C. 9: Yendo al pasado.

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Luego de haber encontrado a la niña tierra, ésta les brindó ciertas comodidades "básicas" que cualquiera podría desear, aunque la enemistad entre las tribus natales de Maya y Mizu con su reino sea evidente. ¿Serán esas intenciones, puras?... o habrá algo más allá de la hospitalidad de la pequeña Lei Rah...

Maya

La princesa de esta tribu, Lei Rah es la niña tierra. En verdad, me siento aliviada de que esta vez no haya tenido complicaciones al encontrarla, es más, fue todo lo contrario. También tengo una grata sensación, debido a que ella no corre peligro aquí, ni en ninguna parte de este reinado. Cada vez estamos más cerca de mostrarle al mundo la verdad sobre Asméredid. Ya que estamos aquí, nos consideran forasteras que, perdidas, fuimos en busca de «una autoridad confiable» a modo de socorro, así que nos dejaron hospedarnos junto a ella, a pesar de nuestros orígenes opuestos. Ciertamente, no entiendo cómo funciona la ley en éste sitio, pero de todas formas me siento a salvo, y más aún si ellas dos lo están. Nunca vi a Mizu tan feliz desde que salimos del agua. Debe haber sido duro para ella dejarlo todo e incluso a su familia, además del hecho que su hermana intentase asesinarla. Asesinarla... ¿Por qué razón? Es una pregunta que ronda en mi cabeza desde que finalicé el enunciado. Hay algo que no me queda claro en todo esto. Ella me oculta algo. Para reforzar tal teoría, existe un detalle, por más mínimo que sea, no puedo pasarlo desapercibido. Si Mizu tiene una marca de nacimiento en la frente al igual que Lei Rah, significa que...

— No lo sé.

Las dudas empezaron a carcomer mi cabeza mientras, Lei nos indicaba amablemente que podíamos sólo llamarle por su nombre. Asentí, algo distraída de mi entorno, pues necesitaba un poco más de tiempo para descifrar el significado del sello que posee mi amiga. Es un tridente, eso lo sé sin duda. Pero, ¿qué significa, más precisamente, en la tribu del agua?

¿Por qué de repente me estoy preguntando todo esto? ¿Qué me sucede? —cuestioné, en mis adentros. Todo esto debe ser una señal, quizás ella no sea quien aparenta. Y ahora que lo pienso, puede que ni siquiera lo sepa...

¿Por qué ambas tienen un distintivo en el mismo sitio? Quiero decir, ¿qué se supone que significa? Presiento que de esta forma no encontraré respuestas, aunque debo decir que existe la probabilidad de que no simbolicen lo mismo al ser de territorios diferentes. De todas formas lo sepa o no, creo que hay cosas que no sé sobre su pasado, tal vez ella es consciente de aquello, pero no se preocupa en darme explicaciones. Aunque, recordando –otra vez– mis palabras, puede que aún no esté preparada para decirme por qué su propia hermana intentó matarle. Es lo más lógico. Por el momento tengo que preocuparme por revelárselo todo a Lei y su propósito en ésta vida. Y pienso que no será tan fácil, teniendo en cuenta que no querrá abandonar su extravagante vida para buscar a una reina; nos dejó muy en claro –en verdad demasiado– que su mayor deseo es convertirse en emperatriz... Por otra parte, aún sigo sin creer que haya sido tan simple el hecho de encontrarla, ni siquiera se presentó su yo anterior o su voz, llamándome. Eso es extraño. ¿Acaso despertará como lo hice yo? Es decir, descubrí gran parte de mi vida pasada gracias a mi reflejo, tal vez ella lo haga de una forma similar, o incluso como es una princesa puede que...

Oh, santo cielo. —No me había percatado de ese detalle hasta ahora. Cuando llegué a tal conclusión, mi cuerpo se estremeció en lo que parecía un escalofrío—. ¡Tengo que decirle a Mizu! Debemos sacar a Lei de éste lugar.

Los reyes, nadie debe enterarse de que la princesa es la niña tierra. De ser así...

Lei me miró. Noté que llevaba un rato haciéndolo, pero ahora de forma diferente. Su expresión había cambiado, se notaba algo preocupada por cualquier detalle, en cierto modo cercano a mí; pues desvió la vista y preguntó en voz alta:

The Fifth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora