Capitulo 3

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Lisa salió del bar acompañada de un tipo de unos treinta años, sencillo y trabajador, bien vestido y con buen aroma; un humano preparado para cualquier aventura nocturna. Se veía sano y limpio, mismas razones por las cuáles Lisa lo había elegido.

La hermosa rubia lo había convencido de que se fueran juntos y el tipo encantado, pensando que había dado el flechazo, aceptó seguirla. Aproximadamente eran la una de la mañana. Ésa noche no había mucha gente rondando por las calles, a excepción de un par de adolescentes que habían salido a rayar las paredes con aerosoles y un vagabundo, tan sólo eso. Era el momento ideal para ella y aunque ya el día anterior había cumplido con su cuota sanguínea, no le veía nada de malo un poco más, por lo menos no en vampiros como ella que sabían detenerse y que no cometía asesinatos a gran escala evidenciándolos y poniendo en peligro al nido.

El nido era su hogar, también podía comprarse un apartamento como algunos de su especie preferían, pero el nido resultaba más seguro, además de ser el lugar más cómodo para cualquier vampiro, ya que en éste estaban con los suyos y no tenía necesidad de detenerse o disimular, o simplemente de fingir que no era lo que era. El nido era el único lugar donde podían estar, pensar y encontrar un rato de tranquilidad sin perder su esencia. Abajo no había quien les insultara ni impusiera algún límite, aunque también tenían sus desventajas; la principal y más vergonzosa de ellas era el tener que vivir debajo de los pies de los insignificantes humanos.

Tenía hambre la mayoría del tiempo, esto porque algunos vampiros como: Lázaro, Anthony, Frederick, Isadora, Daniel, Carmen y ella, trabajaban y hacían más esfuerzos que los demás, ya fuera haciendo de guardia largas jornadas, cuidando y controlando a los principiantes o entrenando a los otros, especialmente Carmen, es por eso que Lisa sabía que al igual que ella, los demás también bebían de vez en cuando más de lo que se suponía que les tocaba beber.

El hombre la abrazó de la cintura y juntos, se dirigieron al supuesto apartamento de Lisa. Se metieron en el callejón más cercano. Él sonrió pensando que era una broma cuando Lisa le mostró el oscuro lugar, sin embargo no la cuestionó por temor a perderla y cuando llegaron al fondo del callejón ella se volvió. Se acercó a él y lo besó con intensidad, cuando el hombre estaba más que distraído, lo tumbó y lo besó con más fuerza, mientras desabotonaba con prisa su camisa. El humano pensó que todo era parte del juego y le siguió la corriente, pensando que no tenía sexo de aquella manera desde que iba en la preparatoria. Cuando Lisa se acercó, su rostro se transformó. El hombre apenas lo vio. La mujer le arrancó las uñas de la mano izquierda de un tirón, tan fácil como arrancar margaritas. Él soltó un alarido desgarrador pero ella consiguió taparle la boca tan fuerte hasta amoratarle las mejillas, después, fríamente le rompió la rodilla derecha de un jalón, asegurándose de que no pudiera volver a caminar y que no hubiera modo de que pudiera escapar. Se abalanzó sobre su cuello. Sus ojos, hipnotizados por el sangrado, se fueron oscureciendo hasta volverse negros como los de un tiburón, del cuello humano succionó toda la sangre hasta que el cuerpo se chupó, como un globo que lentamente se iba desinflando. Podría decirse que fue rápido, ya tenía práctica. Se levantó y finalmente sus tensos y distorsionados músculos volvieron a ser los de una guapa e inofensiva muchacha. Enderezó el cuello de su ajustada blusa. Sus ojos volvieron a ser azules tal y como el cielo se despejaba cuando la lluvia acababa. Se limpió los labios, se acomodó el cabello y se deshizo del cuerpo con tranquilidad y sin ningún remordimiento.

Suspiró, echaba de menos a Frederick. Nunca había tenido sentimientos tan fuertes hacia nadie como hacia él.

No condujo, sólo corrió. Era hora de descansar. En la mañana tenía que entrenar a los vampiros que le habían asignado, todos avanzados afortunadamente, no había nada peor que vampiros con pocos años de transformación.

Luz EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora