C.7: A salvo con las estrellas.

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Maya

Una parte de mí está preocupada. Preocupada, por el hecho de que mi más reciente rival; la mujer con voz aterradora, podría utilizar detalles –que desconozco– de mi pasado, para convencer a las demás de que he de ser un fraude, e incluso que lo es también la verdad sobre Asméredid. Desde que tengo memoria, ese detalle me ha atormentado bastante. No sé quién fui tiempo atrás, ¿hice yo algo lo suficientemente malo como, para tener que escapar me mi lugar natal, el cielo? En verdad no lo sé. Todas las teorías de por qué me perseguían, siempre hacen que apunte a que soy..., malvada. Por otro lado, mi otra mitad está, victoriosa. Victoriosa porque llegué a tiempo para salvar a esta niña y, en cierto aspecto, pude "cambiar" el futuro, por así decirlo. Ahora está a salvo y descansa profundamente en mis brazos. En realidad, lo hizo desde que nos fuimos, lejos de ese terrible lugar, en el que ella sería asesinada. Cuando el tiempo volvió a su curso normal, estuvimos vagando por un tiempo dentro del «río» –como ella ha dicho que se llama–, en busca de una salida, ya que la oscuridad impedía que –incluso yo– viera con nitidez por un largo tiempo, hasta que, escuché un extraño ruido que al despertar, ella reconoció fácilmente. Era una señal. Nos estaban buscando. No pude evitar ver la angustia reflejada en sus ojos; tener que abandonar a su familia, sus recuerdos, todo lo que dejó atrás, nada lo podrá sustituir. Ahora tendremos que escapar de aquí, a un sitio donde ninguna sea reconocida. Sé que me ocultando algo, incluso peor de lo que acaba de pasarle. Hay un detalle extraño en todo esto. Lo confesará cuando esté preparada para hacerlo, si es que ese momento llega algún día.

Después de todo... Hubiese tenido un peor final si no la encontrare a tiempo. Cosa que jamás me perdonaría.

Sus ojos volvieron a cerrarse en cuanto no había señal alguna de que nos persiguiesen. Ya estábamos fuera de la zona de peligro. Esto me trae mucha nostalgia. Pero me alegro de que no tenga que cargar sola con todo esto.

— No permitiré que sufra lo mismo que yo. No permitiré... que le borren la memoria. —Me detuve en seco al hacer esa confesión. ¿Desde cuándo he estado convencida de que me han despojado de mis recuerdos?, ¿Por qué de repente empiezo a creer en ello?...

Mis pensamientos no pudieron llevarme a una conclusión lógica, pues antes de que llegara a una deducción correcta, pude ver el resplandor de la luna. Estamos cerca de la superficie; Encontramos una salida, podremos irnos del agua. Ascendí suavemente hacia arriba. Al fin habíamos escapado. Sin esperar un segundo más, fui a la orilla que, me recibía con sus verdes pinceladas. El paisaje que nos rodeaba, aun siendo opacado por las tinieblas, la luz de las estrellas le daban el honor que merecía. Era hermoso. Probablemente nadé bastante, no tengo la noción del tiempo que ha pasado, pero estoy segura de que han sido horas, para llegar hasta aquí. Ya no estamos más en la tribu del agua. Este es, otro territorio.

Llegamos a tierra.

Mizu empezó a removerse un poco. Al parecer, estaba despertando. Eso creí hasta que me percaté de lo que pasaba cuando, puso ambas manos en su garganta. No podía respirar. Está claro que al no ser agua tardaría un poco en acostumbrarse, pero esto no parecía suceder. Se estaba asfixiando. Y no podemos volver, tengo que pensar en algo. Repentinamente la idea viene hacia mí; aunque sea una locura, debo llevarla a cabo. De esto dependerán todos nuestros futuros viajes. Caminé un poco hasta estar a unos centímetros del líquido. Tome un poco. Al igual que como lo hice anteriormente, cerré los ojos y fortalecí mis deseos de que pasara. Cuando salí en su búsqueda, tuve que volverme aire para poder atravesar objetos, del mismo modo en que haré esto. Y, en el instante que los abrí, apareció una pequeña nube. La mezclé con el agua que sostenía en mis manos y, funcionó. La puse sobre la niña y empezó a «llover». Sorprendentemente –e incluso para mí–, ocurrió con facilidad. Empezó a calmarse lentamente, hasta que se relajó por completo. Listo.

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