Veronica
Pero no sólo había mandado los mensajes a todo el instituto, sino que también lo había mandado a mis padres y a los padres de los alumnos. Estaba destrozada, cuando llegué a mi casa tuve que explicárselo todo a mis padres, y aunque me dijeron que estaba bien, que era una tontería y que no pasaba nada, sí que pasaba. Me habían sacado a patadas del armario, habían hecho pública mi orientación sexual como si de nada se tratase.
—Cariño, ¿no vas a comer? —Preguntaba mi madre, pero yo negué removiendo el puré de boniato en el plato.
—No tengo hambre. —Respondí en voz baja, con la cabeza casi sumergida en la comida.
—Cielo, yo sé que esto es duro, pero no pasa nada. Ahora puedes ser quién eres, sin tener que ocultarle nada al mundo. —Dijo mi padre, acariciándome la mejilla. —Además, sólo es un beso. ¿Qué tiene de malo un beso?
—Nada. —Respondió mi madre.
—Exacto, nada. —La señaló con el tenedor. —Aunque sí, lo que hizo Blake estuvo muy feo. No debió haberte hecho esas fotos. ¿Quieres que hable con ella?
—Es que no nos besamos, esa es la cuestión. Que no hay beso... —Negué levantándome de la mesa, soltando el trapo. —No tengo hambre ahora.
Subí a mi habitación y ni siquiera me senté en la cama, estuve dando vueltas intentando manejar la situación. ¿Cómo podía haberlo hecho? ¿Cómo podía haberme expuesto así a todo el mundo? No le importaba yo, no le importaba nadie. Blake era la imagen que daba; la de una chica prepotente y narcisista a la que sólo le importaba ella misma.
Escuché unos golpes en la ventana y me giré rápidamente limpiándome los ojos. Era Blake. Pegó un papel a la pared en el que ponía: "yo no he sido". Negué al leerlo, apretando la mandíbula. Pegó otro de nuevo: "por favor, tienes que creerme", retiró ese y puso otro. "ábreme la ventana, por favor."
Me acerqué a la ventana y abrí, dándole una bofetada fuerte en la cara que hizo eco en todo el vecindario. Blake se quedó pendiendo de su mano, apretando los ojos.
—No vengas a pedirme perdón. Tú y yo no tenemos nada que hablar.
—Déjame entrar, por favor. —Me aparté de la ventana y dejé que entrase, dejando los papeles en la cama. —Veronica, no- —Le di otra bofetada más fuerte que la anterior.
—Ni se te ocurra volver a repetir que no fuiste tú. ¿Sabes lo que has hecho? Me has sacado del armario delante de todo el maldito pueblo y me has enseñado desnuda. Sí, Blake, eso era lo que quería contarte, que me gustan las chicas. ¿Por qué lo hiciste? —Quise alzar la voz susurrando, y volví a darle un buen guantazo esta vez con la otra mano en la otra mejilla, de la que se dolió. —¿Para qué? ¿Para poder follar conmigo en el vestuario?
—Veronica, por favor, créeme. —Iba a poner una mano en mi hombro pero le di un manotazo fuerte.
—Ni se te ocurra tocarme. Fuera. —Abrí de nuevo la ventana, señalándola. —Fuera de mi casa.
—Roberts, por favor, sólo mírame a los ojos y... —Puso las manos en mis hombros, y yo cogí un libro de tapa dura y le di con él en el pómulo, apartándola de mí. —¡AH! —Se llevó la mano al pómulo y la empujé hasta la ventana, girándome.
—No quiero volver a verte.
Blake no dijo nada más, simplemente escuché cómo salía por la ventana y dejaba mi casa.
Me tumbé en la cama, destrozando los papeles que Blake había dejado, tirándolos a la basura. Justo lo que Blake era, basura. Me tumbé en la cama e hice el amago de poner algo de música, pero no pude. Me estaba llamando un número desconocido.
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BLAKE
RomanceTODAS LAS HISTORIAS ESTÁN SUJETAS A COPYRIGHT Y HABRÁ DENUNCIA SI SE ADAPTA O PLAGIA. Riverwoods no era un pueblo normal, ni siquiera su instituto lo era. No era el quarterback el que se llevaba a las chicas de calle, ni el que provocaba suspiros...