Epílogo: Voluntad Eterna.

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Asméredid

Es maravilloso saber que de nuevo he vuelto a la vida, y esta vez más omnipotente que nunca. Mi felicidad rebosante se manifiesta aún más en cuanto desciendo lentamente, para recibir a mis damas que, con impaciencia y preocupación esperan a que Maya baje hacia donde están. Más sorpresivo será ver, con detalle cada línea y contorno de la entidad jamás encontrada pero sí anhelada por ellas mismas, quienes no esperaban que la luz consumiera todos los males en un santiamén. Es hora ya de elegir los seres más íntegros de éste planeta, para que reemplacen a la población que ha sido manipulada durante miles de años. Han pasado y cambiado bastantes cosas desde el momento de mi muerte; y ahora que vivo no pienso perder la vida nunca más. ¿Cómo una deidad como yo se rebajaría a morir en manos de un impuro? Afortunadamente nunca me sucedió ni sucederá, porque ahora soy inmortal de forma definitiva, y, ni siquiera ella podrá detenerme esta vez. Y ahora menos que, mis queridas damas son más fuertes de lo que imaginan.

Mi cuerpo desciende a la par que la luz va esparciéndose por el cielo, haciendo que vuelva el resplandor de la estrella dorada. Mis ojos distinguen tres figuras, que son rodeadas por un aura similar a la mía pero por poco; y tomadas de la mano con ojos cerrados, intentan revivir a alguien que ya no existe más. Posicionándome dentro de la figura geométrica que acaban de formar, les ordeno hablando dentro de sí mismas que, abran los ojos y sean testigo de un espectáculo de paz asombroso. Con miedo de lo que pueda haber en frente, obedecen. Así me gusta. Ellas parpadean varias veces hasta comprender que la situación era más distinta aun de lo que esperaban. La persona que con ansias creyeron haber revivido no estaba ahí, ya que dio su existencia para dar paso a un ser antiguo y a la vez nuevo, un ser de luz pero también de oscuridad; la encarnación de las estrellas en persona, Asméredid. Boquiabiertas y sin más decido luego de mil segundos expresar al mundo y a sus oídos, que, lo que estaban viendo es sin duda, su ama y creadora, quien les amó desde siempre y lo sigue haciendo aún más en la actualidad. Tardan en reaccionar, pero luego de unos segundos Mizu se muestra estupefacta, no puede procesar que no está su amiga. Pero no sabe que, sus recuerdos me fueron transferidos, así que todo lo que vio y sintió, lo hago yo, sólo que de igual forma. Saliéndose del círculo a pesar de que Feres le ordenó no tocar a la divinidad, me abraza con demasiada fuerza, y luego se separa. Con sus delicadas manos me roza la mejilla, comprobando que, su compañera siga allí.

— Maya... ¿Dónde está Maya? —Recuerda los detalles del proceso y continúa luego de no obtener respuesta, sólo mi inexpresivo rostro mirándola—. Es imposible revivir a alguien que muera hace tantos miles de años, pero... usted...

No puedo soportar verla así. Aunque mis sentimientos se encuentren reprimidos, una nueva parte de mí recuerda todo lo que ha pasado la joven Mérilis, y algo se afloja, tengo que abrazarle, y eso hice. Sin duda, he cambiado, y mucho, pero para bien. Ahora me siento más viva y menos insensible. Ella, merece saber qué me hizo volver a éste mundo al igual que las otras, y, no sólo eso, sino el paradero de Maya. Eso haré.

— Desde ahora y siempre, la Maya que conocieron se ha fusionado con La Oscura, haciendo que yo renazca, otra vez. —Ella me mira con desesperación y nerviosismo, creyendo que la ha perdido, sin embargo, ha ganado más—. Pero, los recuerdos de tu amiga, son los míos ahora. Me siento como debería sentirse ella, las cosas que ha experimentado y sufrido ahora son mías, así que sigo siendo ella, de alguna manera, pero a la vez no. Aún así, su alma es ahora la mí–

Ella procede a abrazarme, pero esta vez con una gran sonrisa en el rostro, y yo le correspondo. Me siento bien, me siento feliz porque estamos juntas. Se separa con timidez, disculpándose por su osadía, pero, de haberlo sido no hubiere yo respondido con tanta sinceridad, le hago saber. Ahora, apropiadamente, pueden hacer el juramento de voluntad eterna que tanto han esperado efectuar, no en vano, mientras ahora yo he vuelto a la vida.

The Fifth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora