C20: Promesa estelar

19 3 0
                                    

Dama Negra

Hace tantos años que no era feliz. Deseaba con mi ser y corazón, salir del Arfen. Tenía miedo. Pero luego recordé a las niñas que habían nacido, y, el odio me consumió otra vez, dejando el temor atrás. Ahora que no tengo a nadie de mi lado, debo luchar sola. Hacer justicia por mi propia cuenta, y reclamar lo que es y siempre ha sido mío: el trono estelar. Los astros se alinearon a mi favor, tengo el símbolo de la reina, entonces, ¿por qué he sido descubierta? No importa si soy sólo una parte de esa horrible escoria. Quiero mi título, ahora. Y lo obtendré, cueste lo que cueste.

-Je je.

-¡Ja ja ja ja!

-¡Agh!

-Hmph ¡Uh!

Empiezo a reír. Con paranoia, desesperación y una creciente alegría. Si creyeron que fui despojada del poder que tenía ya antes del juramento, están equivocados. Me mira Élesis, quien debería ser mi amado caballero, con asco, y no puedo ocultar mi sádica mirada en cuanto lo hace. Alzo los brazos y, con los ojos entreabiertos, mi cuerpo magullado e incluso con más rabia que antes, me expando.

Lo que antes conocieron como luz, o día, desaparecerá justo ahora. Pero para que poco o nada puedan hacer, dejo libre un poco de mi sangre que, cuando toca el suelo procede a formar una enredadera. Listo. Justo lo que quería, la potestad que merezco tener, me será otorgada ahora. Ellos no podrán hacer nada, porque sólo hay una forma de eliminarme de éste universo, y sólo Asméredid lo sabía.

Muestro mis negras alas, y me elevo hacia arriba. Derribo el techo de mármol -ahora reconstruido- y asciendo más, y aún más.

-¡Ah! Al fin pueden desplegarse correctamente...

Qué feliz me siento...

-Y ahora... Repartiré en éste planeta todo el dolor que me causó. Haré que todo ser viviente experimente lo que yo tuve que pasar. La injusticia terminará, el caos prevalecerá, y yo seré la dueña de su sufrimiento. Mi venganza será efectuada.

Y así se hizo. Mi cuerpo empezó a magnificarse, y en unas pocas horas ya estuvo entremezclado con la atmósfera de éste mundo. Ellos, desde más abajo, sólo podían ver sin actuar, sufrir y no luchar. La impotencia les invadía. Esto es más de lo que deseaba. Las cosas son mejores de lo que pensé. Todo salió a la perfección, y ahora he de convertir éste lugar en un sitio habitable sólo para mi persona. Nadie podrá hacerme frente, y tendrán que negarse a intentarlo.

-¡Oh, Asméredid!, ¡si tan sólo estuvieras aquí para ver las maravillas que le he hecho a tu mundo! -Sonrío-. ¡Ah, pero claro, estás muerta, y nadie podrá revivirte!, ¡porque yo soy ahora! ¡Tengo la marca estelar que me hace merecedora de tu poder, y de éste universo!

Y así, el mundo quedó devastado por mi alegría.

La felicidad mía, es el sufrimiento humano.

Feres

Decepción.

-Y todo, se vino abajo.

Un juramento, una condena.

Nosotras cavamos nuestra propia tumba; la de todo el planeta. Ya nada es lo que fue en un principio. Las plantas se pudren, los animales traicionan a sus dueños y despierta su enfermiza sed de sangre. El océano apesta a muerte mientras el fuego consumidor arrasa con el agua lenta pero mortalmente; además... el aire se volvió tóxico, y la vida se verá rápidamente coartada mientras yo observo, impotente, junto a las demás. Observar. Ojos que ven, cosas que no podrán evitar. Mi madre indefensa, en riesgo de ser descubierto su escondite por la Dama Negra. Maya, inconsciente otra vez; Mizu, vacía y... Lei...

The Fifth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora