Veronica
Según mi madre, tenía una contusión fuerte en la espalda, así que poco podría hacer aquél día. Aunque me dijo que me quedase en casa, le dije que debía ir al partido, hoy estaba interesante. Ella me miró con recelo y casi sin creerme, pero salí de casa.
Me senté en la primera fila de las gradas, viendo cómo la gente del equipo calentaba.
—Hola, Veronica, ¿tú no estabas en el equipo de animadoras? —Preguntó la señorita Wilbourn. ¿Qué hacía ella aquí? Los profesores no... Tenían vida después del instituto. Qué risa.
—Oh, hola señora Wilbourn. Sí, pero estoy lesionada y hoy no puedo participar. La que sí está es Blake. —Señalé el campo y asintió con una sonrisa.
—Sí. Hablando de Blake, le has venido muy bien este año. Sois muy avanzadas las dos en ciencias, felicidades por el trabajo.
—Muchas gracias profesora. —Sonrió y caminó hacia donde estaba el entrenador Callhum del equipo de chicos.
El partido comenzó después de eso, y el juego estaba muy trabado. Blake cogió el balón y se zafó de una defensora, de otra, pero al final le hicieron un placaje que la dejó tirada en el suelo. Yo me levanté preocupada, pero ella se incorporó rápidamente con ayuda de sus compañeras. Justo ahí se reanudó el juego. Blake se puso al lado de Olsen, la número 18, quarterback, y tan pronto como escuchó sus indicaciones se fue corriendo hacia la izquierda. Todas se movían, Blake recibió el balón y salió disparada como una bala. Esquivó a las que querían placarla, la agarraban de la camiseta, y se zafó de las contrarias, corriendo hasta llegar al área de touchdown.
Todo el público se levantó, yo también con más calma y aplaudí. En el campo, Blake había dejado caer el balón al suelo y esperaba a Olsen para que la abrazase.
* * *
Blake
—¡Buen trabajo, Danvers! —Cerré la puerta de la taquilla de un golpe con la protección de los hombros y choqué la mano con Tracy.
—Se hace lo que se puede. —Me encogí de hombros. —Oye, Olsen. —Me acerqué a ella mientras nos quitábamos las protecciones del pecho. —¿Has visto a Veronica? —Ella se rio dejándolas en el banco, justo al lado del casco.
—Durante el partido ha estado.
—Me refiero ahora. Al irnos. —Me quité el pantalón tan ajustado y me senté en el banco para sacármelo por las piernas.
—Creo que se ha ido. —Fruncí un poco el ceño, cogiendo mi champú y mi toalla.
—Quizás se encuentre mal. —Murmuré para mí misma, entrando en la ducha.
*
Blake
Estaba bastante cansada, aquél partido había requerido un esfuerzo físico enorme. Me vestí con unos jeans azules y la chaqueta blanca y roja del equipo y me dirigí a casa de los Roberts. Las luces estaban apagadas, pero la de la habitación de Veronica estaba encendida, así que opté por llamarla.
—¿Sí? —Dijo hablando en voz baja.
—Hey, soy Blake. ¿Estás en tu casa? —Vi su sombra pasar por la ventana.
—Sí, ¿pasa algo? —Me agarré a la tubería y comencé a subir con cuidado, apoyando los pies en el pequeño tejado de la puerta de atrás, y me impulsé con fuerza agarrándome a la tubería que estaba al lado de la ventana de Veronica. —¿Blake?
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BLAKE
RomanceTODAS LAS HISTORIAS ESTÁN SUJETAS A COPYRIGHT Y HABRÁ DENUNCIA SI SE ADAPTA O PLAGIA. Riverwoods no era un pueblo normal, ni siquiera su instituto lo era. No era el quarterback el que se llevaba a las chicas de calle, ni el que provocaba suspiros...