Sentir interés por alguien aparentemente vacío es una de las cosas que jamás pensé que me pudieran llegar a suceder y mucho menos por un hombre, la curiosidad me acerca cada vez mas a él. El chico castaño sufre, sus ojos vacíos lo delatan, pero ¿qué...
¡Muévete Park!, sal corriendo, múdate de ciudad, estado, país, pasa la noche en Marte, cualquier cosa pero por favor, muévete. Mis piernas se habían puesto en mí contra el día de hoy.
-Jun... Jungkook... -lo miré más atento y luego volteé hacia abajo donde ya hacia mi difunto teléfono- ¡me debes un celular! -fruncí el ceño y con una mueca mire descaradamente su cuello, mis ojos se abrieron como platos, mi corazón latía más rápido de lo normal, o quizá se había parado porque sentí un estruendoso golpe en el pecho.
-Yo no te mande a colgarte por mi árbol, es tu culpa, no te pienso pagar nada -habló más vivo de lo que pude comprender, su voz era demandante, pero demasiado suave para ser verdad, hablaba con tanta tranquilidad y yo... yo... no podía desviar la mirada de su cuello, tenía una incisión que abarcaba todo el ancho de este, era como si lo hubieran degollado.
No puede ser... no puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede ser, ¡el pelinegro le ha hecho esto!
-Tu... -indiqué con el índice hacia su cuello- tu novio ha sido el que... -tragué saliva algo nervioso, pero vamos, ¡Soy Park Jimin! Y... él me gusta, no sé que hay en Jungkook, pero lo descubriré, no pienso seguir viéndolo tan triste y aparentemente lastimado. Pienso sacarlo de esta casa a costa de lo que sea.
-No sé si tienes derecho a saber porque tengo el cuello así, pero te diré una cosa, no tengo novio, yoongi es mi hermano -puso su puño sobre su barbilla y con un pequeño puchero inconsciente e inocente miró hacia el suelo de su habitación- ¿por qué no mejor me dices que haces viniendo a mi habitación en las noches?
-Yo... pues ¿Por qué mejor no me dices por qué tienes los muslos tan torneados? -rasqué mi nuca y su desinteresada expresión con rubor en las mejillas hacía que mi cabeza diera vueltas ¿Cómo alguien podía avergonzarse sin demostrarlo con expresiones?
-¿Por qué no mejor me dices por qué me tomaste fotos? -alzó una ceja aun sin verme, y se levantó de su lugar.
-¿A dónde vas? -toqué la ventana con la palma de la mano tratando de evitar que se marchara.
-Solo me acomodo para abrir la ventana, no puedo escucharte muy bien -levantó el cristal que nos separaba y una pequeña ráfaga de aire hizo que su castaño y suave cabello se ladeará con sutileza, pestañeo por el frío que golpeo su rostro- eres valiente Park Jimin, mi hermano está loco, sí, pero no más que yo, además, ¿Qué tanto esperas de mi? Digo, para soportar el frío de esta noche, colgado ahí en el árbol... pero eso no me importa, eres estúpido y ya.
-No soy estúpido, niño raro, tengo preguntas -fui directo al grano y miré su cálida cama, era verdad, el trasero se me estaba congelando y pronto sería una piedra- ¿puedo entrar?
-Numero uno, yo también tengo muchas preguntas, número dos, ¿Por qué debería dejarte entrar? No confío en nadie -sus labios comenzaban a tiritar por el simple hecho de asomarse por la ventana, se veían tan lindos y rojos...
¡Dios santo! ¿En qué me he convertido? Yo... pensando en un chico, aun se me hace difícil de creer, y pensar que varias chicas del instituto alguna vez se han fijado en mí y aquí estoy yo, arriesgándome por curiosidad y deseo.
-Okey... mira, sé que sonará raro, pero sé que no estás bien, no vengo a causar problemas, solo quiero ayudarte -puse la mejor de mis sonrisas pero era obvio que estaba forzada, después de ver su cuello de esa manera estaba más que perturbado, aun así, no me iría.
-¿Y por qué quieres ayudarme? Prácticamente estoy muerto, no hay nada que salvar ni motivos para ayudarme, merezco cualquier cosa que me suceda ¿Por qué un chico repentinamente me espía y quiere ayudarme? -lentamente metió su cabeza aun con la mirada cacha, dejándome al borde de a desesperación.
-¡Mira! Tú mismo lo has dicho, mereces cualquier cosa que te pase ¿no? Déjame meterme en tu vida -dios, pero que estúpido sueno.
-¿Por qué? -ladeó la cabeza y esta vez me miró a la cara, sentí como sus grandes ojos se paseaban por cada rincón de mi rostro, quedándose especialmente unos segundos más contemplando mis labios, los cuales remojé a propósito.
-Porque... amm... no creo que alguien se merezca ser tan miserable, además, eres lindo y punto.
¡Jodidamente lindo! Coño, me has convertido en un maldito bisexual.
-No sé qué es lo que me ocurre, pero si una de tus preguntas es él porque vengo en la noche a verte, no te lo puedo responder porque ni yo mismo lo sé, solo... ah... -suspiré sin más que decir, este chico me lo hacía complicado.
-Mmm, quiero que mañana vengas y toques el timbre, tenemos que hablar si quieres meterte en mi vida, pero te lo advierto, no espero que te guste -se encogió de hombros y cerró la ventana.
-Nadie me da órdenes -dije firme para que me escuchara aun con la ventana sellada. aunque lo haré de todas formas, es mi nuevo trabajo, pero no pienso verle la cara, no hasta que tenga algo más que decir sin que este llenándome de preguntas, tengo suficientes con las mías.
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Fin de la parte 1. Amo ese Taeser, mi época favorita es Run, ¿cuál es su época favorita?
