d o s.

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—Erick, él es el niño más bonito que vas a ver en todo el mundo. —Le dije emocionado a mi amigo. 

 —Chris. —Rodó los ojos. —¿Estás seguro de que no estás confundiendo las cosas? —Hizo una mueca de confusión. —Digo, tal vez es una niña y tú crees que es niño.

—No Erick, es un niño, de tu edad. —Levantó las cejas. —Tiene ojos marrones... Cabello castaño, se peina raro, aunque tiene la mitad rapada, también tiene una sonrisa que... Que lo hacen ver más bonito de lo que ya es. —Suspiré sonriendo. 

 —¿Se peina raro?, ¡de seguro por eso su mamá lo rapó! —Me tomó de los hombros.

Negué con la cabeza riendo. Recordar al niño castaño por alguna extraña razón me ponía feliz, incluso más de las veces en que mi mamá me compraba lo que yo quisiera. 

 —¿Te parece si vamos al hospital y conozco a ese niño tan bonito que dices? —Preguntó.

—Solo te digo que es mío, y él no te puede gustar a ti también. —Fruncí el ceño.

Erick me miró riendo, durante todo el rato le hablé de aquel niño que tanto me gustaba, y encantaba. No podía negar que poco a poco iba enamorándome de él, a pesar de ser un pequeño niño de 6 años. 

—¡Obvio no, tonto!, a mí no me gustan los niños. 

—Ajá. —Levanté una ceja sonriendo.

 —¿Y entonces por qué te besaste en la casita del árbol con Joe... —Me tapó la boca con su mano

—F-fue un reto. —Dijo rápidamente nervioso. 

También sabía que a Erick le gustaba Joel, mi vecino. Pero siempre negó que sentía algo por él, que solamente eran amigos y solo le gustaban las niñas. 

La puerta se abrió,Erick salió y me hizo señal de que lo siguiera. Al estar caminando detrás de él, salimos de su casa. Comencé a sentir miedo de que mi mamá nos viera tan tarde y despiertos..

—¿A dónde vamos Erick? —Pregunté tímido.

 —Al hospital, Chris. Quiero ver tu reacción con el niño sonrisitas. 

 Me quedé procesando lo que había dicho. ¿Acaso íbamos a ir solos?, nunca había ido a un lugar solo sin mi mamá.

—Erick, e-esto está mal. —Lo jalé del brazo. 

—Vamos, no queda muy lejos de aquí. —Subió a una pequeña moto de juguete. —Ahora sube aquí. —Me señaló la parte trasera del asiento. 

Mi mente me controlaba, y sabía que iban a regañarme mucho por haberme escapado sin permiso.

Chris, dile que no.

Chris, dile que no. 

Crhis, solo te está llevando al lado obscuro. 

Chris, estas cosas son del diablo.

Una parte de mí me decía que no debía hacerlo. 

¡Vamos Christopher, no importa el regaño!, verás al niño rapado que ni siquiera te conoce y cree que eres un bastardo acosador

[•••] 

Al ya estar dentro del hospital (que por suerte estuvo abierto), sentí mucho frío. Tomé a Erick del brazo y lo llevé a la habitación. 

El castaño estaba dormido, mi amigo se le quedó mirando. Lo inspeccionó por completo, y al final sonrió viéndome.

—Es lindo pero Chris, no debimos venir. Tu sonrisitas tiene la mitad de su cabello nada más, de seguro tiene una enfermedad y nosotros vinimos aquí sin protección, hay que irnos, nos hará daño.—Sus palabras causaron alguna especie de enojo en mí, se veía asustado. 

 Moví un poco al niño, el cual poco a poco iba despertando. Abrió sus ojos por completo y me miró asustado.

—¡GUARDIAS!, ¡HAY UN ANSJSJFL... —Tapé su boca. 

—Vinimos a verte. Bueno, en realidad yo vine a verte, Erick quería conocerte. —Poco a poco fui quitando mi mano.

—¿Él es tu amigo? —Preguntó señalando a Erick. 

 Asentí.

—Soy Erick Brian , puedes decirme Bri o Brian. Aunque prefiero Erick. —Sonrió forzado. 

—¿A qué vinielon? —Comentó Zabdiel mirándonos. 

—Pues mira, Erick quer.... —Me interrumpió.

—Vinimos porque al bobo de Christopher le gustas y no para de hablar de ti, así que tuve curiosidad en saber quién eras. —Dijo intentando no reír.

—Cállate Erick. —Me crucé de brazos y mis mejillas tornaron un color rojo.

Zabdiel rió tiernamente un poco sonrojado, se veía tan lindo. Me era inevitable no verlo a cada segundo.

Cuando iba a hablar yo, los guardias entraron a la habitación. Erick y yo gritamos y los esquivamos como 2 ninjas. 

Al estar en la salida a Erick se le movió el piso y cayó al suelo dramáticamente. 

—Christopher, sigue sin mí. ¡Dile a mi mamá que la amo! —Gritó dolorosamente. 

Observó que un guardia aterrador iba por él.

—Cambio de planes. —Me miró. —¡LEVÁNTAME IMBÉCIL! 

 En un movimiento rápido lo levanté y huímos como pudimos del hospital. Por poco y nos atrapaban.

Cáncer. » Chrisdiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora