James Dean ; young james franco.

c u a t r o

Nos encontrábamos en la cancha, estábamos en clase de deportes.

Hacía mucho viento, y también frío, pero eso no le había importado al profesor, ya que nos tenía dando vueltas alrededor de la cancha.

A lo lejos pude ver a un grupo de chicos en las gradas; fumando.

No me molestaba que fumaran, me molestaba que lo hicieran enfrente de nosotros, y cerca de donde habíamos puesto nuestras cosas.

- ¡vayan a tomar agua! - gritó el profesor.

Alice, Rosalinda y yo nos dirigimos a las gradas por nuestra botellas de agua.

Cuando nos acercamos más, pudimos ver que ahí estaban los chicos que estaban fumando momentos atrás.

- disculpen - dijo Alice. Ellos nos miraron - están sentados cerca de nuestras cosas - dijo seria.

- ah, lo siento - dijo un chico de cabello negro riendo.

- no te preocupes , Rider - dijo Alice sarcásticamente.

- ¿Cómo sabes mi nombre? - preguntó Rider.

- mi hermano habla de ti - respondió - creo que no le agradas - hizo una mueca.

- ¿quién es tu hermano?

- Charlie - respondió un chico que se encontraba en la grada de atrás. James.

- ah - suspiró Rider - escucha, pequeña - pausó - los problemas que tenga con tu hermano, son entre él y yo, así que no te metas - respondió parándose. Todos los que se encontraban con él hicieron lo mismo, menos James, quien solo me miraba divertido.

- ¿no te hizo daño la leche entera? - preguntó refiriéndose a lo qué pasó en el supermercado.

- no - respondí incómoda.

- ¡vamos James! - gritó un chico rubio - ¡es menor que tú! - todos sus amigos rieron.

- ¡eso no decías con Nicola! - gritó James.

- ¡vámonos Franco! - gritó Rider.

- ¿Franco? - cuestioné.

- James Franco - sonrió - me tengo que ir o no se callaran jamás - se paró - te veo luego, Juliette - iba a decir algo, pero ya se había ido.

- ¿leche entera? - preguntó Rosalinda.

- es una larga historia - alcé los hombros.

- larga o no, aléjate de él - dijo Alice.

- ¿por qué? - pregunté. Me comenzaba a molestar su actitud hacia James.

- solo hazlo - respondió.

- pero dime porque - insistí.

- ¡por qué está perdido y te perderás con él! - gritó frustrada. Rosalinda y yo la miramos sorprendidas - lo siento - susurró - él y Charlie eran amigos, hasta que James tocó fondo.

- ¿a qué te ... - me interrumpió.

- no más preguntas, por favor - suplicó.