Capítulo 8

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Título alternativo: Mudanza, adiós al verano, nueva ciudad y una sorpresa inesperada. (No es redundante? Una sorpresa es por definición inesperada)

Esa tarde había hablado con mi madre por mensaje Iris. No había manera en el infierno en la que me pudiese quedar a estudiar en Nueva Roma por mi cuenta. No cuando Piper y mis hermanos volvían a sus respectivos estados para las clases.

Por un momento, odié a mi madre. Dejar toda mi vida atrás no iba a ser fácil. Era estúpido molestarme con ella por circunstancias que no podía controlar. Pero no quería separarme de Piper y de la apariencia de normalidad que tenía en mi otra escuela.

Pensaba en todo esto mientras fregaba el piso de la enfermería. Uno de los campistas había vomitado al ver sangre por primera vez en su vida. Compadecía al pobre chico, de veras. No sé lo que haría cuando fuese su sangre o tuviese que matar un monstruo.

-___- La voz me sorprendió. Se me cayó la cubeta con agua sucia y se esparció por el piso recién fregado. Fabuloso, ahora tenía más trabajo.

Suspiré y me volteé. Annabeth estaba de pie en la puerta, con un corte bastante feo en la unión de cuello y hombro. Sin embargo, no parecía en peligro de muerte.

-Annabeth. -Dije.- Dame unos segundos para limpiar este desastre y lavarme las manos y estaré contigo. Si quieres puedes sentarte en una de las camillas.

La chica asintió. Su coleta, repleta de rizos rubios, se sacudió de arriba a abajo. Se dirigió a una camilla y la pude ver sentarse de reojo.

Mientras me lavaba las manos, miré mi reflejo. Lucía furiosa. Necesitaba concentrarme.

Cogí un par de suturas, anestesia local, desinfectantes y gasa. No parecía que el corte fuese a requerir de más que unas suturas adhesivas pero cogí la aguja y el hilo por las dudas.

-¿Qué sucedió?- Le pregunté mientras me acercaba. Estaba vistiendo una de las armaduras de entrenamiento y tenía su daga en la mano.

-Estaba entrenando con Percy y nos entusiasmamos un poco. Nada grave. Fue una tontería.- Respondió entre dientes apretados. Sabía que no era toda la historia, pero no la presioné. Me mantuve en silencio mientras limpiaba el corte. Con suturas adhesivas bastaría.

-Fue muy estúpido. Tenía su espada contra mi cuello e intenté zafar. Funcionó, pero a costa de mi hombro.- Agregó después de un rato. Yo ya estaba terminando de pegar los puntos. No se quejó ni una sola vez. Presentía que le dolía más el orgullo. - Y a ti, ¿Qué te pasa?

-Discutí con mi madre.- Me aseguré de pasar nuevamente alcohol en los bordes de la herida. No quería que se infectara. Comencé a envolver el vendaje alrededor del corte. - Quiere mudarse.

-Tal vez no sea tan mala idea.- Contestó ella, tentativamente. - Digo, todos necesitamos un nuevo comienzo. Volver a como estabas antes sabiendo lo que sabes. No puede ser fácil. Enterarte de que tu padre es un dios cambia mucho tu perspectiva de mundo.

-No quiero un nuevo comienzo.- Dije mientras terminaba.- Cuida las suturas, es una zona complicada, mucho movimiento.

-Lo haré. Gracias.- Se levantó de la camilla y se puso su camiseta. Comenzó a caminar hacia la puerta, pero se giró a último minuto. -Tal vez no quieras un nuevo comienzo, tal vez necesitas uno.

OPERACIÓN BLUE (Percy Jackson Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora