Entró corriendo. Se enteró de que había una reunión del clan al este. Le llevó un día y medio llegar hasta ahí. No había dormido ni comido en todo ese tiempo con la urgencia de avisar que el cazador había sido capturado por un buen motivo que no dejaba de golpear su cabeza llenándolo de dudas. Pareciera que él mismo se había entregado a los deambulantes.
Pasó con rapidez a un lado de varios compañeros y amigos y a ninguno se detuvo a saludar, todos giraban las cabezas al verlo pasar, sabían que era una mala señal.
Germán corrió buscando a Horace y sobre todo a Joel para avisarles y actuar en cuanto antes, también era consciente de que en ésta información debía también incluir la posición del nido de Carmen y lo haría, ésta operación de rescate traería como consecuencia la gran guerra y la decadencia del nido enemigo, una importante cantidad de la raza maldita. Por un momento sintió halagadora la idea de que sería él quien desencadenaría la gran guerra. Pensó en los muchos escritos e historias que en el futuro se contarían del antes ignorado Germán.
Al pasar chocó con una dama. Se volvió dispuesto a empujarla y apartarla del camino que estaba estorbando y antes de completar la acción, se fijó en aquellos oscuros ojos aún asustados por el impacto, reconoció de inmediato aquella rojiza y flameante cabellera.
—Amelia...—dijo en un tono como si estuviera a punto de dar una noticia tan fría como el pésame.
—Germán, ¿Qué ocurre?—notó aquél extraño tono que usó con ella.
—Lo siento, pero debo informarle a Horace y a Joel algo muy importante. No debería decirlo pues no es mi deber divulgar esa información, pero tú como su pareja creo que es justo que sepas que a Logan se lo llevaron un par de seres, vampiros líderes del nido de Carmen.
Amelia se llevó ambas manos tapándose la boca ahogando un grito.
—¿Qué Logan qué?—una severa y aguardentosa voz sonó detrás de ambos. Se volvieron con prisa.
Horace estaba de pie detrás de ellos, a su izquierda se encontraba Joel con cara de preocupación. Dio un paso al frente.
—¿Pero a dónde? ¿Quiénes se lo llevaron?—gritó entre dientes.
—Dos de los inmortales de Carmen, pude identificarlos: Isadora y Anthony.—dijo orgulloso.
Enmudecieron, todos ahí ubicaban perfectamente a ambos y sabían que eran una amenaza.
—¿Pero a donde se lo llevaron?—intervino Amelia en llanto.
—¿Crees que a su nido?—preguntó Joel a Horace como si él tuviera la última palabra o pudiera contestar aquello que tampoco había visto como él. Esto era algo que su hermano aborrecía, que creyera tanto en cualquier palabra que Horace pudiera decir.
—Tendremos que averiguarlo, ¿Pero en dónde es eso precisamente? He enviado a Denisse a todas las tierras del oeste y ahí no hay nada, tampoco al norte y dudo que esté en otro continente ya que en el pasado lo buscamos.
Germán repasó en su cabeza un plano del camino y del lugar en el que estuvo escondido vigilando durante poco más de un mes. Lo había casi memorizado, no le costaría volver ahí y mucho menos guiarlos.
—Eso es porque está en el subsuelo, donde jamás buscamos, siempre bajo nuestros pies. El nido está construido de manera subterránea a día y medio de aquí.
Todos se volvieron hacia él con asombro y prisa, incluyendo a varios cazadores que lograron oír lo último y que poco a poco se fueron uniendo a aquél círculo.
—¿Por qué sabes todo esto?—Horace apretó los puños con furia, sabiendo la respuesta molesto pensando en todos los meses que habían desperdiciado sus cazadores buscando en sitios que no estaban ni siquiera cerca del verdadero lugar. Ésa sería otra charla que después tendría con Germán, quién sería castigado.
Germán dudó si debía o no decir que fue Logan quien realmente lo encontró, o si se quedaba él solo con el crédito. De todas formas Logan no estaba presente para desmentir lo que dijera, pero no sabía si estaba preparado para recibir tanta atención y todos los reconocimientos que vendrían después por aquella hazaña que jamás hizo ¿Podría acaso vivir el resto de su vida presumiendo de un mérito que jamás hizo? Y si Logan seguía con vida ¿No desmentiría todo el engaño y él quedaría como un mentiroso de por vida?
—Logan y yo lo descubrimos hace poco más de un mes.—confesó con la frente en alto sabiendo que aquella era una respuesta conveniente.
—¿Y por qué no...?—Joel avanzó hacia él, tenso, desenvainando su alargado cuchillo manchado de sangre seca.
Horace avanzó delante de él y le impidió atacar.
—Ahora no hay tiempo para eso. Primero iremos por tu hermano.
Se apartó cuando Joel bajó la cabeza y se paró sobre una de las mesas. Todos los demás cazadores guardaron silencio, estaba a punto de dar un anuncio.
—Prepárense todos. Partimos en este momento.—todo el mundo intercambió miradas confundidas, entre ellos Adolfo, quien miraba desconcertado desde su lugar la cara de su hijo menor y la de Amelia, ambos compartían lazos con su hijo mayor y por lo tanto eso le sonaba a que el problema tenía que ver con Logan.—Uno de nuestros cazadores fue capturado por dos de los vampiros principales del nido de Carmen, se trata de Logan.—voces volvieron a preguntar cosas al aire, preguntas que no serían respondidas, todos impresionados por el nombre de la víctima; lo que sucedía era que Logan era como una imagen inmortal que jamás había sido derrotada, era como un emblema que causaba asombro y depresión para su especie, ya que nadie les aseguraba que éste siguiera con vida y eso significaba que si los vampiros pudieron capturar a alguien con la fama y destreza de aquél cazador, sería mucho más fácil asesinar a cualquiera de los presentes en aquella sala.
—No sabemos si sigue con vida ni a dónde lo han llevado, pero ahora conocemos la ubicación del nido de Carmen y entraremos en él. ¡Mataremos a esa raza! Si partimos hoy, pasado mañana estaremos en la puerta del nido, así que levántense y prepárense. La guerra está a punto de comenzar.
Horace sonrió con júbilo, ésa era la mejor noticia que había recibido en años y ahora sí, la guerra estaba ganada. Mientras, todos corrían de un lado para otro preparándose para partir y tomar las posiciones que Horace les fuera a indicar.
El cazador al mando entró a una de las habitaciones de la casa que usó durante esos días como despacho, detrás de él entró Joel, su mano derecha; también Denisse, Joule, Adolfo, Germán y otros tres cazadores que dirigían a grupos más pequeños, los siguieron para planear el ataque.
—Cuando entremos al nido mataremos a todos los que están en la entrada. Has dicho que está construido bajo tierra. Desconocemos qué tan profundo es y cómo están distribuidos por dentro. Si sólo hay una entrada y una salida, entraremos por la misma y cuando hayamos matado a algunos de los que protegen las primeras salas, entonces quemaremos la única salida, obligándolos así que salgan aquellos que logren sobrevivir a las llamas al intentar huir, para así pelear en nuestro propio campo contra los sobrevivientes.
Oyeron con atención, todos temiendo la parte más difícil de todas. Un largo silencio sin nadie que se atreviera a pronunciarla por miedo a echarse a sí mismo aquella tarea, por la cual seguro sería recordado pero definitivamente asesinado. Intercambiaron miradas nerviosas.
—¿Quién se encargará de Carmen?—preguntó Denisse con voz queda. Todos se volvieron hacia Horace rezando por no ser los elegidos para llevar a cabo aquella tarea.
Horace sabía que tendría que hacerlo él mismo, pues tenían una deuda pendiente, y que nadie tenía el valor para hacerlo, también sabía que para ello necesitaba la ayuda del mejor de todos, aunque éste estuviera capturado.
—Yo lo haré, pero necesito de la ayuda de Logan, así que antes de prenderle fuego a su salida tendremos que adentrarnos en el nido para buscarlo y sacarlo de ahí, suponiendo que ahí estuviera,—señaló poniendo un mayor énfasis en la última frase—,ahí mismo debemos darle muerte a Carmen para que no tenga ninguna posibilidad de correr y huir estando en la superficie. ¡Ella es el premio mayor de la noche y del siglo quizá! Pasado mañana, Carmen tiene que morir.
El silencio reinó la noche. Para Horace el decirlo resultaba demasiado fácil aunque en el fondo sintiera terror de enfrentarse a la vampira madre, eso sin contar el temor de los otros cazadores de encontrarse a Lázaro, Lisa, Frederick y los principales que dieron incontable muerte a muchos de sus compañeros y parientes pasados.
Joel y Adolfo permanecieron juntos imaginándose lo peor. Los ancianos ojos de Adolfo lloraban.
Horace recordó un último detalle que no podían dejar pasar.
—Una orden esencial... la chica, Annete, debe de estar dentro del mismo nido escondida y les aseguro que no se encuentra en una celda. Es el más grande tesoro de Carmen, la usaremos para amenazarla.
—¿La mataremos?—preguntó Joel, ignorando que se trataba de su propia sobrina, a diferencia de Adolfo, que sabía del parentesco que tenían todos ellos.
—De ninguna manera. Ella pertenece a nosotros, y la necesitamos para detener algún ataque de Carmen y así poder herirla.—sonrió de lado esperando que los demás lo captaran.—Háganle el daño mínimo, por que alguno debe de haber ¿No es cierto? Eso va a ser inevitable; para que la vampira líder sepa que hablamos enserio. Me refiero a algún pequeño corte en la cara o algo similar, pero nada que incapacite o limite en el futuro a nuestra Annete, después de todo, ella va a ser una de nosotros.
Se prepararon, algunos no muy de acuerdo con la idea y plan futuro de Horace. Todos temían por lo que ocurriría.
—Llevaremos todo el Paranesis que tengamos y que hayamos fabricado. Quiero que todos los cazadores lleven varios frascos con ellos. Y una última orden... estoy seguro de que los vampiros atacarán más no a muerte, intentarán morder y beber, porque sabrán o supondrán que éste enfrentamiento les causará muchas bajas de su lado así que querrán convertir en lugar de matar.—bajó la cabeza y volumen de voz, lo que ordenaría no era cualquier cosa.—Si alguno de nuestros compañeros cazadores es mordido por cualquiera de éstas criaturas, de inmediato y sin dudar ¡mátenlos! háganlo antes de que el veneno llegue a ellos. ¿He sido claro?
Asintieron. Adolfo no paró de llorar, era el único que sabía realmente la verdad. En dos noches, su hijo, Carmen, y su nieta, serían verdaderamente afectados, y fuera lo que fuera la muchacha también era su familiar, y él no podía hacer nada para evitar lo que sucedería.
Partieron. Alzaron los brazos, ahora era cuando todo comenzaba de verdad.
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Luz Escarlata
Vampiros#FinalistaPremiosWatty 2014 Han pasado los meses, perdí la cuenta. Ellos me encerraron en su nido. El lugar es oscuro con olor a muerte, no veo la hora de salir, pero he perdido las esperanzas. La sangre me ha cambiado. Henry, el vampiro demonio qu...