentir la sonrisa de Dean sobre sus labios cuando los entreabrió para dejar ingresar su lengua. Ya estaba jadeando cuando Dean pasó sus manos entre su cabello, empezando a bajar para sujetarlo de los hombros y comenzar a mover sus caderas, frotándose contra él.

— Mierda, Dea-n...

— Cas.

Lo tomó de las caderas, girando hasta recostarlo sobre la cama y quedar sobre él.

— Cas...

Volvió a sus labios, empezando a desabrochar su pantalón. Ya quería poseerlo.

— ¿Cas?

Comenzó a besar su cuello y descender por su pecho.

— ¡Cas!

Abrió los ojos, casi dando un salto sobre su cama. Secó el sudor en su frente con la manga de su camiseta, haciendo un esfuerzo para sentarse.

— ¿Qué pasa, Dean? —Preguntó, rodeando su rostro con sus manos para despejarse.

— Dude, estabas teniendo sueños locos.

Rió, señalando con la botella de cerveza que tenía en la mano hacia el abultamiento sobre las frazadas de Castiel. Él instantáneamente trató de cubrirlo y su rostro se tornó de un color carmesí.

— ¿Con quién era? ¿Eh? —Sonrió traviesamente, dando un largo sorbo a su bebida. Al notar que no respondería, prosiguió—. Mis mejores sueños son con Catherine Bach o Jessica Simpson.

— Dean...dame un momento.

— Oh, vas a...¿darte una mano? —Bromeó, haciendo un movimiento de arriba a abajo con su mano libre.

¿Y si tú vienes a darme una mano? Pensó, de todas formas era su culpa que esté así.

Observo a Dean salir de la habitación, cerrando la puerta. Se puso de pie y observó en el espejo, hace bastante tiempo no despertaba con una de esas tan...visible. Tomó su ropa y una toalla, nada que una ducha fría no vaya a calmar.

— No entiendo, Cas, si el promedio es 101 y la desviación estándar es 9, ¿por qué te sale de respuesta 115?

Dean miraba su cuaderno y el de su compañero, luego de vuelta a su cuaderno.

— ¿Cas?

— ¿Uh?

— ¿En dónde estás? ¿En la luna? Tenemos una prueba mañana, hermano.

— Lo sé, lo sé, lo siento —Negó con la cabeza, apoyando los codos sobre la mesa para sostener su cabeza entre las manos.

— ¿Es por el sueño que tuviste? —No respondió así que siguió—. Hombre, ¿con quién fue? ¿Es alguien que conocemos?

— Olvídalo, Dean.

— ¿Es Kevin? —Castiel lo ignoró, volviendo a su cuaderno—. Oh, Dios, ¡es Crowley!

— Dean, la prueba, mañana.

Él asintió con la cabeza, volviendo a hacer la misma pregunta que esta vez Castiel sí respondió.

Se mantuvo mirando los cuadernos, evitando el contacto visual con su compañero. Cada vez que veía esa sonrisa traviesa recordaba lo que habían hecho en sus sueños y era incapaz de controlarse.

Una vez de vuelta al dormitorio, Castiel se recostó en la cama, estaba agotado. Dean, por otro lado, decidió ir a ver a una tal Tessa, Castiel se encogió de hombros cuando él mencionó que quizás pasaría la noche con ella.

Y aunque lo negara, le dolía.

Dean salió de la habitación, fastidiado porque a Castiel le importara una mierda que tuviera sexo con cada chica del instituto. No estaba realmente interesado en eso ahora.

Bajó las escaleras con un par de cervezas que había dejado guardadas, aunque estuvieran calientes, era mejor que nada. Se dirigió a la habitación de su hermano, quizás solo necesitaba consejos de alguien más que no fuera él mismo.

Carry on [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora