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-¡No puedes estar aquí! Si Lázaro te ve te matará y no dejaré que lo haga.-por primera vez, Anthony le gritó haciéndola reaccionar.-Yo buscaré a tu madre. Tú te vas a esconder donde Lázaro no te encuentre.-le sobó el cabello y apretó sus mejillas con ambas manos. La estrechó contra sí protegiéndola, sintiendo miedo de todo lo que los rodeaba y no miedo por él, sino por ella.
La chica, sobresaltada por su frío tacto, acarició su espalda.
Unos grandes y oscuros ojos lograron captar aquello a considerable distancia. Acabando de una vez con el cuerpo que se le cruzaba, avanzó veloz hasta el joven vampiro.
-Anthony, hijo. Pensé que no volverías.-dijo con sorpresa en tono dulce.
El rubio, paralizado, se volvió, él estaba ahí, los había encontrado. Miró los horrorizados ojos de la humana, sabiendo que no tendrían salida y se dio de una vez la vuelta. Recibió el golpe.
-¡Lázaro!-chilló la humana con terror, sintiendo pánico.
El hombre de cabello y ojos oscuros avanzó hacia ella con sonrisa demoniaca. La pescó, levantó su frágil cuerpo femenino con una mano y lo estrelló contra el suelo. Volteó con ella cargada de una mano a ver al joven que había atacado primero.
-¿Por esto has renunciado a todo?-la repulsión que la especie humana le provocaba era aún más grande que su odio. Con desprecio agitó aquél insignificante cuerpo. -Anthony, tú vales mucho, tienes talento y serás muy grande, más de lo que ya eres. ¡Traicionaste a tu creador!- movió la cabeza en negación con vergüenza del muchacho. -Pero he decidido darte otra oportunidad, te perdonaré si...-hizo una pausa, levantó el dedo índice señalando la condición. Anthony conocía aquellas condiciones, siempre eran crueles, en las cuales Lázaro te obligaba a sacar lo peor y más salvaje de ti recordándote que eras un monstruo, para como en el coliseo verte lastimar a otros, la condición jamás era única, siempre incluía a una víctima.-...Si tú mismo la matas.
La chica dejó de patalear cansada, pensado que el rubio no lo haría, no después de lo que pasaron juntos. Sus pensamientos cambiaron cuando vio al muchacho levantarse y acercarse con una vil sonrisa sobre los labios.
Anthony se levantó y se acercó a ambos. Lázaro rió complacido de contar una vez más con él y le tendió la mano.
-Bienvenido.-el hombre bajó la cabeza como si mostrara respeto a la fuerza y decisiones del vampiro que entrenó toda la vida, orgulloso de que finalmente era lo que era e iba siempre de acuerdo con su naturaleza.
Anthony se acercó y miró a su maestro, luego a la chica. Ésa opción y nueva oportunidad que Lázaro le daba no tenía ni que pensarla. De la parte trasera de su pantalón sacó una varilla de metal y en un solo y rápido movimiento atravesó con ella la pierna derecha del vampiro maestro. Lázaro aventó el cuerpo que sostenía y bramando de dolor sacó los colmillos. Se abalanzó sobre el joven muchacho. Le arañó con fuerza todo aquello que pudo y con los colmillos lo cortó en el brazo, después, rabioso le rompió un hombro y en el otro le encajó los colmillos rasgando y cortando su piel. El inmortal más joven intentó defenderse y lo golpeaba cuando tenía oportunidad, pero estaba perdiendo mucha sangre y gritando de dolor suplicaba que parara, él no podía con eso.
Al verlo, Annete también comenzó a gritar y a suplicarle al animal que lo atacaba que lo dejara, entonces lo que nadie esperaba, sucedió.
Alguien embistió a Lázaro y cayó el suelo con él. El joven se levantó antes y encajó dos dedos sobre los agujeros que la varilla de Anthony le habían hecho en la pierna al vampiro. Lázaro chilló de dolor ante éste nuevo agresor.
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Luz Escarlata
Vampire#FinalistaPremiosWatty 2014 Han pasado los meses, perdí la cuenta. Ellos me encerraron en su nido. El lugar es oscuro con olor a muerte, no veo la hora de salir, pero he perdido las esperanzas. La sangre me ha cambiado. Henry, el vampiro demonio qu...