Sully, vampira de Henry, venía con Alexander. Indiferente miró a Patricio y rápidamente localizó a Fabiola, a la que podía escuchar desde una larga distancia, notando, por su forma de moverse, que ambos eran integrantes del nido de Carmen. Prestó atención a Fabiola y a quienes la rodeaban en ese momento. La vampira de cabello negro estaba hablando con dos tipos y lo que ella fue enviada a buscar era a una chica. Su atención entera fue a parar a Patricio y escuchó aún con el ruido de las bocinas su conversación... —¡Hey esa me gusta! —A mí no.–Pues a mí sí.–Eres muy simple Annete.—Ya te pareces a Anthony... –decían el rubio vampiro y la humana morena que lo acompañaba. Sully abrió los ojos y dejó escapar una sonrisa sombría, habían dado en el blanco después de varios días de búsqueda. Habían buscado en el lugar indicado, Alexander tuvo razón.
Corrió a visarle al inmortal que dirigía la operación y que era el único que no estaba haciendo nada además de observarlos a todos. Era un abusivo y un perdedor pero Henry confiaba en él. Sully y varios del nido lo detestaban por esto mismo.
En un parpadeo ya estaba parada frente a Alexander el alto y seductor vampiro de cabello y ojos negros.
–La encontré.–sonrió con el iris ardiéndole, no tardaba en cambiar de color.–¿Qué vas a darme?-dijo Sully esperando recompensa alguna por su hallazgo con una cínica sonrisa forzada.
Alexander endureció sus facciones y revisando que no hubieran moros en la costa, sacó los colmillos acompañado de un gruñido fiero hacia Sully.–¡Llévanos hasta ella!–rugió con impaciencia.
Sully retrocedió con miedo recordando aquellas veces que en el pasado lo hizo enfadar. Contempló su propia mano derecha, carecía del dedo meñique. Esto fue por haber desobedecido las órdenes de Alexander en otro más de los planes de Henry. Alexander, furioso, se lo había cortado para castigarla y recordarle que jamás debía de retarlo. Al recordar esto bajó la cabeza y obedeció como un fiel perro a regañadientes.
–Tal y como dijiste, está acompañada de un inmortal, también logré localizar a otras dos chicas de Carmen, pero no creo que vengan con ellos. El vampiro que está con ella no es muy fuerte, a lo mucho debe tener unos treinta o cuarenta años de cambio.
—¿Estás segura que se trata de nuestra querida Annete?
–Por supuesto.–Sully sentía el deseo de golpearlo, la trataba como si fuera una idiota.
Alexander sonrió, sonaba muy fácil para ser verdad. Se volvió hacia los otros tres vampiros del grupo.
–Recuerden: No podemos ni tocar a la chica, órdenes de Henry. Tengan cuidado y sean discretos a la hora de eliminar a quien la acompaña.
Los tres se dispersaron y Alexander pagó la cuenta de lo último que habían consumido. Cruzó la puerta de salida avanzando con elegancia, su alta y oscura figura transmitía cierto miedo a aquellos que lo observaban.
Salió y esperó tranquilamente en la coladera del callejón a dos calles de ahí. No le gustaba ensuciarse las manos, él estaba hecho para dirigir, no para seguir órdenes.
Cuatro muchachos se acercaron discretamente al joven vampiro y a la humana y los rodearon dándoles las espaldas con cautela. Patricio todavía no notaba nada extraño y siguió bailando tranquilamente.
De todos ellos Sully era la más rápida, por eso a ella le tocaba encargarse de Annete, la otra chica vampiro se encargaría de la parte más difícil, misma que probablemente le costaría la vida.
Uno de los chicos que los rodearon empujó a propósito a Patricio para distraerlo, quien le devolvió la ofensa. El vampiro enemigo le dio un puñetazo en la cara con discreción, sin hacer tanto alardeo ni espectáculo. Patricio lo volteó a ver sorprendido por la fuerza de la agresión y permaneció perplejo esperando el siguiente golpe. El muchacho que lo agredió sonrió y sus ojos, como los de un tiburón, pasaron a ser negros con el iris remarcado de color carmín, los cuales eran rodeados por gruesas venas que les daban mayor profundidad y brillo.
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Luz Escarlata
Vampire#FinalistaPremiosWatty 2014 Han pasado los meses, perdí la cuenta. Ellos me encerraron en su nido. El lugar es oscuro con olor a muerte, no veo la hora de salir, pero he perdido las esperanzas. La sangre me ha cambiado. Henry, el vampiro demonio qu...