Capítulo 3

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Título alternativo: Pensar en exceso hace mal, Nico es sarcástico (Y Percy no es su tipo) #TodossomosKayla.

Al día siguiente me desperté molesta. No, no llegaba tarde. Mis hermanos tampoco me habían lanzado agua y el sol no me daba en la cara. Aquello sería demasiado cliché. La verdadera razón de mi molestia tenía nombre y apellido. Percy Jackson. Las palabras del hijo de Poseidón rondaron en mi cabeza toda la noche.

Pensaba que tras la ardua noche que había tenido, tras cuatro horas curando personas y haberme ido a acostar a las dos de la mañana, caería muerta sobre mi almohada. Pues no. Mi cerebro tenía una idea diferente. Todos mis hermanos dormían y yo me revolvía en las sábanas, pensando en el imbécil de Jackson.

Delicada. Pequeña. Frágil.
Ni hablar. Yo podía patearle el culo a quien quisiera. Yo lo sabía, pero me molestaba que tuviera esa impresión de mí. ¿Por qué tomaba a Annabeth y a Piper en serio y a mí no?

Y eso derivó en otro tren de pensamiento completamente distinto. ¿Por qué me importaba lo que Jackson pensara? Lo conocía hace apenas unas semanas.

Como comprenderán, con suerte había dormido dos horas después de eso. Y de buen humor precisamente no estaba. Quería dejar de pensar. Quería hacerme una lobotomía para averiguar definitivamente que era lo que estaba mal con mi cerebro.

Volví a mi buen humor habitual para desayunar. Ayudó que Kayla, mi perfecta hermana, me recordara que era sábado. Teníamos un acuerdo acerca de los sábados. Para nosotras, los sábados eran especiales. Los pasábamos juntas, nos levantábamos tarde y no hacíamos nada en todo el día.

Tras un largo semestre en Nueva Roma, anhelaba pasar tiempo con mi hermana, relajándonos y riendo.

Ese día comenzamos por levantarnos tan tarde que casi nos perdimos el desayuno. Tras una larga ducha de agua caliente, nos vestimos con ropa cómoda y fuimos al comedor.

Desayunamos unos muffins con café, sólo por ser sábado. Kayla, con su preciosa melena roja suelta sobre los hombros, atraía la atención más que nunca. O eso creía yo.

-¿Kayla?- le pregunté- ¿Podemos ir a la enfermería?

-¿Por qué quieres ir allí?- contestó atiborrándose de muffins- ¡Es nuestro día libre!- Tenía los carrillos llenos, era asqueroso, no se había molestado en tragar.

-Quiero recoger algo- La camiseta debía estar lista. Se la iba a devolver a Percy y me olvidaría de todo el asunto. Lo evitaría como a la peste y fingiría que nunca lo habìa conocido nunca. Tal vez así, mi estupido cerebro dejaría de pasarse telenovelas en tecnicolor y a alta definición. ¿Por que Piper tenía que mencionar aquello? Era mucho mas feliz sin saber que le atraía a Jackson.

-De acuerdo- El tono de Kayla me devolvió a la realidad. Sonaba harta. Rodó los ojos y señaló a Will- Oh, por favor... demasiado dulce- Will mantenía una conversación con Nico que consistía solo en expresiones faciales, Di Angelo hacía muecas y Will reía con la cabeza inclinada hacia atrás.- Voy a morir de tanta dulzura y pegajosidad.

-¿Pegajosidad? ¿Eso existe?- Alzé ambas cejas. (Ya saben que pasa si intento alzar una)

-Sí. Y estás viendo a la definición exacta.

Will, ajeno a todo, se levantó y se encaminó a la mesa de Hades. Podía presentir que algo rídiculo estaba a punto de suceder.

Y no me equivocaba. Mi hermano esperó a que toda la atención del comedor estuviera en él. (Incluso lo miraba el señor D) y declaró en voz muy alta:

- Acerca del trío que tuvimos con Percy.- dijo con la más absoluta seriedad- Decidí que él es mi tipo, así que romperé contigo.- Todos rieron. Nico lo miró, con los ojos muy abiertos y le dio una sonrisa sucia.

OPERACIÓN BLUE (Percy Jackson Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora