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Era el tercer día en el que James no había asistido a la escuela, y admito que me estaba preocupando.

No sabía qué hacer, no conocía nada de él, ni mucho menos donde vivía. Había preguntado por él en el supermercado, pero habían dicho que se reportó como enfermo, pero dudaba que lo estuviera.

Después de tanto pensar, y de tanto ignorar a la maestra de historia, decidí que le preguntaría a Charlie si sabía algo de él.

Ellos tenían clase de deportes después de historia, y estaba dispuesta a faltar a geografía con tal de saber algo de James.

Se encontraban corriendo alrededor de la cancha, como siempre. Así que esperaría a que Charlie se acercara a tomar agua.

- ¡Charlie! - grité cuando vi que se alejaba para volver con los demás. Había estado metida en mis pensamientos que ni siquiera me había dado cuenta de que se había acercado.

- ¿hola? - preguntó confundido.

- soy Juliette - dije.

- ah, la chica de James, ¿no? - preguntó.

- ¿ah? - dije confundida - sí - dije rápidamente.

- bien, supongo que quieres saber algo de él, ¿cierto? - asentí - ¿qué pasa?

- ¿sabes por qué ha faltado? - pregunté.

- su papá se enteró de la pelea en la cafetería - respondió.

- ya veo - susurré - ¿podemos hablar?

- claro - dijo subiendo hacía dónde estaba - dime - sonrió - aguarda, tú eres la amiga de Alice ¿no? - asentí una vez más - ya veo. Dime.

- ¿qué pasa con él? - solté - quiero decir, ¿por qué se peleó con Rider? ¿por qué mencionó a su papá? ¿por qué Alice me dice que me aleje de él? - dije.

- vaya - me miró - son muchas preguntas - suspiró - solo sé que se peleó con Rider porque él es muy mandón, y James es muy autoritario - tomó un sorbo de agua - por eso chocaron, pero desconozco lo de su papá, y referente a lo de Alice - me miró - no la escuches. Sonará tonto, puesto que no te conozco, pero conozco a James, y sé que le interesas, y realmente le ayudaría estar con alguien - dijo.

- ¿cómo que le "ayudaría"? - hice comillas.

- es algo difícil de explicar - se rascó la cabeza - James está perdido - su mirada se veía triste - realmente deberías... - una voz lo interrumpió.

- ¡baker vuelve a la cancha! - gritó el entrenador.

- hablamos luego - dijo dirigiéndose a la cancha.

Se fue dejándome ahí, con mis dudas.

¿Qué tanto escondes, James?

James Dean  ;  young james franco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora